En junio de este año se cumplieron treinta años de la muerte del pintor mexicano; desde se estado de origen, treinta artista reinterpretan una de sus frutas más icónicas: la sandía
Karen Rivera/Ciudad de México
Mirar hacia atrás, a la época sin redes sociales, a los años setenta y detenerse en una mente creadora, siempre ocupada, en sus colores, en sus proyectos, en sus acuarelas o murales, esa es la invitación que hacen 30 rebanadas de sandía de gran formato, elaboradas por 30 artistas que viven en Oaxaca, para rendir homenaje a Rufino Tamayo, a tres décadas de su fallecimiento.
«Nos reunimos un grupo de artistas, sobre todo, la primera generación del Taller de Artes Plásticas Rufino Tamayo, porque no nos explicábamos cómo era posible que no hubiera un homenaje a Tamayo este año cuando se cumplían treinta años de su aniversario luctuoso, y después también nos cuestionábamos de que no hubo tampoco un homenaje estatal, y aunque nuestra vida entró en paréntesis por la pandemia, pues Tamayo lo es todo, a tantos nos ha cambiado la vida que decidimos que aunque fuera un homenaje pequeño en Oaxaca, muy significativo», comentó Nancy Mayagoitia, promotora Cultural y Curadora. Y continúa: «Pensamos en algunas de las imágenes que fueran emblemáticas de su obra y había desde perros prehispánicos de Colima, hasta hombres cósmicos, frutas de muchos tipos, pero nos decidimos por la sandía, porque si hay alguien que ha pintado a la sandía de una manera increíble es Rufino. Porque eso nos dio Tamayo, un nuevo lenguaje al arte mexicano, partiendo precisamente desde la identidad de lo mexicano, desde las raíces prehispánicas y llevándonos a una visión universal y poniéndonos en el mundo del arte moderno.»
Concebida como un proyecto de arte urbano de identidad pictórica, la muestra Rufino Tamayo 30 aniversario, tiene como base una serie de siluetas escultóricas en forma de sandía de dos metros de ancho por 1.55 de alto, elaboradas de resina e intervenidas por las manos de artistas figurativos, abstractos e intergeneracionales.
«Tenemos desde artistas nacidos en 1935 hasta el más joven que nació en 1989, entonces el abanico de edades y de estilos y de temáticas es enorme, ¿Cuál era la visión del homenaje? Que cada artista pintara o interviniera la sandía con una obra propia, pero vista, a través de los ojos de Tamayo, o una obra de Tamayo vista a través de los ojos del artista mismo, al final pues todos hacen lo que quieren hacer, para algunos salirse de la zona de confort es más difícil, pero sí estoy absolutamente segura de que tenían en la mente y en el corazón a Tamayo en todo momento.»
Esta iniciativa que se logró gracias al apoyo de galerías, empresas privadas y los mismos artistas podrá verse en la Plaza de la Danza, en Oaxaca, hasta fin de año.