Lumen ha publicado en español Cambiemos el mundo, un pequeño libro que condensa los discursos de la joven activista climática sueca, Greta Thunberg
Ciudad de México (N22/Ana León).- Numerosas son las veces que la joven sueca Greta Thunberg ha tenido oportunidad de tomar la palabra en foros mundiales, frente a líderes mundiales, sólo para dejar un mensaje claro: la lucha por el cambio climático no tiene grises, es blanco o negro, y a quien lo olvide o lo dude, vendrá a recordárselo, porque cambiar las políticas respecto a las emisiones, nuestros hábitos respecto a la huella de carbono, nuestra forma de vida, no es algo “para mañana”. El cambio es ahora o el futuro no será.
Un pequeño libro traducido del inglés por Aurora Echeverría y editado por Lumen, condensa los discursos que desde 2018 ha dado la joven adolescente desde aquel viernes de agosto, de ese mismo año, que faltara a la escuela para sentarse frente al Parlamento sueco y hacer una huelga por el clima.
Cambiemos el mundo aloja las palabras de aquella niña de mejillas rojas y trenza inmensas, diagnosticada con el Síndrome de Asperger, que ha elegido hablar porque la imagen de este mundo en el futuro, con las actuales prácticas, le aterra. Greta ha alzado la voz y en muchas otras ciudades del mundo (en México tibiamente), cientos de estudiantes han salido a las calles cada viernes para luchar por el clima. La chica sueca se ha convertido en un símbolo del activismo climático.
De los datos que arroja en sus discursos me gustaría recuperar los siguientes:
-Estamos inmersos en la sexta extinción masiva
-Hasta doscientas especies se extinguen a diario
-Al día de hoy el índice de extinción natural es de entre mil y diez mil veces más alto de lo que se considera normal
-Según el Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático, en menos de doce años ya no podremos corregir nuestros errores
-Nadie actúa como si estuviéramos en una crisis
«Nadie actúa como si estuviéramos en una crisis», dice Thunberg, y sus palabras dejan una estela. Y hace reflexiones tan básicas y elementales como: «Si en verdad hubiera una verdadera crisis y esa crisis estuviera provocada por nuestras emisiones, ¿veríamos al menos alguna señal? […] Pero no. Y casi nadie habla de ello. No hay titulares, ni reuniones urgentes, ni noticias de última hora.»
Entonces, los discursos, aunque repetitivos, alarman. Pero, ¿cuántas veces se tendrá que repetir lo mismo, las mismas palabras en diferentes foros, para hacer algo?
El libro se lee de un tirón. En las 72 páginas que condensan sus discursos están la razón y los medios para hacerlo. Lejos de lo mesiánico, el discurso de Greta se estructura de manera simple, sencilla y precisa. La solución está allí: en los datos. La acción, entonces, debe ser conjunta.
¿En qué momento despertaremos para hacer algo?
La misma estudiante señala que se le ha criticado y cuestionado sobre quién está detrás de ella y sus discursos, a quién le interesa que alce la voz y tenga el alcance que ha tenido, ¿hay un motivo oscuro detrás de su activismo? Y cuando leo eso me pregunto, siguiendo su mismo discurso, –esto es blanco o negro, no hay grises cuando se trata de sobrevivir–, qué motivo más oscuro que un futuro invivible, que un planeta inhabitable. Si hay o no un interés de detrás de esta chica, de un momento a otro se sabrá. De cualquier manera necesario es escuchar con atención, porque no habrá un planeta B, porque ahora mismo habitamos un planeta sin certeza de futuro. Y cuestionarnos sobre qué haremos en el futuro no es la pregunta correcta, la correcta y necesaria es ¿qué estamos haciendo ahora?