Un grupo de intelectuales y la ministra de cultura han hecho llegar una petición al presidente de Francia para mover los restos de los poetas malditos al Panteón de París, solicitud que ha generado opiniones encontradas
Ciudad de México (N22/Redacción).- Fue el 10 de julio de 1873 cuando Paul Verlaine le disparó a su amante Arthur Rimbuad en una habitación de un pequeño hotel de Bruselas. Una bala que hirió al joven de 19 años en la muñeca, logró dar fin a las aventuras de estos dos poetas, protagonistas de una de las relaciones más enfermizas y apasionantes de la literatura.
Paul Verlaine sería sentenciado a dos años de cárcel mientras que Rimbaud regresaría a su hogar para concluir una de las obras literarias más importantes y la única publicada en vida del poeta: Una temporada en el infierno (1873).
Si bien es cierto que ambos son conocidos por formar parte de los llamados Poetas malditos, por llevar al límite sus cuerpos con todo tipo de drogas, alcohol y experiencias bohemias el argumento de “desarreglar los sentidos”, también es cierto que forman parte de los poetas indispensables en la historia de la literatura francesa.
Por este último motivo, tanto Rimbaud como Verlaine han sido nominados por un grupo de intelectuales, y el respaldo de la Ministra de Cultura de Francia, Roselyne Bachelot, para trasladar sus restos al Panteón de París, lugar en donde descansan “grandes hombres” de la nación francesa y un par de mujeres.
No obstante, esta iniciativa ha generado un debate político y literario sobre si los poetas malditos deberían descansar junto a Voltaire, Rousseau, Emile Zola, Marie Curie, Victor Hugo y Alexandre Dumas, entre muchos otros.
El debate gira en torno a dos argumentos generales que han derivado en diferentes posturas a favor y en contra de la iniciativa: por un lado se sostiene que es el momento de honrar a ambos personajes por el simple hecho de ser dos de los poetas más importantes ya no sólo en Francia, sino de la literatura universal. En contraste, se defiende que trasladar los restos de los poetas malditos a ese panteón sería un insulto póstumo ya que ambos habrían ido en contra no sólo de ese hecho sino de la institución misma.
De acuerdo con el diario El País, todo comenzó en marzo de este año, cuando un grupo de amigos, entre ellos el editor Jean-Luc Barré, quien recientemente publicó una biografía de Rimbaud, y el ensayista Fréderic Martel, visitaron el cementerio de Charleville-Mézières, ciudad natal de Rimbaud y lugar en donde descansa junto a su familia.
Al llegar a la tumba, se cuestionaron cómo era posible que el poeta estuviera enterrado junto a las personas de las que tanto “huyó” y quienes además, “tergiversaron el sentido de su obra”.Por ello, emprendieron la arriesgada misión de proponer el traslado de su cuerpo al panteón fundado en 1791, cosa que atrajo toda una polémica entre críticos, historiados, medios de comunicaciones y fans de los poetas.
Cerca de cinco mil personas firmaron la petición, presentada el 9 de septiembre para llevar los restos al Panteón, la cual también sugiere que ambos están asociados con eventos importantes en la historia de Francia; el nombre de Rimbaud que fue utilizado como modelo por los estudiantes en mayo de 1968.
Otro argumento a favor es que al Panteón le vendría bien un poco de diversidad sexual, afirmando que ambos poetas representan una de las parejas homosexuales que soportaron la homofobia de su tiempo y lucharon contra las imposiciones del sistema; el mismo Verlaine, fue juzgado bajo los cargos de sodomia y homosexualidad en donde le realizaron un examen médico para verificar que había tenido relaciones sexuales con hombres.
La Ministra de Cultura de Francia afirmó abiertamente que:
«Primera razón literaria. No diré que Rimbaud y Verlaine son los dos poetas más grandes de la literatura francesa. Pero nadie me negará que están entre los cinco primeros. La segunda razón es esta: la historia de amor entre Rimbaud y Verlaine es un fiel reflejo de todos los compromisos de mi carrera política, denunciando todo tipo de discriminaciones».
No obstante, la iniciativa también desató la crítica de especialistas, filósofos, historiadores, así como la negativa del grupo “Los amigos de Rimbaud” e incluso el enojo de familiares del poeta de las Iluminaciones (1886).
En una carta publicada en el diario Le Monde, críticos y escritores como Adonis, Tahar Ben Jelloun o Antoine Compagnon. Frédéric Martel y Alain Borer, aseguran que esta iniciativa es un error ya que iría en contra del pensamiento de ambos poetas. Detallaron que, incluso, el propio Verlaine se burló en vida de la “panteonización”.
Asimismo, los firmantes, protestaron en contra de la identificación de Rimbaud y Verlaine como pareja, sosteniendo que es imposible afirmar que el poeta de 19 años fue homosexual durante toda su vida. Según ellos «todo lleva a creer que su relación amorosa con Verlaine […] formaba parte de la provocación antiburguesa».
A este argumento se unió la bisnieta-sobrina del poeta, Jacqueline Teissier-Rimbaud, quien defiende que la relación de ambos sólo duró un par de años y que debe permanecer en el mausoleo familiar. «Todo el mundo pensará [que son] homosexuales, pero no es verdad».
Además, otro puñado de críticos sostienen que, pese a que ambos poetas son muy importante para la poesía francesa, no son modelos ejemplares: Rimbaud vendió armas en África luego de abandonar la poesía y Verlaine, hundido en alcohol, solía golpear a su esposa y maltratar a su bebé además de haber estado en prisión por dispararle al joven poeta.
Pese a estos argumentos, la decisión de enterrar en el Panteón a las grandes personalidades de la nación, es una decisión soberana que sólo el jefe de Estado puede tomar por lo que habrá que esperar a que Emmanuel Macron lo medite y de una respuesta a la petición.
Imagen de portada: Paul Verlaine y Arthur Rimbaud, en el que es quizás su único retrato juntos (1873)