Dos investigadores españoles plantean haber encontrado la solución a uno de los misterios en la música del legendario compositor
Karen Rivera / Ciudad de México
Después de que se patentó el metrónomo en la primera mitad del Siglo XIX, Beethoven fue el primer compositor en utilizar este aparato que marca de modo exacto el compás de una melodía; sin embargo, hay intérpretes que cuando tocan la obras del músico alemán lo hacen sin seguir su marca original, porque consideran que hacerlo a la velocidad que propone es prácticamente imposible. Para resolver este enigma, la física y pianista Almudena Martín Castro y el músico y científico de datos, Iñaki Úcar, realizaron un estudio a partir de la mecánica clásica y el Big data que ofrece una explicación inédita.
«Dije, pues vamos a estudiar muy bien cómo funciona un metrónomo y vamos a intentar compararlo con cómo la gente interpreta la música de Beethoven, porque si de alguna manera yo puedo comparar lo que hace la gente con lo que Beethoven escribió y descubro que hay una desviación sistemática entre las marcas lo que la gente toca, quizá eso pueda explicar de qué manera estaba roto ese metrónomo», dice Almudena Martín Castro, física y pianista.
El metrónomo es un dispositivo, permite fijar la velocidad en la que debe tocarse la música, funciona como un reloj que indica los pulsos por minutos que se deben tocar en una composición. A través de una computadora, la pareja extrajo los tempos de las nueve sinfonías de Beethoven interpretadas por 36 integrales sinfónicas, es decir por 36 directores de orquesta en un periodo de 1940 a 2010, y analizaron poco más de 170 horas de sonido.
«Lo que encontrábamos era que Beethoven siempre daba un tempo más rápido, los directores siempre tocaban un poco más lento, pero esa desviación era siempre la misma, siempre los directores tocaban en promedio alrededor de 12 o 13 pulsos por minuto, más lento de lo que había pedido Beethoven y cuando rompíamos ese modelo matemático del metrónomo no había nada que diese lugar a esos 12 puntos. Y al final nos dimos cuenta de que esos 12 pulsos por minuto coincidían con la medida justamente, con la medida de la masita del metrónomo.»
La posible explicación a esa diferencia en tempos es que Beethoven no estaba seguro de dónde leer el metrónomo.
«Y encontramos que en la primera página del manuscrito de la novena sinfonía de Beethoven hay una anotación que pone 108 o 120, es decir, justamente 12 pulsos de diferencia, lo cual nos hizo pensar que realmente Beethoven tenía esta duda, que no tenía muy claro dónde debía leer, si encima o bajo la masa. Lo que aporta nuestro estudio sí que es lo bastante novedoso para plantear una nueva forma de interpretar a Beethoven.»
El tempo que Beethoven anotó en sus composiciones es uno de los grandes misterios de su obra para el que se han planteado algunas soluciones, algunas proponen que su sordera alteró la percepción del tiempo o que había una falla en su metrónomo. Almudena Martín Castro asegura que este trabajo se suma a más de 200 años y que se encuentra en la zona intermedia de las hipótesis antes descritas.