¿Conoces quiénes fueron los creadores del cubrebocas, y cuándo se comenzaron a utilizar por primera vez en la historia de la humanidad?, Lazcano nos cuenta algunos flashazos de la historia de los cubrebocas
Karen Rivera / Ciudad de México
Mascarillas sanitarias, cubrebocas, tapabocas; cualquiera que sea el término que decida usar es válido, de acuerdo con la Real Academia Española.
Es común ver en las calles tamaños, formas y figuras diferentes de estos elementos de protección, desde los que se inspiran en las máscaras de luchadores y el bordado mexicano hasta los que dibujan la sonrisa más extravagante, pasando por los formales y en verdad efectivos.
Los cubrebocas son un elemento de protección individual y colectivo. Aunque desde el 2019 forman parte de nuestra cotidianeidad, se piensa que su historia se remonta al Siglo VI antes de nuestra era, esto por los grabados encontrados en las puertas de las tumbas persas, en los que se pueden ver imágenes de personas con telas sobre la boca, uno de los motivos que se han descrito es que las personas usaban estas telas para no afectar con su aliento al emperador.
La historia de estos objetos, que son la primera barrera de los seres humanos contra virus, microbios y patógenos, no es continúa, pero tiene una larga tradición. En esta ocasión platicamos con el biólogo Antonio Lazcano, quien nos cuenta algunos flashazos de la historia de los cubrebocas.
«Donde realmente surge claramente la idea de cubrirse la boca y la nariz es con los médicos del medievo que atienden la Peste Negra. Un médico francés, en esta época maravillosa en que la gente era médico, naturalista, astrólogo, astrónomo, diseña estos famosos trajes con un pico enorme, muy bien diseñado con una máscara que cubría la cara y cristalitos en los ojos, y ese pico, que siempre ha sido visto como una especie de superstición, en realidad estaba relleno de alcanfor, de menta, de tomillo, de romero, de hierbas medicinales o condimentos, porque se pensaba que eso podía proteger a la gente», explicó
La Peste Negra azotó a Europa, por primera vez, en el Siglo XIV y se pensaba que la enfermedad se propagaba a través del aire envenenado, para evitar que éste llegara a los rostros de las personas se diseñó la máscara protectora que incluía una pesada túnica de cuero, guantes y sombrero. La idea de que las mascarillas funcionaban como protección contra microbios surgió en el Siglo XIX con el descubrimiento que el químico francés Louis Pasteur hizo de los agentes infecciosos microscópicos que flotan en el aire.
«Y luego, de manera independiente, una mujer también muy muy fascinante, Alice Hamilton, que venía también de una familia muy poderosa en Chicago, con padres que estaban muy empeñados en que estudiarán las hijas, decide hacerse médica. Fue la primera médica que tuvo el puesto de profesora en la Universidad de Harvard y ella se dio cuenta, estando en París, que cuando la gente hablaba a trasluz emitía gotitas de saliva y ella dice: hay que imponer el uso del cubrebocas al personal médico cuando estén en cirugía».
En la primera mitad del Siglo XX, Alice Hamilton alertó que la fiebre escarlata se transmitía por gotas de saliva e impulsó el uso de cubrebocas sobre la nariz. Para esa época el médico chino Wu Lien-teh estudió la peste neumónica que azotó la región de Manchuria, entre 1910 y 1911, y desarrolló una mascarilla hecha con capas de algodón que se sostenía en las orejas y que es considerada la precursora de la KN-95.
«Eran gasas con algodón, pero en un momento en el que la gente no conocía el tamaño de los virus. Acuérdese que en esa época la gente usaba el termino virus como sinónimo de un fluido contagioso y entonces no sabía que eso no iba a detener a los virus. Realmente el gran avance viene cuando Alice Hamilton decide utilizar telas muy cerradas para evitar que salgan, ahí estaba protegiendo al paciente, que salgan de lo que está exhalando el personal médico en un quirófano», afirmó Lazcano.
«Los últimos cubrebocas, estos KN95, en realidad son tres capas y la capa de en medio, que eso confieso, no he leído cómo le hacen, pero está con un polímero que está cargado electrostáticamente y entonces detiene al virus, entonces tiene uno tres capas, ahí se queda detenido el virus y se protege uno mucho más».
Recordemos que fue durante la pandemia de gripe de 1918, conocida como gripe española, que el uso de cubrebocas se hizo popular y se extendió tanto para médicos como para pacientes. Y en 1926 se hizo obligatorio su uso en quirófanos en todo el mundo. En medio de una pandemia que todavía está activa, el doctor Lazcano nos recuerda que en realidad lo que buscamos como personas es evitar el contacto con el virus, de eso se trata, y para evitarlo hay elementos como las vacunas y el cubrebocas, que protegen a nuestro organismo.