La novela cuenta la posibilidad de vencer a contrarreloj, lo malo que nos aqueja
Redacción / Ciudad de México
Cada 100 años el 31 de diciembre, se tiene que renovar un hechizo para mantener el caos en el planeta. Belcebú Sarcasmo y su tía Tirania Vampir, tienen la habilidad de transformar la realidad para fines personales y malévolos. Su poder es gracias a un pacto con el rey de los infiernos quien les ha exigido a los hechiceros que, en un plazo de cien años, que se cumple el día de San Silvestre, deben cocinar el ponche de los deseos antes de las campanadas de año nuevo.
La pócima permite que se haga realidad cualquier deseo, pero su preparación para lograr el mal debe de ser cuidadosa. Sin embargo, las mascotas de los hechiceros buscar evitarlo: el gato gordo Maurizio de Mauro y Jacobo, un cuervo sin plumas. El gato Maurizio es en realidad un espía enviado por el Consejo Supremo de Animales para evitar que el mal se repita.
El escritor alemán Michael Ende (1929-1995), afamado creador de literatura fantástica, autor de libros reconocidos como La Historia interminable, Momo o El espejo en el espejo, concibió su novela El ponche de los deseos para leerse el 31 de diciembre. La narración tiene la ingeniosa división de sus capítulos con las caras de un reloj que inicia a las 5 y termina a las 12.
Si bien la lectura es grata y esperanzadora, para quienes deseen una experiencia sonora, existe en México una versión libre radiofónica producida por el Instituto Mexicano de la Radio (IMER) en 1992, con las actuaciones de Sergio Bustamante, Jessie Conde, Patricio Castillo, Óscar Yoldi, Martha Aura y Carlos Carvallo. Con la dirección artística de Lizbeth García, guión de Alejandro Sánchez y la producción de Ava Quintanar. Los diez capítulos están disponibles en el siguiente enlace. https://www.imer.mx/fonoteca/el-ponche-de-los-deseos-1992/
Una forma para, en medio de confinamiento, pasar el fin de ciclo en familia con cierta esperanza para el nuevo año.
Portada: Reloj astronómico de Praga.