Una charla con Gabriela Badillo, diseñadora y creadora de 68 voces, y Maru Aguzzi, directora de Gran Salón México, sobre este proyecto que hermana la tradición oral con la ilustración y la música
Ciudad de México (N22/Ana León).- «Cuando muere una lengua las cosas divinas, estrella, sol y luna; las cosas humanas, pensar y sentir, no se reflejan ya en ese espejo. Cuando muere una lengua, todo lo que hay en el mundo, mares y ríos, animales y planta, ni se piensan ni se pronuncian con atisbos y sonidos que no existen ya». Estas bellas palabras pertenecen a un poema de Miguel León Portilla, que traducido a lengua náhuatl forma parte del proyecto 68 voces. 68 corazones. Y es que cuando muere una lengua, todo un universo se extingue con ella.
Platicamos con Gabriela Badillo, diseñadora y creadora de 68 voces, y Maru Aguzzi, directora de Gran Salón México, sobre este proyecto que hermana la tradición oral con la ilustración y con la música.
Sesenta y ocho son las lenguas que integran la diversidad de idiomas de los pueblos originarios en México. Es así, que el proyecto toma su nombre de ahí. Iniciado en 2012, esta serie de animaciones toman como base la tradición oral y la reinterpretan con los trazos y el color, resignificándola a través del trabajo de ilustradores contemporáneos. De esta manera, el proyecto se ha vinculado con propuestas como Gran Salón México. Muchos de los ilustradores que son parte de esta feria, han participado en los cuentos.
Gabriela: «Nadie puede amar lo que no conoce» es la premisa bajo la que nace este proyecto. Se juntaron varias cosas hace ocho años. Mi abuelo era de Yucatán, de una ciudad que se llama Maxcanú, muy cerca de Mérida y era de ascendencia maya. Y él falleció hace más o menos ocho años y cuando falleció, pues hice conciencia de todo lo que se había ido con él: no sólo un ser querido sino toda la sabiduría, historias, chistes, palabras. Luego, mi servicio social lo hice en Yucatán. Era muy triste ver cómo las madres no querían que sus hijos hablaran en lengua maya por temor a la discriminación, que no sufrieran lo que ellas habían pasado. Y cuando conocí el poema de Miguel León Portilla, “Cuando muere una lengua”, me hizo clic de cómo cuando muere una lengua se pierde una puerta, una ventana, a un universo distinto. Fue justo cuando nació el proyecto. El ver cómo todas estas lenguas son una entrada a esta cosmovisión, a esta cosmogonía. Y cómo si las dejamos de lado, vamos a perder esta gran riqueza.
Maru: La verdad es que no recuerdo cuándo conocí el proyecto, hace varios años ya y me volví loca. No podía creer que existiera algo así. Me parecía algo tan simple, en el mejor sentido, algo tan directo, algo tan bien hecho, de un tema que somos nosotros al fina, ¿no? Y algo de lo que casi no hablamos, abordado desde la manera en que está abordado, me parece muy increíble y muy necesario.
Con Gran Salón tiene directa conexión, muchos de los ilustradores que tenemos nosotros son parte de estos cuentos. En el 2019 fue la primera vez que colaboramos “efectivamente”, más allá del amor que yo tengo por 68 voces, cuando a GSM nos convocaron para hacer una expo en un festival en Gales, un festival de música y de cultura, y querían tener una exhibición en el espacio donde se llevaba a cabo el festival. En Gales también la lengua galesa está en peligro de extinción. Entonces, me pareció lo más orgánico del mundo que en vez de meter ilustración como le hacemos siempre, esa ilustración fuera parte de 68 voces. Y este año que GS se volvió on line, me parecía de nuevo que tenía mucho sentido tener a los cuentos en la parte on line, para que la viera todo el mundo que tiene internet.
Nadie puede amar lo que no conoce, es su lema
Gabi: Y es lo que queremos con este proyecto, que la gente conozca esta gran riqueza desde adentro; los que son parte de estas comunidades, para sentirse orgullosos y enaltecer el orgullo al ser parte; afianzar los vínculos entre los niños y los abuelos. Y todos los que no son parte de estas comunidades, que sepan la gran riqueza que significa para ayudar con un granito de arena a disminuir la discriminación.
Maru: A mí, personalmente, lo que me gusta de 68 voces es que es para toda la familia, es para todas las edades, pero que lo puedan ver los niños y, entonces, empezar desde abajo esta construcción que es educación al final y que es lo que necesitamos todos, me parece muy impresionante.
Gabi, mencionas algo que me parece fundamental y es que las madres no quieren que sus hijos hablen su lengua. Justo ahí creo que se rompe esta cadena y se pone en riesgo su preservación. Me parece relevante la reapropiación que se hace desde una práctica “contemporánea” como son la ilustración y la animación para hacer más cercana y que se resignifique y reapropie la tradición en las generaciones más jóvenes.
Gabi: Esta reinterpretación para mí es básica, de que no son culturas antiguas, sino que son culturas actuales, son comunidades actuales. Hay muchísimos jóvenes en todas las comunidades haciendo música en su lengua, haciendo ska, reggae, rock en su propia lengua. Hay cabida también para todas estas culturas en los medios actuales, en los medios contemporáneos y a través también de todos estos medios de difusión que son las redes sociales, que son los principales medios por los cuales se ha movido el proyecto.
Maru: Me parece que es brillante la decisión de usar ilustración para esto, porque existe desde siempre, es algo que todos hicimos; además, todos ilustramos, todos dibujamos de niños, entonces es algo que todos entendemos perfectamente.
¿Cómo seleccionar los cuentos, sus narradorxs y lxs ilustradorxs? ¿Cómo fue el proceso de llevar a imagen esas palabras?
Gabi: Ha habido una historia de crecimiento. Arrancó siendo un proyecto totalmente personal y de investigación, y en estos ocho años ha sido un proyecto más comunitario y eso me encanta. Desde hace cuatro años hemos logrado, gracias al INALI, ir a más comunidades y se está construyendo un proyecto junto con ellos y no sólo para ellos.
Gabi: Son las comunidades las que deciden qué historia quieren retratar. Ellos mismos deciden qué historia quieren que lo
s represente y hacemos un taller ahí también con los niños, los invitamos a dibujar la historia y, posteriormente, ya con estos dibujos lo que estamos haciendo con los ilustradores es briefearlos sobre la cultura, la comunidad, la historia; qué es lo que se quiere comunicar y se hace una reinterpretación de la cultura, pero también de los dibujos de los niños ahora.
Gabi: Para nosotros también, dentro del estudio —nos llamamos HOLA COMBO. Estudio de arte y diseño, y ahí hacemos 68 voces—, es muy importante la imagen, pero también el fondo de las cosas. Buscamos que no sólo se vea increíble sino que comunique.
Nahua, tojono, tojolabal, purépecha, enna, ayuujk, son algunas de las 36 lenguas que hasta ahora se han animado e ilustrado. Pero como lo hace la lengua y la historia, 68 voces ha traspasado fronteras, algunas de las historias han sido traducidas al portugués, al japonés, incluso al ucraniano. Aquí la música, la imagen y el mito del origen que es tan similar en varias culturas, construye un puente que todos podemos transitar.
Gabi: Es importante mencionar que 68 voces es un proyecto sin fines de lucro, por eso está abierto totalmente en internet, en el sitio, para que cualquiera pueda ver estas historias. Todas las traducciones que tenemos a otras lenguas en el extranjero, es porque estos traductores se han acercado con nostros y han querido aportar su trabajo para la traducción. Y varios de ellos es porque ya ha habido proyecciones y presentaciones.