Redacción/CDMX
Albert Einstein dijo en una ocasión que “el tiempo y el espacio son creaciones libres de la inteligencia humana”.
Investigadores de la Universidad de Eötvös Loránd (Hungría) han estudiado la percepción del tiempo, de por qué percibimos el paso del tiempo de forma diferente.
No concebimos el paso del tiempo de la misma manera cuando somos niños que cuando nos hacemos adultos.
En algún momento experimentas que el tiempo parece transcurrir fugazmente, como cuando disfrutábamos de unos días de vacaciones.
Pero también hemos tenido la sensación contraria de que el tiempo no avanza, que parece haber caído en un profundo letargo.
Los modelos biológicos de percepción del tiempo se dividen en dos categorías: las neuronas cerebrales con marcapasos.
Y las neuronas que muestran una frecuencia de disparo decreciente con el tiempo.
La acción conjunta y coordinada de varias regiones cerebrales, las encargadas de la percepción del tiempo, es la respuesta a nuestro reloj interno.
Los investigadores mostraron videos cortos y largos a niños, desde preescolar hasta 10 años, así como de adultos.
Los pequeños debían señalar con los brazos la extensión del tiempo.
Los videos con muchos acontecimientos, a los menores les parecían largos.
En cambio, a los adultos, el audiovisual con pocos eventos lo consideraban más extenso.
Sin embargo, los investigadores apuntan que el enigma del tiempo ha intrigado y seguirá intrigando a la mente humana.
La percepción del tiempo juega un papel determinante el tipo de experiencias que se viven a lo largo de la vida.
(Con información de Infosalus)