Redacción/CDMX
Bolivia cuenta con 47 repositorios literarios que forman parte del programa “Libros por rejas”, proyecto que busca incentivar la lectura en las cárceles a cambio de reducir tiempos de condena de los reclusos.
Se instauró en 2019 y fue impulsado por la Defensoría del Pueblo junto con el Estado boliviano, a través del ministerio de Educación y la administración carcelaria.
Se busca combatir el hacinamiento carcelario así como el uso excesivo de la detención preventiva y ofrecer alternativas para la reinserción social.
Se estima que Bolivia tiene un 165 por ciento de hacinamiento carcelario y el 65 por ciento está en condición preventiva, según la Defensoría del Pueblo.
¿Cómo funciona?
Los presos eligen un libro de la biblioteca de su centro penitenciario y, al terminarlo, el responsable del área pedagógica le realiza una prueba escrita o un ensayo y en su caso, acreditar con un certificado, una disminución de la pena.
Exclusiones
No pueden acceder al programa las personas sentenciadas a la pena máxima, que en Bolivia equivale a 30 años de prisión sin derecho a indulto.
Avances
El balance que hace la Defensoría del Pueblo es positivo pues hace tres años, el programa contaba con 160 inscritos y actualmente hay 865 participantes, de los cuales, un poco más del 50 por ciento ha culminado la lectura de un libro.
Una cifra alentadora, pues según una encuesta efectuada en 2021, el 46 por ciento de los bolivianos no lee ni un libro al año.
Dificultades
Los reos se quejan de que no existen espacios para leer o para guardar los libros, además, muchos internos deben realizar tareas dentro del penal, o trabajos para subsistir.
La Defensoría del Pueblo es consciente que no es sencillo coordinar tareas con el Estado o con la administración carcelaria, y que hay aspectos logísticos, burocráticos y de comprensión acerca de la importancia de los procesos de educación para la reinserción que necesitan atención.
(Con información de El País)