Redacción/CDMX
La dirección de una orquesta es un campo que está tradicionalmente dominado por varones y son pocas las mujeres que aspiran a ella.
Justo entre ellas se encuentra la alemana Mareike Jörling, de la ciudad de Oldenburg.
Mareike de 25 años, cursa la maestría en dirección en la universidad de música Detmold (ubicada en el noroeste de Alemania).
Su clase cuenta con siete estudiantes, dos de las cuales son mujeres. Pero en el semestre del invierno europeo 2023/2024 no habrá más alumnos de su género entre los maestrandos.
“Estamos lejos de llegar a una proporción 50-50” declaró Florian Ludwig, profesor de Jörling, quien precisa que tan solo el 10 por ciento de las solicitudes son hechas por mujeres.
En Alemania existen programas de fomento especiales para jóvenes directoras de orquesta, “pero si no tenemos suficientes candidatas, resulta difícil”, lamenta Ludwig y agrega que le gustaría que hubiera promoción de la música y búsqueda de talentos en la escuela.
Las cátedras correspondientes en las universidades alemanas también son dirigidas en su mayoría por hombres.
La situación es similar en las cerca de 130 orquestas profesionales que hay en Alemania: solo tres de ellas son dirigidas por mujeres.
Una de ellas es Joana Mallwitz, quien en 2019, fue destacada por la revista Opernwelt como la directora del año. Mallwitz se incorporará la próxima temporada a la Konzerthausorchester de Berlín y será la primera mujer que dirige una gran orquesta sinfónica de la capital alemana.
“La profesión quedó totalmente olvidada en cuanto a la igualdad de derechos”, afirma el profesor Ludwig. La película Tár que habla sobre una directora de orquesta ficticia que abusa del poder, no contribuye a cambiar esta situación.
Jelena Rothermel, del centro de investigación Archiv Frau und Musik (Archivo Mujeres y Música), señala que antes se negaba a las mujeres la capacidad de liderazgo y, a veces, incluso, una comprensión profunda de la música.
Pero no solo existían prejuicios hacia las directoras de orquesta, sino también hacia las compositoras.
Rothermel observa un cambio “Ya no se demanda un genio que se ponga al frente y tome completamente el control de la dirección, sino que va más en la dirección de un jugador de equipo”.
El profesor Ludwig tiene una opinión similar, pero también advierte que “una profesión que funciona así por impacto de la personalidad es muy susceptible de recaer en viejos patrones de autoridad”.
Subliminalmente, afirma, incluso los músicos sensatos admiran a las figuras alfa autoritarias en el podio del director de orquesta, que, según el cliché, suelen ser varones.
Ludwig afirma que también hay voces aisladas que afirma, por ejemplo, que las directoras de orquesta tienen un toque demasiado suave, “eso es un disparate total”, señala el profesor, “no depende del sexo, sino del carácter”.
(Con información de La Jornada)