Bibliotecas de EEUU reportan récord de peticiones para prohibir libros

Redacción/CDMX

La intención de prohibir y restringir libros en escuelas y bibliotecas públicas en los Estados Unidos sigue aumentando y han batido record en 2022 según un nuevo reporte de la Asociación Estadounidense de Bibliotecas (ALA, por sus siglas en inglés) publicado la semana pasada.

Dicha asociación registró más de mil 200 reclamaciones el año pasado, cifra que se ha duplicado la cifra en comparación con el año 2021.

Este número es la cifra más alta desde que la ALA comenzó a recopilar los datos en 2003.

El reporte no solo documenta el aumento de reclamaciones, sino también su naturaleza cambiante.

Hace algunos años, las quejas provenían de padres de familia y otros miembros de la comunidad y se referían a un libro en particular, ahora, las peticiones piden retirar varios títulos y están organizadas por grupos nacionales como el conservador Moms for Liberty (madres por la libertad) que tiene como misión “unificar, educar y empoderar a los padres para defender sus derechos paternales en todos los niveles del gobierno”.

Los datos que proporciona la ALA esta basados en reportes de medios de comunicación y notificaciones voluntarias de bibliotecas y admite que dichas cifras podrían ser mayores.

Bibliotecarios de todo el país han referido acoso y amenazas de violencia o acciones legales.

“Cada día, bibliotecarios profesionales se sientan con padres para determinar cuidadosamente qué material de lectura es más adecuado para las necesidades de sus hijos”, dijo en un comunicado la presidenta de ALA, Lessa Kananiópua Pelayo-Lozada.

“Ahora, muchos trabajadores de bibliotecas enfrentan amenazas a su empleo, su seguridad personal y, en algunos casos, amenazas de cargos penales» por proporcionar libros a los jóvenes.

La mayoría de las reclamaciones eran de conservadores y se dirigían a obras con temas raciales o LGBTIQA+, mencionó Caldwell-Stone.

Algunas de estas obras son: Gender Queer, de Maia Kobabe; Lawn Boy, de Jonathan Evison; The Hate U Give, de Angie Thomas, y una edición en libro del 1619 Project, un reporte ganador del Pulitzer publicado por The New York Times sobre el legado de la esclavitud en Estados Unidos.

En términos jurídicos, se han propuesto o aprobado leyes que facilitan las restricciones de libros en Arizona, Iowa, Texas, Missouri y Oklahoma, entre otros estados.

En Florida, el gobernador, Ron DeSantis, ha aprobado leyes para revisar los materiales de lectura y limitar las conversaciones en escuelas sobre identidad de género y libros sobre raza.

Además, se retiraron de forma temporal o indefinida títulos como “Looking for Alaska” (“Buscando a Alaska”), de John Green; “Hopeless”, de Colleen Hoover, la novela distópica de Margaret Atwood “The Handmaid’s Tale” (“El cuento de la criada”) y el libro ilustrado de Grace Lin “Dim Sum for Everyone!”.

Más recientemente, el distrito escolar del condado Martin de Florida retiró decenas de libros de sus escuelas primarias e intermedias, incluidas numerosas obras de la novelista Jodi Picoult y los libros de suspenso “Beloved” de la ganadora de un Pulitzer Toni Morrison y “Maximum Ride”, de James Patterson, una decisión que el autor de superventas tachó en Twitter de “arbitraria y que raya el absurdo”.

DeSantis ha descrito los reportes de prohibiciones masivas como un “bulo” y en un comunicado publicado afirmó que las acusaciones revelan que “algunos intentan utilizar nuestras escuelas para adoctrinar”.

Algunos libros consiguen regresar. Las autoridades del distrito escolar del condado Duval, en Florida, fueron muy criticados por retirar “Roberto Clemente: The Pride of the Pittsburgh Pirates”, una biografía para niños del fallecido astro puertorriqueño del béisbol. En febrero anunciaron que el libro volvería a las estanterías y explicaron que habían tenido que revisarlo y comprobar que no incumplía ninguna ley estatal.

(Con información de Los Angeles Times)