La ENAH convocó a investigadores y estudiantes de licenciatura y posgrado a presentar ponencias para sus Jornadas socioantropológicas de estudios críticos sobre TikTok, ¿qué nuevas narrativas y estructuras mentales crea esta red social?
Ana León / Ciudad de México
«… una serie impresionante de seres humanos que destilan su experiencia en secuencias de video para transferirlas más tarde y almacenarlas en el ultramundo.»
—Alessandro Baricco
¿Cómo cambian la visión de nosotros mismos y de lo que vemos las redes sociales? Si una red como Instagram nos ha llevado a la construcción de una enorme ficción de nosotros mismos y del entorno, y la velocidad de Twitter es uno de los factores que nos ha conducido a la posverdad, ¿hacia dónde nos lleva y qué estructura de pensamiento revela una plataforma como TikTok?
Mariana Valtierra, es maestranda en Enseñanza de Estudios Literarios y parte del equipo que convocó a presentar ponencias sobre temas como Género, raza y usos generacionales del TikTok; Política, activismos y necrocultura digital; TikTok y periferia, entre otros muchas más, para las Jornadas socioantropológicas de estudios críticos sobre TikTok que la Escuela Nacional de Antropología e Historia llevará a cabo el 2, 3 y 4 de junio próximos.
Mariana: «Nos parece que TikTok es una especie de mini sociedad y como tal, suceden muchas cosas que se pueden analizar ahí. Me interesan mucho estas nuevas narrativas que surge en esta cuestión de las artes, que surge en TikTok y que crece y a las que los usuarios quizás le dan más importancia de la que le podrían dar en Facebook o en alguna otra red social.»
Con las redes sociales jugamos con nuestra humanidad, se habla de una humanidad aumentada, de todas nuestras presencias en cada una de esas redes que, poco a poco, modifican nuestras estructuras mentales.
Y es que como bien describe el autor y ensayista italiano, Alessandro Baricco en The Game (Anagrama, 2019), en la revolución digital —ésa de la también provienen las redes sociales— sobre todo está el factor juego, que se introdujo como un elemento que inclinó la balanza en el uso global de herramientas tecnológicas como Internet, la red y los teléfonos inteligentes, y en todas las redes sociales que, gracias a éste último, cargamos en el bolsillo.
Fernando Ruiz, quien es profesor en el Posgrado de Antropología Social (ENAH) y con quien también platicamos sobre estas jornadas, su enfoque y la red social misma, señala que ahí se desarrollan «narrativas fugaces, contundentes, en TikTok vemos todo el tiempo una ansiedad juvenil por librarse de esto que ellos llaman adultocracia o bueno, el adultocentrismo. Y, además, con esta cuestión de las narrativas cortas, de algún modo están exhibiendo nuevas subjetividades políticas.
«… la opinión de millones de incompetentes es más fiable, si uno es capaz de leerla, que la de un experto…»
—Alessandro Baricco
Mariana: «También es importante, y justo porque es como una pequeña sociedad, que hay muchísima gente y todo mundo tiene la facultad de hablar. Quizás no debería ser así, pero todo mundo puede hacer videos y hablar de lo que sabe o de lo que cree y siempre va a haber gente que los vea, siempre va a haber gente que los consuma y gente que les crea.»
Pero ¿te has preguntado qué es TikTok, en realidad, más allá de sólo usarlo? Aquí yace la importancia de que desde la Escuela Nacional de Antropología e Historia se hayan interesado en esta red creada en China y que se filtre a través de las ideas de los estudios críticos y de la socioantropología.
Fernando: «Básicamente la idea de unas Jornadas socioantropolígicas nace del impacto de TikTok durante la pandemia y lo que significa en términos de yacimiento cultural que hay allí en torno a transformaciones de muchas prácticas, de nuestros usos ahora al interior de los hogares de estas tecnologías en el confinamiento.»
Pero no sólo en el confinamiento. Sí, ahí se exponenció el uso de las aplicaciones y de TikTok en específico; sin embargo, ya desde 2017 en el mundo descargábamos 197,000 millones de apps al año. Eso significa, volviendo a Baricco, que a partir del uso de éstas se va conformando un modo de estar en el mundo que reduce «la distancia del hombre y la máquina hasta hacer que percibamos los dispositivos como productos orgánicos, casi “bio” prolongaciones “naturales” del cuerpo y de la mente».
Fernando: «La idea de algo socioantropológico, es explorar justamente la mayor de las dimensiones del cuerpo, del espacio: la cultura publicitaria, el consumo en la plataforma de TikTok. Y con estudios críticos, es un poco invitar a pensar también desde lugares incómodos la plataforma, no solamente desde un lugar totalmente celebratorio, sino invitar a reflexionar los límites de este impacto. Por límites me refiero a la innegable cultura promocional con la que crecimos muchos, publicidad, publicidad… que se cristaliza en la figura de la celebridad, de la meritocracia y que, bueno, en TikTok lo vemos de maneras muy interesantes.
¿Qué nos dice de la configuración del lenguaje y de la comunicación el uso de una plataforma como TikTok?
Fernando: «Eso tiene que ver con China, el surgimiento de una nueva cultura de la copia. En TikTok, justamente, la copia —esta cuestión que en antropología decimos la mímesis— tiene un papel muy importante. Copias que suenan con la misma música, parecen ser los mismos pasos, pero en realidad no son lo mismo. Se habla, justamente, de la potencia de la copia.
»En otro aspecto, podemos ver la velocidad que otorga esta copia. Esto es una metáfora ahora que China pasó de ser manufacturero a ser una potencia cultural, la copia tiene un lugar muy importante en sus programas culturales y TikTok es un reflejo de todo ello. Pero es un reflejo también de prácticas de los jóvenes: un video de más de un minuto no los atrapa.»
«…una experiencia bastante real a condición de no serlo en absoluto…»
—Alessandro Baricco
Mariana: «El TikTok es muy inmediato. Ellos (la generación Z) pueden grabar en el mismo momento y subir el video y todo mundo se entera. Además, siento que en TikTok es muy fácil que se viralicen este tipo de cosas que, quizás en otras redes sociales no sucedería así. Este es un espacio, es el espacio seguro de la generación Z.»
Está presente aquí la idea de la mediación, se rompe totalmente esa barrera y se rearticula ese diálogo a través de esta relación directa entre quienes “hacen” y quienes “consumen”. ¿Se puede hablar de construcción de pensamiento a partir de esta creación que ya no está directamente relacionada con un estudioso, un especialista o un artista sino es el común de la población vaciando su experiencia en un video?
Fernando: Tendría mucho que ver sí con la difuminación del intermediario, pero también hay una negociación constante también con esos intermediarios.
Mariana: Hay wiccas, hay gente que habla de cosas que quizás para la gente de la vida real no tienen mucho sentido, cosas que quizás tienen que ver con el misticismo, y que sí tiene mucha resonancia en TikTok justo por eso, porque siempre va a haber gente que esté interesada en todo.
¿Qué dice justo del estado de la construcción de pensamiento o creación de cultura, el que una plataforma en específico como ésta, esté proliferando y tenga esta popularidad sobre todo entre la gente más joven? ¿De qué nos está hablando la existencia de una plataforma como TikTok?
Fernando: Lo que exhibe es las ganas de las personas de ocupar esos lugares de los que antes eran excluidos, por ejemplo, la televisión. Hay una migración masiva primero de la tv a redes y, dentro de las redes, de Facebook a Instagram, y luego a TikTok. En TikTok básicamente está todo.
Mariana: Me hace pensar en la importancia que está teniendo esta generación, la generación Z. Creo que los millennials sí éramos un poco conscientes, pero no producíamos algo que hiciera despertar el interés en otras personas, y me parece que la generación Z sí lo hace, y en todo sentido: del entretenimiento, de las cosas quizás banales, pero también son ellos los que nos hacen que nos enteremos de qué le pasó a un sujeto específico que estaba en el metro.
Es una red social que les da la oportunidad de empatizar con muchas de las causas y me parece que es una buena oportunidad para conocer y reconocernos, así como a los demás que están en esa red y que hablan de sus países, de sus entornos, de las realidades que los atraviesan.
Cuando el algoritmo me arroja sólo lo que “me gusta”, lo que me interesa en cuanto a información y contenido, ¿qué tanto peligro se corre en la polarización de las opiniones en una red social como ésta que tiene la posibilidad de viralizar sus contenidos?
Fernando: El reto de TikTok o del uso de TikTok es cómo repolitizar o cómo resustantivizar esto que puede devenir un scrolleo infinito, complaciente.
Desde este juego en el que estamos inmersos continuamente se estructuran nuevas narrativas e identidades. Procesos que sientan sus bases en la velocidad y la impermanencia, en la contracción del lenguaje y que cambian nuestra concepción de la realidad y nuestra relación con ella. ¿Para bien? ¿Para mal? Todavía es muy temprano para decirlo.