Una cinta que presenta la historia de Daniel Muratalla, que es la historia de muchos mexicanos que cruzaron la frontera norte y luego de muchos años buscan regresar a casa
Ciudad de México (N22/Julio López).- Lupe bajo el sol es una película que retrata soledad y abandono. La historia de un hombre que dejó todo por el sueño americano. Ha pasado años viviendo una vida rutinaria y fantasmagórica pizcando durazno, ahora es una especie de ente que busca regresar a su país para pasar sus últimos años.
«Ayer en la presentación en la Comisión Nacional de Derecho Humanos fue genial porque de repente se empezó a desempacar la película, a desgranar todos estos temas de derechos de personas mayores, derechos de migrantes, esta idea de la indiferencia y de cómo rescatas con una película estas historias que se esconden, que no vemos ni en México ni en Estados Unidos, de migrantes que sacrifican tanto y se hacen tan invisibles», nos detalla sobre la cinta su director Rodrigo Reyes.
La película se estrena en un momento coyuntural de la historia entre México y Estados Unidos. El gobierno de Donald Trump amenaza con imponer aranceles si no se hace algo para frenar la migración. Las miras del gobierno del mandatario apuntan a que México se convierta en el tercer país seguro.
«Estamos dándonos cuenta cada día más, que la migración es un arma política muy fuerte y que tenemos que proteger a nuestros paisanos migrantes. Donald Trump lo entiende perfectamente: el racismo vende.»
La historia del protagonista no es tan diferente a lo que nos presenta la película. Llegó a Estados Unidos a principios de los años ochenta, ahí hizo su vida en los campos pizcando durazno, uva, fresa y chabacano. Su esposa e hijos viven en Estados Unidos, pero el resto de su familia se quedó en Michoacán.
Con la voz quebrándose, Daniel Muratalla, el actor de esta película, comentó: «Con decirle que yo no había visto la película, yo no sabía por qué el papel es de alguien serio, no hablaba ni nada. Ya cuando la vi me hizo llorar, soy muy sentimental.»
Lupe bajo el sol genera en el espectador el sentimiento de añoranza. La historia transcurre de manera pausada, con imágenes poéticas. Apenas hay diálogos y la narrativa se siente casi documental.