El estudio dirigido por Manel Esteller con ayuda del fotógrafo Francois Brunell
Redacción/CDMX
Investigadores del Instituto de Investigación Contra la Leucemia Josep Carreras en Barcelona, llegaron a la conclusión que las personas que se parecen físicamente, aunque no tengan una conexión familiar, comparten ADN, características genéticas que se encargan de formar los rasgos faciales, o sea tienen un parecido por dentro y fuera.
El estudio dirigido por Manel Esteller con ayuda del fotógrafo Francois Brunell, quien se dedicó por años a fotografiar personas con un increíble parecido, sirvió como material para que estos científicos reclutaran a estas personas sometiéndolas a programas de reconocimiento facial, para así analizar su secuencia de ADN, su perfil epigenético y su composición de microbios.
Los resultados arrojaron que estas personas comparten variaciones similares en su ADN, en los genes encargados en la formación de la boca, la nariz, los ojos, barbilla y frente.
Pero esto no terminó ahí, no solo descubrieron similitudes físicas, sino que afecta factores como la altura y el peso, incluso se extiende a rasgos como el carácter y el comportamiento.
Esta investigación puede abrir un sinfín de posibilidades en el futuro, «proporciona las bases para que a partir del análisis de la imagen y la forma de la cara se pueden diagnosticar enfermedades genéticas», así como poder reconstruir la cara de personas a base de estas muestras de ADN.
Debido a que la población mundial roza los 8 mil millones de personas y está mucho más interconectada, se estima que cada vez sea más probable que se produzcan y se conozcan estas repeticiones.
(Con información de RTVE)