Una escultura que inunda de color la catedral durante el día y que proyecta las ondulacines de color producto de la luz interior al horizonte parisino, es la propuesta del estudio holandés trnsfrm
El 15 de abril del 2019, la Catedral de Notre Dame, símbolo de belleza e historia de París, fue envuelta en un incendio que acabó por destruir gran parte del inmobiliario y la estructura del recinto barroco del siglo XV.
Días después, el presidente francés Emmanuel Macron, aseguró que la Catedral sería restaurada a su estado original, desde entonces diversos estudios han propuesto nuevas ideas para darle vida al recinto; uno de ello es el estudio de arquitectura holándes, Transforming Real Estate (trnsfrm), que propone un concepto alternativo con un techo de vidrio escultural que se retuerce en una aguja.
Para reemplazar el techo y la aguja destruidos por las llamas, los arquitectos de trnsfrm proponen una escultura contemporanea hecha de vidrio coloreado; la idea está parcialmente inspirada en la Basílica de Santa María Guadalupe de la Ciudad de México del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez y la Galería Victor Manuel II en Milán.
Trnsfrm manejó el patrimonio histórico y cultural de la catedral de Notre Dame como punto de partida, los ochocientos años de historia del edificio y el patrimonio cultural que representa, seguirán vigentes además de seguir siendo lugar de culto.
Asimismo, la escultura estaría realizada en vidrieras fijadas a un marco de acero. Como resultado, durante el día, la escultura de vidrieras permitiría entrar la luz del sol a la catedral y por la noche, la iluminación interior crearía el efecto contrario: la escultura se convierte en un punto de referencia «que brilla en la oscuridad» en el horizonte parisino.