Vive Latino, 20 años, adictos a la nostalgia

Dos días de puritito rocanrol nos esperan este fin de semana. Aquí, un poco de lo que ha sido el VL en estas dos décadas. ¿Están listos para lo que se viene?

 

Ciudad de México (N22/Perla Velázquez).- El cartel del Vive Latino siempre da de qué hablar, bueno, no sólo la curaduría de éste, casi todos los encuentros de música tienen cosas cuestionables. Pero en esta ocasión hablaremos del festival iberoamericano porque están celebrando 20 años y porque este fin de semana el Foro Sol será una vez más la sede de la fiesta.

Nostalgia es el sentimiento que ha estado presente desde que el VL anunció el cartel, hizo dinámicas para obtener las entradas a un precio más barato, como hacer que los asistentes desempolvaran el boleto de la primera edición o simplemente porque muchos medios nos han hecho recordar la primera vez que fuimos a este festival. Todo este sentir es porque 2019 es un momento para festejar la madurez del encuentro, que nació con la intención de mostrar el poder de la música latinoamericana y que como todo ha cambiado.

Si tú fuiste a la edición de 1998 seguro recordarás que en el cartel decía: “Dos días de puritito rocanrol” y para reforzar la frase ahí estaban los nombres de Café Tacvba, quien años atrás había grabado su primer Unplugged; El Tri, que seguía conquistando a los amantes del rock; Illya Kuryaki y Los Tres, para darle una unión a la música Latinoamericana; Molotov, la banda que todos escuchaban; Julieta Venegas y Ely Guerra, dándole la identidad femenina al cartel, junto con Cecilia Toussaint.

20 años después varios de los artistas que se presentaron por primera vez en el Foro Sol volverán a estar ahí. Por eso regreso a la nostalgia, a querer imaginar ese mundo que estaba naciendo, esos espacios que desde 1998 ha ganado la música y los eventos masivos, a todo lo que representa para los artistas estar en un escenario de este encuentro, es decir, el cartel para muchos podrá ser “lo mismo de siempre”, pero para los organizadores del VL parece que no. Pareciera que quieren recordar ese momento en el que decidieron apostarle a un festival de música.

Es difícil imaginar el contexto en el que se desarrolló el VL, porque han pasado muchas cosas tanto en la música, como en la tecnología que no nos permiten recrear aquel momento en donde la sensación era que habría “pantallas gigantes”, algo tan natural cuando vas a un concierto en la actualidad. Era 1998. ¿Qué estabas haciendo en ese año? ¿Qué escuchabas? ¿Qué veías? ¿Qué casete o CD te habías comprado?

El VL dice en su página que “reconocemos quienes somos”. En ese re-conocer se puede encontrar lo ecléctico que ha sido: bandas nacionales, bandas internacionales, anglosajonas, cumbias, norteñas y hasta reggaetón ha pasado por los escenarios. Este año, el festival integró la lucha libre como un espectáculo más. Invitar a extranjeros, pero que se siga conservando la esencia de la cultura popular con la que nació.

¿Hay actos imperdibles en esta edición? Todos. Cada una de las bandas que se presentarán tienen historia: Fobia, celebrando sus 30 años; Café Tacvba, con un nuevo Unplugged bajo el brazo; Caifanes, que después de 20 años volvieron a sacar música nueva; Santana y Javier Bátiz, ¿tocarán juntos?; Nach, leyenda del rap en España; y, por supuesto, los nuevos actos que siempre hacen una radiografía de lo que se hace en la música actualmente.

Por último, es una lástima que la banda japonesa de ska, Oi Skall Mates haya cancelado su presentación, ellos habrían sido el ejemplo de esta edición de la apertura que ha tenido el festival. Un género que en aquel 1998 estuvo fuerte en bandas como Tijuana No, Sekta Core, Salón Victoria, Los de Abajo; el ska ha estado presente en la curaduría de todas las ediciones del VL y hemos visto shows de talla internacional con bandas como Tokyo Ska Paradise Orchestra, The Specials, Madness y este año seguro Oi Skall Mates hubieran pasado a la historia.

De cualquier forma, si decidiste ir al Vive Latino habrá mucho que descubrir en estos días de puritito rocanrol.

Dato curioso

Alejandro Magallanes nos reveló un secreto: las manos que aparecen en el cartel de esta edición son las mismas que hicieron la señal en el cartel de 1998.