Respecto a las creencias tradicionales mexicanas se podría tratar mediante rituales y remedios
Redacción/CDMX
Al «espanto» se le identifica como un padecimiento “tradicional” que forma parte de un grupo formado de «enfermedades» como el “mal de ojo”, el “empacho” y el “mal de aire” las cuales son propias de la cosmovisión de culturas prehispánicas donde existían dos tipos de enfermedades:
Las orgánicas o padecimientos físicos relacionados con huesos y piel, y las afectaciones provocadas por fuerzas sobrenaturales donde se clasifica el espanto y el mal de ojo.
Rafael Zepeda, académico de la Facultad de Medicina de la UNAM nos explica ¿qué es enfermarse de «espanto» y cómo curarse?
Tradicionalmente, se le dio ese nombre a los síntomas que se presentan después de pasar por una situación que nos impacta, asusta o estresa.
A partir del significado que le dieron desde las culturas prehispánicas en México, el “espanto” se considera una pérdida de energía que causa debilidad, a esta descompensación se le conoce como perdida del “Tonalli” que son las fuerzas calóricas y lumínicas provenientes del Sol que absorbe nuestro cuerpo.
Por eso, cuando una persona tiene una fuerte impresión o se asusta puede perder esa fuerza vital por lo que «Tonalli» puede salir «de pronto».
Los síntomas pueden ir desde debilidad, dormir con repentinos sobresaltos, falta de apetito, tristeza, preocupación, dolor de cabeza, frío, hipersensibilidad, Inflamación en el estómago y vómito.
Esto no representaría daños mayores, sin embargo, hay ciertos sectores que al tener otras enfermedades puede afectarles posteriormente, sobre todo si presentan problemas cardiacos o problemas de estrés, “pueden padecer un aumento en la frecuencia cardiaca y en la presión arterial y, en consecuencia, sufrir un infarto al miocardio”, mencionó.
Desde una visión occidental moderna, el tratamiento de cualquier trastorno mental y emocional debería tratarse desde la transdisciplinariedad.
Las causas del estrés, por ejemplo, se atacan con apoyo psicológico y farmacológico, así como familiar y social.
Pero desde una cosmovisión tradicional, se «cura» recuperando ese tono o fuerza vital a través de ciertos ritos y remedios que son parte de la medicina tradicional mexicana.
Es el caso del tradicional remedio de comerse un bolillo para el susto, puede deberse a que genera estabilidad en la glucosa de la sangre y quita esa sensación de hueco en el estómago.
“Al experimentar una emoción muy fuerte por un susto o enojo su cuerpo va a producir hormonas de adrenalina que actúan contra la producción de insulina, lo cual dispara los niveles de glucosa”.
Y este remedio sí funciona, el comer bolillo, tortilla o algún alimento que contenga carbohidratos y grasas ayuda a inhibir la producción de ácido gástrico, explicó Rafael Zepeda.
(Con información de El Financiero)