Redacción/CDMX
El binge-watching o atracón de series ha generado una visión compulsiva de capítulos televisivos.
Lo cual trae una serie de problemas de salud, desde dolores de espalda, fatiga visual hasta el incremento del riesgo de accidente cardiovascular.
Un estudio publicado en 2017, en el Journal of Clinical Sleep Medicine, dice que el consumo excesivo de programas televisivos tiene como resultado una mala calidad de sueño.
La estructura y la complejidad narrativa de estos programas que incitan a visualizarlos de una sentada, dejan a los espectadores pensando en los episodios y su posible continuación después de verlos, “lo que podría retrasar el inicio del sueño.
Ya que requiere un periodo más largo de enfriamiento antes de irse a dormir”, explicaban.
Sin embargo, observamos que lidiar con la soledad era una motivación predominante entre los espectadores compulsivos.
Lo que sugiere que el binge–watching podría utilizarse como una estrategia de afrontamiento para los estados de ánimo.
De la misma forma que sucede con otros comportamientos adictivos, explica Giorgia Varallo, psicóloga clínica, investigadora de la Universidad de Parma.
Nuria Roure, psicóloga acreditada en medicina del sueño, explica que, si dormimos bien, las dos esferas del cerebro (racional y emocional), mantienen una unión muy fuerte, de lo contrario esta unión se rompe y se crea una inestabilidad emocional.
Aunque, afirma Roure, la luz azul de las pantallas de televisión tiene una menor incidencia que la de móviles y tabletas.
Debido a que la vemos a una mayor distancia, lo aconsejable por la noche, es disminuir la intensidad de la luz para reducir su impacto en nuestro cerebro.
A ese consejo, Giorgia Varallo añade el de la importancia de ver la televisión en una habitación que no sea el dormitorio.
Ya que la activación en la cama conduce al desarrollo de una asociación en estado de vigilia, lo que hace que sea más difícil quedarse dormido.
Los fanáticos de estos géneros que no puedan renunciar a su dosis diaria de acción, no deberían irse directamente a la cama.
Sino hacer un paso previo para ayudar a la relajación de cerebro y favorecer la desconexión mental.
(Con información de El País)