Para el diseñador y músico el continente es un espacio por descubrir y no se puede entender sólo desde cinco países a los que se ha reducido la publicidad y el mercado; es una cultura diversa y amplia
Ciudad de México (N22/ Alizbeth Mercado). – Coreón Dú tiene 34 años y es un artista holístico. Canta, diseña, produce, escribe. También ha sido un importante enlace en redes de trabajo para artistas de Angola, país de donde es originario. Aun con estas actividades a cuestas, le da tiempo de tener buen humor.
Su historia de vida está cruzada por la migración. De niño salió de Angola a los ocho años, porque su madre pensó que ese contexto de violencia (guerra civil) no era el lugar indicado para que sus hijos crecieran. Se fueron a los Estados Unidos y después regresó a Angola en su juventud.
En 2010 comenzó su carrera como músico y, casi al mismo tiempo, como diseñador de moda. Su primer álbum fue The Coreón Experiment, al que siguieron The WeDú Experiment (2013) y Binario (2014).
Leí en una entrevista que, por lo regular, mantienes una actitud positiva, lo que, en este mundo lleno de odio, de discursos políticos llenos de odio, y con gente enojada por muchas cosas, resulta interesante. ¿Cómo lo mantienes?
En realidad, siempre me he fijado en el equilibrio, tal vez porque soy Libra [risas]. Creo que por naturaleza siempre he sido optimista, desde que nací, creo que ser optimista es una práctica, no es algo que se mantenga naturalmente, siempre hay desafíos de mantener la mente positiva y mantener el equilibrio y la única forma de hacerlo es escuchando. Creo que hoy en día mucha gente quiere hablar, dar su opinión, que su opinión triunfe, pero no escucha lo que la otra persona está sintiendo y no tiene empatía y esas son cosas que para mí son súper importantes.
Hablando de tu carrera, ¿cómo descubrirse cada talento y cómo los desarrollaste? ¿Qué fue primero, la música o el diseño de moda?
En lo personal, descubrí la música y la moda al mismo tiempo. Tenía cinco o seis años, me fascinaban los dos mundos y siempre me gustó el mundo del cine musical y la música en particular, con artistas que tenían una estética visual muy fuerte como es el caso de Prince, Michael Jackson, Björk, entonces, siempre me interesaron esos artistas que tenían ese mensaje completo: auditivo, visual, con movimiento.
A nivel profesional, estudié publicidad y comencé en el mundo de la producción, del PR y lo demás se fue desarrollado por consecuencia, mi carrera musical empezó con el contacto que empecé a tener en Angola con el mundo backstage de la publicidad y producción. Conocí muchos músicos y me motivaron bastante a empezar a hacer no solo trabajos para la publicidad sino música con mi propia voz.
La moda fue un poco lo mismo, como scouter de modelos, todo empezó en una conferencia de marketing que organizaba en Angola, porque era socio de una agencia que tenía conexiones en París y estaban buscando modelos africanas y como yo hacía casting, propuse y, casi accidentalmente, descubrí a personas que ahora son tops en su industria (María Borges y Roberta Narciso).
Mi marca WeDú nació con la relación con la música. Mis fans me preguntaban dónde podían comprar lo que vestía en el escenario y desde ahí empecé a desarrollar piezas y tuve el apoyo de una red de tiendas en Angola para desarrollar y distribuir la colección. Ahí comenzó.
¿Qué oportunidades tuviste, que, quizá fueron determinantes para avanzar en tu carrera? ¿Qué oportunidades te construiste y qué obstáculos enfrentaste para alcanzar lo que tienes ahora?
Mi experiencia en Angola fue acumulativa, porque en el mercado, especialmente cuando llegué, era muy difícil porque era un mercado muy competitivo, pero en pleno desarrollo, por eso necesitaba hacer muchas cosas, me faltaba información y faltaba gente calificada y recursos. La experiencia que tuve, por ejemplo, en ferias de verano o me iba a trabajar con mi familia en el turismo, esas fueron mis primeros contactos para aprender cómo organizar algo.
Cuando empecé mi carrera tuve que construir todo porque cuando llegué a Angola comencé trabajando en un banco, pero me di cuenta de que esa no era mi carrera, por eso decidí abrir mi propia empresa, tuve que entrenar personas; aprendí muchas cosas para poder enseñar. Por falta de recursos y oportunidades, me encontré que había mucha gente con talento pero que no había pasado por una escuela de comunicación, de video, de fotografía; por eso tuve que construir, de una forma poco ortodoxa, y tuve que desarrollar la parte humana, técnica y comenzar a construir una historia estética propia. Fue el mayor desafío.
En este sentido, ¿sientes el deber de transmitir un mensaje como creador de Angola, para que las personas conozcan más sobre la estética de tu país?
Creo que eso es algo instintivo, no creo que sea un deber, es algo que es parte de mi ser. Cada creativo tiene un punto de vista y su identidad. Como me crié fuera de mi país, pero con una conexión muy fuerte a mi cultura, siempre tuve curiosidad en aprender más sobre mi cultura, idioma y tal vez por eso decidí irme a mi país cuando terminé la universidad y no quedarme en EEUU trabajando. Tenía curiosidad de aprender más de mi país por eso quería comunicar de esta forma.
¿Hay alguna reminiscencia de aquel contexto de guerra civil que podamos ver en tus piezas, en tus canciones?
Siempre. Mi generación, en particular, aún tiene varios traumas porque era muy evidente, algo que afectaba a mucha gente y todas las familias en el país, porque han fallecido familiares en el servicio militar, periodistas que fueron víctimas, tuve contacto con personas que también perdieron familiares, creo que al final del día, eso está en algo de mi trabajo, incluso hice un experimento visual y lo presenté en Angola, una colección sobre mis sueños de infancia. Hoy en día, todos los impresos de WeDú tienen esa inspiración.
Como adulto me reté: ¿cómo crear una memoria en algo bello, que sea artísticamente interesante y que lo pueda compartir con los demás de forma positiva?
Me imagino que tus viajes entre Angola y EEUU son recurrentes ¿cómo interpretas a cada país cada vez que vas y vienes?
Angola era un lugar completamente diferente del que dejé cuando era niño. Los dos países están en constante evolución, en los dos casos puedo decir que hay evolución positiva y negativa, también. Porque hay muchas cosas en retroceso, que creo que eso está por todo el mundo, a nivel social y humano, porque hay una ola de egocentrismo social, en que la gente está muy fijada en su propia agenda y no está atenta a su alrededor y al conectarse con otros y entenderlos.
Sobre tu trabajo de relaciones públicas, eres un agente de networking, ¿presentar a gente de tu país que ahora es exitosa qué te dice?
El conocimiento que gané, y la experiencia que voy ganando es interesante compartirlo, así como aprender de los demás. Lo que hice con María, Roberta y las demás, fue darles un poco de información y la oportunidad de hacer lo que era su sueño, pero darles las herramientas para hacerlo con éxito, porque muchas veces lo que pasa es que no se da la información a la gente más joven de la disciplina que es necesaria para su profesión y como venía del mundo de la publicidad sabía, como cliente, cuál es la expectativa de las marcas.
Cuando ellas se van a París, a Nueva York, a Londres, tenían información y eso era el escenario que pueden esperar y que deben estar listas porque si no, pueden perder las oportunidades.
Sobre WeDú hay una colección que se llama Bodyshameless y tienes un sentido utilitario de las prendas ¿por qué pensar en todas las formas y usos? La tendencia va en ese sentido, pero ¿qué tiene WeDú en particular?, ¿cómo hacer ropa para más de un tipo de cuerpo?
En realidad, yo nunca fui la forma física común, ni el sample size (risas) que es para una persona estrecha y alta, pero no todos somos así. Cuando empecé con WeDú mis fans me pedían consejos de moda y me fije en la comunidad, que es importante para mí, mi línea siempre ha sido unisex por eso nunca pensé en limitar las prendas por género, siempre pensé en cosas prácticas y que las personas puedan mezclar con su guardarropa actual para añadir un poco más de color, que sea algo que cualquiera pueda utilizar. Siempre pensando que todos somos distintos y el máximo que pueda representar, eso es lo mejor, porque yo también tuve ese problema. Siempre he sido bajito y mi tamaño es mayor, veía cosas en la pasarela, pero no había tallas para mí, por es pienso mucho en ese tipo de detalle.
Al ser disruptivo con este tipo de creación ¿enfrentaste rechazo o críticas cuando decidiste hacerlo?
Sí, porque normalmente mucha gente está cómoda con el patrón, en lo que existe y conoce. Cuando alguien presenta una idea nueva, normalmente, la reacción no es positiva por el statu quo pero, al mismo tiempo, el público tiene una reacción distinta porque cada persona tiene su punto de vista y son diversos. Siempre he encontrado personas interesadas en mi punto de vista creativo, mismo que las personas en la industria no entendían de inmediato. Hay cosas que, por ejemplo, hay muchas cosas que hago que ya son tendencia, pero otras que veo de creadores que me encantan, lo hacen desde hace décadas y mucha gente cree que son nuevas.
Normalmente me inspiran personas que crean conceptos atemporales, eso es lo que intento hacer, una conexión genuina con mi trabajo. Sólo seguir modas y tendencias es más fácil, pero creo que es una trampa porque siempre tienes que transformarte.
Sobre la música, se te clasifica como un exponente del afro house, pero desde siempre en los ritmos latinos hay influencias afro ¿qué quieres hacer con tu música en este contexto global donde ya hay bastantes fusiones entre géneros?
Me encanta la fusión y siempre me permití hacer eso, estoy muy contento de que, hoy en día se permite a muchos artistas que experimenten con su arte, especialmente con aquellos que están en un lugar más comercial de la industria, pero la tendencia natural del artista es crear e innovar y antes no era tan posible, que, creo que el consumidor ya pide esa innovación. Estoy muy contento de que a nivel del top más comercial se están abriendo lugares a la fusión y también gracias a eso, un poco, mucha gente está descubriendo los ritmos africanos, latinos y hay colaboraciones muy interesantes de eso.
¿Qué estás escuchando ahora?
Los últimos años, por más raro que parezca, estoy escuchando muchos clásicos y mucho vintage, porque tengo que confesar que, a nivel de la música mainstream, muchas cosas se han quedado parecidas. Como mucha gente se fija en la tendencia, estamos en ese momento en donde la mayoría de los artistas que tienen mayor espacio mediático están en momento de experimentar con lo popular, me encanta, pero tengo que hacer una pequeña pausa para disfrutar de otro tipo de sonidos.
Cuando existe tanta información simultánea por el mundo, me gusta hacer búsqueda de mis favoritos del pasado para ver al futuro. Armando Manzanero es uno de ellos, Jacques Brel, Philippe Mouquenda y mucha música de los años 90 (risas) de la época cuando crecí. Y Björk, siempre.
Se dice que hay una tendencia afro global, que las industrias culturales están apropiando estéticas de ciertos países que, a veces, son estrategias de mercadotecnia ¿sí se está viendo a la creación artística de África?
Lo que la gente a veces olvida es que el continente africano tiene más de 50 países, y cada país con culturas muy distintas y varios de ellos, como México, con varias culturas en un solo país, cuando mucha gente me habla de “África” como cosa monolítica no tiene mucho sentido, porque las “tendencias africanas” que el mundo está abrazando, son de menos de cinco países, hay 45 por descubrir, con su propia cultura y actualidad.
Me quedo muy contento que más personas están interesadas en descubrir la cultura actual de muchos países africanos porque existía una visión como de National Geographic sobre los países africanos, que éramos cómo culturas exóticas y se pensaba mucho en la ancestralidad, pero de forma romantizada en un prisma occidental y no se miraba el cómo vemos nuestra actualidad y cómo contamos nuestro progreso.
Ese interés que existe en conocer la actualidad y el arte de los países africanos es un comienzo positivo, pero al mismo tiempo, me gusta decir que sí, que hay varias partes de África, cada una es muy distinta e interesante porque África es un continente cultural y étnicamente muy diverso.
Imágenes: © Lauren Lemon