Una ficción futurista donde elementos de la cultura pop y del amor libre son asimilados por la iglesia evangélica para sumar adeptos y establecer su visión sobre el mundo
Julio López / Ciudad de México
El cineasta Gabriel Mascaro afirma que, desde 2010 a la fecha, cada hora se registra una nueva iglesia en Brasil. La fe evangélica ha escalado a terrenos que nadie hubiera imaginado y eso es parte de lo que retrata su nueva película Divino amor.
«La verdad es que tenemos una fuerza cada vez más gigante en los líderes religiosos, los pastores, ingresando como miembros del parlamento directamente. Son un monto de pastores que hoy son parte de la política oficial brasileña.»
Este es un filme de ciencia ficción a corta distancia. La historia se sitúa en el año 2027, Brasil ha pasado por un cambio político y cultural a parir de la fuerza que tomó la religión. Aunque no se afirma de manera directa se intuye que los pastores ocupan altos cargos políticos y desde ahí transforman la vida social, todo en nombre de dios.
«Pongo la película en un futuro cercano, me creo una cierta libertad para especular, una religiosidad casi futurista, pero con un comentario directo al presente. Estamos hablando de una investigación de campo, investigué cómo las iglesias incorporan elementos de la cultura pop, los robots, la cultura electrónica y, por que no, la sexualidad. Entonces, ahí hay una contribución de mi mirada, que traigo a la mesa: cómo en un futuro cercano elementos que hoy nosotros asociamos a la cultura progresista, el cambio de pareja, el poliamor, una cierta libertad en el matrimonio, los evangelistas de este futuro cercano piensan una estrategia de cómo asimilar esta cultura sexual y erótica para dios, para alimentar la fuerza y la soberanía de la familia cristiana unida.»
Al centro de la historia encontramos a un matrimonio que anhela tener un hijo. Julio se dedica vende arreglos florales mientras que Joana trabaja como burócrata en el registro de divorcios. Usa su persuasión y, en el peor de los casos, su autoridad para evitar que la gente se separe. En cambio, los invita a formar parte de su grupo religioso, Divino Amor, donde la palabra de dios se complementa con el intercambio de parejas. Así, el director construye una película que habla sobre la llegada del mesías con un toque de gospel porn.
«Yo tenía un gran desafío artístico: ¿cómo una persona que no tiene fe, soy un ateo, hace una película con una mirada muy generosa y fresca sobre una mujer de fe? Es una mujer que está en el lugar cierto y en la ahora cierta. Trabaja como notaria para hacer supuestamente el divorcio de las parejas, pero todo lo que hace es no hacer el divorcio y salvar la familia cristiana con una terapia muy excéntrica.»
Divino Amor formó parte de la 68 Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional. Su estreno comercial esta programado para el 17 de diciembre.