El Centro de Experimentación y Producción de Música Contemporánea (CEPROMUSIC) participa en el Festival Internacional Cervantino con la ópera Don Perlimplím… del compositor Bruno Maderna, inspirada en la obra de Federico García Lorca
Ciudad de México (N22/Huemanzin Rodríguez).- Don Perlimplín, o sea el triunfo del amor y de la imaginación es una ópera radiofónica que cuenta la historia de un solterón que, pese a su renuencia a las mujeres, se casa con Belisa. Esta ópera radiofónica, estrenada en agosto de 1962, está inspirada en el texto La balada amorosa, de Federico García Lorca. Como parte de las actividades del Festival Internacional Cervantino, CEPROMUSIC, junto a la Compañía Nacional de Teatro, presenta esta obra de Maderna.
«Es una rara avis en el escenario de la ópera. Al principio de esta contingencia pensamos que quizá una ópera radiofónica que está pensada sin la presencia de un público y sin una puesta en escena, se pudiera ajustar a las condiciones que tenemos en la actualidad. Y creo que es un formato que ahora nos permite trabajar en estos tiempos.
»La ópera radiofónica fue un género extraño, extraño por lo poco frecuente, que tuvo su momento de apogeo entre las décadas de los cincuenta a los setenta. Y que, a partir de estudios de fonología y estudios radiofónicos, fundamentalmente europeos, dio productos realmente interesantes.
Creímos que Bruno Maderna (1920-1973), una ópera radiofónica, el Festival Internacional Cervantino y CEPROMUSIC, sería una combinación interesante y como siempre hemos buscado abrir ventanas, extendimos la invitación a la Compañía Nacional de Teatro para presentar este espectáculo.»
¿Cómo nace este vínculo entre Bruno Maderna y la obra de Lorca?
Fue en la década de los cincuenta y a principios de los sesenta, y circunscrito a los cursos de verano de Darmstadt (fundados en 1946 por Wolfgang Steinecke), ese centro neurálgico de la actividad musical contemporánea en Alemania; en que hubo una verdadera adoración por la figura de Federico García Lorca.
Para muchos compositores centro europeos, particularmente, fue un icono de la lucha antifascista, de las posturas de la libertad, de la libertad sexual y por su puesto fue una bandera de la homosexualidad de ese entonces.
Es así que, compositores como Luigi Nono, Wolfgang Fortner, Hans Werner Hentze y el mismo Bruno Maderna, entre otros, se dedicaron a la tarea de escribir por, para y a partir de textos de Federico García Lorca. En el caso de Don Perlimplim…, una de las obras dramáticas más cortas de Lorca, Maderna la tomó (también la tomó Luigi Nono para su famosa Capa Roja) posiblemente por lo breve y compacta, y porque se dan cita todos los dioses y todos los demonios de Lorca. Esta obra que en un momento se pensó el montaje para títeres, tiene drama, tiene comedia, tiene la muerte ritual, tiene las coronas. En un tiempo corto están todos los elementos lorquianos. Creo que este era el momento indicado para hacer Don Perlimplim.
¿Cómo ha sido el montaje de esta obra en tiempos de pandemia?
Al ser radiofónica, implica varios niveles de realidad acústica, por su puesto están los músicos, hay una sola cantante, están los actores, está la electrónica. Todo eso pensado originalmente en el contexto de un estudio de grabación más o menos sencillo. Técnicamente ha sido complejo, ha habido que hacer muchos ensayos seccionados de tal manera que hemos podido reunir a todo el ensamble al final del proyecto con las medidas de seguridad pertinentes, con mamparas, con la distancia necesaria, con cubrebocas. Acústicamente es muy extraño tocar con tanta distancia, la comunicación es algo complicada. Además de la realidad acústica que significa tocar detrás de una mampara. Pero así es ahora.
Con los actores ha sucedido algo similar. La compañía ha hecho un trabajo maravillo que está difundido por video, porque es el formato en que el Festival Internacional Cervantino nos está convocando a todos.
Estas condiciones que enfrentamos en la humanidad, ¿a qué reflexiones te lleva?
Es un tema que lleva a la reflexión y también a tomar ciertas actitudes de todos los que formamos parte del proceso artístico, seamos compositores, intérpretes, quienes difunde el hecho artístico, hasta los espectadores. La reflexión nos lleva a asumir puntos de partida. Puedo decirte que en CEPROMUSIC tratamos desde el día uno de asumir la realidad en tanto como vehículo de expresión artística. Difícilmente nos silenciaríamos. Creo que la pandemia es una circunstancia, por ello el arte debe vivir y por supuesto, sobrevivir.
En nuestro caso tratamos de hacer música que no necesariamente exigía ocupar un mismo espacio escénico, tratamos de revisitar a la Escuela de Nueva York, hemos hecho obras de Morton Feldman, John Cage, Pauline Oliveros (quien estrictamente no es de la Escuela de NY), es decir música que por ejemplo con un alto nivel de sincronía musical, pero con un contacto no necesario en tiempo real con los compañeros. Hemos tratado de hurgar en el repertorio, hemos tratado de hacer que la música sea posible con los medios y características de esta situación de contingencia.
A nivel personal, he pensado varias cosas. Pienso que es el espacio común, el que compartimos, el que hace posible la música. Es terriblemente complicado poder compartir con ciertas trabas, el espacio escénico. Es algo en lo que pienso mucho porque me parece que la civilización occidental, desde hace mucho, poco a poco ha ido perdiendo y dañando el sentido del tacto. Las culturas Mediterráneas, las culturas de Asia Menor, las culturas preislámicas sí tenían una concepción del tacto de la que ahora estamos a años luz de ella. La manera de relacionarnos a través de este sentido, me parece que lo hemos ido perdiendo.
También creo que necesariamente tenemos que pasar por una reflexión, y ahora son tiempos de reflexión, sobre ¿qué es la música? Pero, más allá de reflexionar y revisitar, hoy tenemos que crear, necesitamos ofrecer nuevos modelos de vida, nuevos modelos de arte y de expresión artística.
La multidisciplina, algo para nada nuevo, se ha visto limitada por es concepción del presupuesto para las expresiones artísticas. Si algo nos ha mostrado la pandemia es que, si no usamos de mejor manera las posibilidades tecnológicas, será difícil poder crear y divulgar. En CEPROMUSIC siempre han buscado mucho una interacción mayor. ¿Las circunstancias obligan a algo en particular dentro del contexto artístico de México?
Creo que es parte de la pregunta que planteé: ¿Qué es la música? Por supuesto que lo pregunto en un sentido muy amplio. Por cuestiones de sistema de reproducción y producción artística, estamos acostumbrados a formatos relativamente cerrados y fijos. Por varios motivos que funcionan y funcionan bien. Esto nos permitió varias cosas, pero también ha reducido preguntas como: ¿cuándo, cómo y quién hace la música? En CEPROMUSIC entendemos que la música tiende puentes y habla con otras disciplinas. Es una música que puede ser autónoma, pero en un muy buen porcentaje de casos, le gusta dialogar con otras disciplinas artísticas relativamente tradicionales. En ese sentido creemos que la música es plural o es sencillamente parcial.
Siempre hemos tendido puentes y por supuesto, ahora más: desde la videodanza, el cine, la ópera, hemos trabajado con la Compañía Nacional de Danza y ahora con la Compañía Nacional de Teatro, dirigida por esa cabeza tan lúcida de Enrique Singer. Esa relación que hemos construido desde la creación de CEPROMUSIC hace nueve años, ahora lo haremos más porque la tecnología nos brinda vínculos que tienen otras reglas de juego. Es la reflexión sobre el arte y las formas artísticas la que nos permitirán seguir creando bajo las condiciones en la que nos encontramos en el mundo.
Este espectáculo es transmitido en vivo este sábado 17 de octubre a las 19 horas en festivalcervantino.gob.mx, contigoenladistancia.cultura.gob.mx, televisión abierta y redes sociales oficiales federales y locales. El contenido estará disponible durante 24 horas posteriores al estreno en festivalcervantino.gob.mx
Imágenes cortesía del FIC.