A través de las experiencias de diferentes personas, la escritora comienza el desarrollo de Frágiles, un ensayo que busca analizar esos aspectos poco cuestionados sobre la vida personal y el trabajo
Ireli Vázquez / Ciudad de México
La escritora y ensayista Remedios Zafra, suele orientar sus textos de forma crítica a la cultura contemporánea, la auto explotación y el uso de las nuevas tecnologías como el internet. A lo largo de sus libros, como en Un cuarto propio conectado. (Ciber)espacio y (auto)gestión del yo (2010), o El entusiasmo. Precariedad y trabajo creativo en la era digital (2017), por mencionar sólo algunos, Zafra busca analizar y comprender cuál es la función del ser humano frente a esos panoramas.
Y es precisamente de, El entusiasmo. Precariedad y trabajo creativo en la era digital, que la escritora comienza a desarrollar Frágiles. Cartas sobre la ansiedad y la esperanza en la nueva cultura (Anagrama, 2021), un ensayo que cuestiona la normalización de acciones que pueden ser injustas, como la precariedad en el trabajo y la ansiedad que se comienza a desarrollar ante la incesante auto explotación de las personas.
«Frágiles tiene dos comienzos, uno es el que se presenta en los prefacios y que por el título podemos asociar al contexto más reciente a la pandemia que estamos viviendo, al zarandeo planetario que estamos sufriendo en estos últimos meses, que a mí y a todos, no ha hecho cambiar nuestra propia percepción como sujetos. […] Pero también tiene otro comienzo, es un libro escrito con mucha lentitud, lo comencé en 2017 después de publicar “El entusiasmo”, ensayo que narraba bajo una palabra tan hermosa como puede ser el entusiasmo, la dificultad y la precariedad que se escondía detrás de la cotidianidad de los trabajos culturales y creativos. En el periodo de conferencias y entrevistas posterior a la presentación, surgieron una multitud de conversaciones, entre ellas, con una periodista que me cuestionó sobre, ¿dónde quedaba la esperanza?, pues ella se vio identificada, pero también bloqueada en ese malestar que genera la toma de conciencia cuando de pronto pensamos que estamos trabajando en algo que nos gusta, que nos apasiona, pero vemos también ese otro lado que causa dolor por la sensación de estar en un bucle en el que retroalimentamos esa precariedad que muchas veces no queremos ver», comentó en entrevista Remedios Zafra, como parte de las actividades del Hay Festival Querétaro 2021.
Es así como Frágiles comienza su desarrollo en la búsqueda de las respuestas a esas conversaciones; en la que a través de los testimonios que la gente compartía con ella pudo conocer a fondo qué malestares tenían por encontrarse en medio de la ansiedad que les provocaba su trabajo, pero, sobre todo con lo frágiles que podemos ser los seres humanos.
«La intensidad y la sinceridad de aquella periodista, unida a la sinceridad de varios mensajes que recibí en esos tres años en los que paralelamente estuve escribiendo el libro, me animaron a que los incluyera. Yo trabajo sobre ensayo político, y un ensayo político no puede ser o no puede basarse exclusivamente en una observación participante, es un trabajo de reflexión a partir de la lectura y de las reflexiones de otros, para mí, la implicación en lo que vivo desde un yo situado y desde la conversación con estas personas que me compartían muy generosamente sus experiencias en ese tono de intimidad a través de sus emails, que parecían cartas en su extensión, me llevó a configurar este libro, como un libro en el que la fragilidad, que da título al ensayo, nace justamente de compartir lo que de manera habitual escondemos, lo que nos hace vulnerables, porque lo que yo recibía en esas cartas eran las enfermedades derivadas de estar sentados ante la pantalla, la inconformidad, el malestar y la ansiedad que tenían por estar dentro de un sistema que los obliga a dar más, cuestionándose si lo que estaban haciendo era lo correcto».
Como bien lo comenta la escritora, el libro fue desarrollado previo a la pandemia provocada por la Covid-19, sin embargo, piensa que su texto llegó en un momento oportuno, pues la mayoría de las personas comenzaron a cuestionarse sobre lo que realmente les apasionaba dentro de su trabajo y de ese momento a solas que todos necesitamos.
«Creo que este zarandeo que parece tan terrible y lo está siendo, tiene lecturas positivas, como habernos atrevido por fin a experimentar otras formas de trabajar más allá de aquellas viejas formas en las que consideramos que el trabajo era el lugar al que se iba y no la práctica que se desarrollaba. Yo creo que esto es un avance y hemos aprendido muchas cosas en ese sentido, entre ellas que el mundo iba muy acelerado en muchos sentidos, el planeta lo notaba y lo sigue notando de muchas formas, no solamente por la pandemia, sino los confinamientos que se han tenido han servido también para poner en valor la importancia de la concentración y de ese distanciamiento que muchas personas habíamos perdido ante la rutina hipnótica del trabajo», agregó.
Pero, ¿cuál sería el punto para no caer en el juego y que nuestro trabajo y el mantenernos conectados, no se interponga dentro de nuestra vida personal?, la escritora respondió que «para evitar caer en la auto explotación o para evitar convertirnos en personas que carecen de esos tiempos vacíos, que son esenciales para poder ver las cosas con perspectiva, para poder posicionarse libremente, esos tiempos cruciales que necesitamos como sujetos, es la conciencia. Es decir, la toma de conciencia siempre llega como un malestar, cuestionándonos ¿qué estamos haciendo?, llega cuando nos damos cuenta de que las actividades del día a día terminan haciéndose porque hay que hacerlas, porque hay que entregar cualquier cosa, en ese sentir de mantener la maquinaria activa, y eso es algo que le viene muy bien al sistema, es algo que le viene muy bien a quienes les sacan partido de esa conversión de los trabajadores en sujetos auto explotados y ese es el punto crucial del libro» concluyó Remedios Zafra.