Lo que provoca el aumento en la temperatura global es la concentración de gases contaminantes, como el metano y el dióxido de carbono (CO2)
Ciudad de México (N22/ Redacción). – ¿Participaste en el #10YearsChallenge (2009/2019) y te sientes mal por los cambios que has tenido? Pues eso no es tan preocupante como lo que le pasa al ártico. En los últimos 30 años el grosor del hielo ártico ha disminuido el 40% y desde 1901 el nivel del mar a aumentado 19 centímetros.
Este fenómeno es consecuencia del aumento de temperatura en el orbe que ha sido de 2ºC y trajo consigo los peores efectos del cambio climático, como el derretimiento polar.
Un informe del 2016 de Greenpeace indica que en tanto desaparezca el hielo terrestre ártico (el de los glaciares) y suba el nivel del mar, “los efectos probablemente varíen por zona geográfica, algunas sufrirán veranos más calurosos y secos, otros veranos más lluviosos mientras que en otras los inviernos serán más fríos y habrá más tormentas”. El reto es evitar el calentamiento global o que la temperatura aumente más de 2°C.
Lo que provoca el aumento es la concentración de gases contaminantes, principalmente metano y dióxido de carbono (CO2). El acuerdo de París es un instrumento, firmado por 195 países, que estipula reglas para mantener la temperatura en 1.5°C, reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero a través de la mitigación, adaptación y resiliencia industrial.
En España, el investigador de la Química ambiental, Xavier Giménez, de la Universidad de Barcelona, trabaja en el desarrollo de materiales porosos que capturen el CO2. De acuerdo con datos de Giménez, la atmósfera tiene 0.04% del gas, pero asegura que es urgente deshacerse del gas. La propuesta es elaborar una especie de grandes árboles que configuren un bosque artificial que capture el CO2 y hacer modelos matemáticos computacionales que ayuden al conocimiento del calentamiento global.
La Agencia Internacional de Energía asegura que, a nivel mundial se capturan más de 30 millones de toneladas de CO2 anualmente gracias a instalaciones de este tipo. Sin embargo, este tipo de soluciones no podrían eliminar el gas mientras se siga generando.
La propuesta de Giménez es de ingeniería matemática, que define como «el estudio y diseño de futuras acciones para impedir variaciones catastróficas del clima, principalmente debido a la actividad humana”. Por eso, por medio de modelos matemáticos podrá describir la movilidad del CO2 y si existe esta información, aquellos encargados de tomar las decisiones podrán utilizarla para contrarrestar el aumento de la temperatura.