Redacción/CDMX
Durante más de 400 años, en las montañas de Sangre de Cristo en Questa, Nuevo México han acogido a un tipo de español que no existe en otro lugar del mundo.
Luego que en el siglo XIX sus tierras fueron absorbidas por Estados Unidos, los habitantes conservaron este dialecto en la poesía, las canciones y las conversaciones cotidianas en las calles de los enclaves hispanos dispersos por toda la región.
Hace apenas unas décadas, incluso existían programas de televisión como el espectáculo de variedades Val de la O, que se transmitía desde los años sesenta o baladistas como Al Hurricane cantaban coplas con el dialecto, pero ello ha ido desapareciendo.
En Questa, un pueblo de alrededor de 1700 habitantes cerca de la frontera con Colorado, quienes hablan español tienen 50 años o más.
Los niños, ahora solo hablan inglés.
A menudo, el español de Nuevo México se describe como una muestra del idioma del Siglo de Oro (el siglo XVII), que fue importado directamente del Viejo Mundo y que, de alguna forma estuvo protegido por el aislamiento.
Aunque según los lingüistas, los orígenes del dialecto podrían estar más cercanos al español del norte de México.
Se cree que pudo llegar a finales del siglo XVI, con una expedición colonizadora de composición lingüística y étnicamente mixta que se impuso en esta región como parte de competencia europea por el Nuevo Mundo, años antes que se estableciera en Estados Unidos el primer asentamiento inglés permanente, en Jameston, Virginia en 1607.
Entre los colonizadores había europeos de España, Portugal y Grecia pero también personas nacidas en México con linaje mestizo indígena, europeo, africano e indígenas que se cree que eran tlaxcaltecas y hablaban náhuatl.
Aunque los hablantes de neomexicano pueden entablar sin problemas una conversación con una persona que hable español, existen términos como “ratón volador” para referirse a un murciélago o “gallina de la sierra” para hablar de un guajolote.
También incorporaron palabras indígenas como “chimal” que significa escudo, del náhuatl, chimayo (hojuela de obsidiana), así como bisnes (negocios), crismes (Christmas o Navidad) o sanamagón (persona despreciable, indeseable).
El profesor de lingüística de la Universidad Estatal de Nuevo México, Mark Waltermire, dijo el dialecto “solo está siendo reemplazado” con “otro tipo de español” refiriéndose a la llegada de nuevos migrantes de México.
(Con información de The New york Times)