«El bioarte hace que la narrativa en torno de la vida no sea controlada por los gobiernos, por los medios, por las empresas, tampoco por los científicos»: Eduardo Kac

En el marco del pasado Festival El Aleph, una charla con el artista creador del bioarte

Ciudad de México (N22/Karen Rivera).- Alba se diferenciaba de los demás mamíferos de su especie por el tono verde fosforescente que proyectaba bajo la oscuridad, esta coneja fue modificada genéticamente por propuesta de Eduardo Kac, quien la presentó como obra de arte con el nombre GFP Bunny, la conejita de la proteína verde. El proyecto que hace dos décadas causó revuelo, se convirtió en la creación más reconocida del artista brasileño. Pero ¿es posible utilizar  a la vida como material biológico y al mismo tiempo artístico? Esa es la propuesta del bioarte o arte transgénico.

«Fundamentalmente, el arte transgénico abre la posibilidad de editar el genoma para producir nuevas formas de vida como arte. Es una forma de arte que después de más de veinte años está bien claro que se trata de arte y no de otra cosa. Es una cuestión también de comprender que el hombre no es el centro del universo, comprender que nosotros, humanos, hacemos parte de una red, de una familia, vamos a decir, comunidad de la vida, y aquí nuestra capacidad sensorial no es mejor o peor que la de los conejos, de las serpientes o de los insectos. El bioarte hace que la narrativa, en torno de la vida, no sea controlada por los gobiernos, por los medios de comunicación, por las empresas, tampoco por los científicos.»

Alba y la búsqueda de la conquista por el espacio, inspiraron a Eduardo Kac a desarrollar desde el 2009, una serie de obras a las que llama Lagoogleglyph, un lenguaje visual pintado a mano en color verde y negro sobre blanco, y que puede se visto a través de satélites. Si la atmósfera de la Tierra termina a 118 kilómetros de la superficie, y los satélites se encuentran aproximadamente a una distancia de entre 700 y 36 mil kilómetros, esto significa que desde el espacio se puede observar lo que el artista llama «una marca conegráfica».

«Es necesario comprender la resolución del satélite. Cuando yo empecé a crear estas obras, la resolución era de 50 cm, eso quiere decir que cada pixel en el suelo tenía 50 cm. Pensar una obra en la superficie de la tierra a partir de 700 kilómetros de distancia en órbita, es pensar la obra en una escala global, y como yo decía antes, que ahora estamos cambiando de información a materia, de materia a información, esta serie nueva que yo llamo Lagoogleglyph, porque son pensados para el sistema de visualización de la Tierra de Google, estas obras las hago en todo el mundo.»

Su pieza más reciente la presentó en 2017, después de realizar una residencia artística en la Agencia Espacial Francesa, donde creó Telescopio Interior, primera obra creada fuera del planeta Tierra y concebida específicamente para gravedad cero. Kac, también utiliza la telepresencia y la realidad virtual, como áreas de experimentación creativa, pero para el artista, el futuro del arte está en el espacio.

«Hay una nueva dinámica que no funciona más con el pensamiento binario de que aquí está la información que no tiene nada que ver con la materia que aquí está. Ya vivimos en una era de transformación constante en la cual la información se transforma en materia y la materia vuelve a ser información. Una vez que pasemos más tiempo en el espacio vamos a empezar a desarrollar una nueva cultura espacial.»