Alrededor de 700 mil archivos de diferentes instituciones de cultura del país han sido digitalizados y puestos a disposición de cualquier usuario a través de este repositorio
Ciudad de México (N22/Ana León).- Hay varias formas de acceder a Mexicana: una es registrándote a través de Facebook, Twitter o con un correo electrónico directamente en la página, como en una red social o aplicación. En esas sesiones puedes armar tableros de temas de interés tipo Pinterest, es decir, de colecciones públicas o privadas de arte, ciencia, cine, música, antropología, literatura y demás temas relacionados con la cultura. La otra forma de iniciar sesión es volverte un “anotador”, es decir, esta sección es sólo para especialistas en acervos de diferentes tipos, al ingresar podrás hacer un comentario o agregar una descripción sobre el objeto que estudias, pero éstos están supervisados por el equipo de Mexicana para saber si quien escribe está acreditado (desde una institución) para hacerlos, es decir, se trata de una especie de validación pero con ánimo de “ser más abiertos y tratar de que se publique y que se expanda el conocimiento”, dice Vania Ramírez coordinadora de este Repositorio del Patrimonio Cultural de México de reciente manufactura y que contiene más o menos 700 mil archivos de diferentes instituciones de cultura del país. Otra forma de acceder es también como cualquier usuario que utiliza un buscador de los muchos que conocemos, como Google: al insertar una palabra una serie de sugerencias se despliegan en la pantalla.
Pero, ¿cómo surgió este repositorio y qué contiene? Charlamos con Ramírez para saber un poquito más de este proyecto que emula iniciativas internacionales como Canadiana o Europeana, repositorios exitosos que han funcionado por más de diez años y que se preocupan por tener estas reservas de documentos y de objetos (claro, de forma digital) para compartir todo este conocimiento, pero también para que en caso de catástrofes como el incendio del Museo Nacional de Brasil, por ejemplo, o la devastación y saqueo producto de una guerra, quede algo de qué echar mano para mantener nuestra memoria viva, seguirla construyendo.
¿Por qué llamar a este Repositorio del Patrimonio Cultural de México así, es un guiño a estos tiempos de emergencia feminista?
Sin duda sí estábamos buscando un nombre que estuviera en femenino. También, el nombre de Mexicana viene a partir de muchas iniciativas a nivel mundial de nombrar los repositorios en femenino y que tengan la identidad del país. Mexicana no nace como una idea aislada, sino de iniciativas mundiales sobre repositorio digitales del patrimonio cultural del mundo, el más grande y el más importante, o quizá uno de los más importantes, es Europeana que justo tiene a su cargo todo el patrimonio de los acervos de toda Europa. En Canadá también se llama Canadiana. Siguiendo estas iniciativas mundiales y en femenino, nos parecía importante tener el nombre de Mexicana. Claro se complementa con el subtítulo de Repositorio del Patrimonio Cultural de México, pero sí sigue una iniciativa de hablar en femenino y de ser representativo del país que contiene esos acervos.
Ésta es una iniciativa de la administración que está cerrando, de su proyecto de Agenda Digital, de hecho se presentó el 23 de octubre; sin embargo, el tema de los repositorios digitales también es una preocupación del nuevo gobierno. Mexicana no es el único repositorio digital del patrimonio pero sí somos uno de los más grandes, quizá el más grande. Esta es una iniciativa que trata de dar bases sólidas con una infraestructura tecnológica muy buena y una estructura conceptual para después continuar con el incremento de los acervos de manera permanente, porque es una tarea permanente. […] Esto no puede morir ni estar supeditado a una administración, porque es una referencia de lo que debemos tener como patrimonio: en línea, abierto y gratuito, Y se debe revisar periódicamente, pues es un proyecto de largo aliento que también depende de acuerdos institucionales.
Más allá de ser un contenedor de muchos acervos, de muchas instituciones, ¿qué atractivo ofrece como una plataforma digital? Sí, está ahí el contenido, la información, pero ¿cómo hacer que un usuario común, no necesariamente un especialista, se interese por esa información? O ¿cómo guiarlo a que encuentre lo que tal vez pueda interesarle?
Esta es una de las partes más importantes del repositorio. Sin duda, nuestra primera estrategia era ponerlo todo en línea, la mayoría de los acervos no estaban en línea ni habilitados para consulta de los ciudadanos, esa era la primera etapa. Luego, ponerlos en diálogo, al mismo tiempo el del Museo Nacional de Historia, en el que estamos, o el del Museo Nacional de Antropología, en una misma plataforma. Y poder encontrar objetos digitales de manera muy fácil y accesible, es decir, si buscas la palabra volcán en Mexicana, te puede salir una pintura del Dr. Atl o te pueden salir fotografías de la explosión del Paricutín de la Fototeca Nacional.
Por otro lado, era comenzar con una estrategia de comunicación óptima para que los usuarios se pudieran acercar de manera más ágil. Sabemos que es muy difícil cuando tiene más de 700 mil objetos digitales en una plataforma encontrar algo. Creamos una estrategia para generar exhibiciones que hablen sobre una temática, por ejemplo, ahora estamos generando una que habla sobre la mujer de principios de siglo, entonces tenemos fotografías, tenemos audio, tenemos pinturas y todas hablan de una misma temática pero vienen de distintos acervos.
La segunda etapa de Mexicana es crear contenidos educativos, es decir, que a la SEP o a todas las instancias educativas les puedan servir estos sets de archivos en complemento a la educación que puede ser primaria, secundaria, preparatoria o universidad o hasta un posgrado. Y acercarlos de la manera más ágil y fácil hasta objetos personales que si no vas al museo pues quizás no los conoces.
Otra cosa importante es acercar este acervo a la gente que no vive en México. Muchos de los visitantes vienen de otros países, EEUU la gran mayoría, países de Latinoamérica, de España y algunos países de Europa, pero también hay algunos de China. Es curioso que también el interés sobre el patrimonio mexicano no sólo es de los mexicanos sino también del mundo. En las estadísticas que tenemos ya de visitantes, que no son nada malas, vamos en más de 200 mil visitantes a la fecha, y llevamos poco más de un mes.
¿En qué rango de edad están los usuarios?
La mayoría está en el rango de los 20 a los 35; sin embargo hay visitantes de entre 15 y 18 años. También hay otro rango de personas, seguramente más especializada, que están entre los 40 y los 70. Aunque tenemos muchos contenido educativos y para niños, tenemos cosas de Alas y Raíces o del Inali, caricaturas o cortometrajes del IMCINE que son enteramente para público infantil, pero todavía no hemos captado ese público que está ahí, y son los nativos digitales, los que más nos interesa que estén ahí.
¿Cuándo empezó el proyecto, cómo fue la selección de los contenidos o archivos y cuál es la temporalidad de éstos; qué tipo de documentos se han seleccionado?
El proyecto inició con el licenciado Tovar, él tuvo la iniciativa de poder acceder a todo el patrimonio de México en una misma plataforma, una “plataforma de plataformas”, en donde organizáramos dentro de la institución, cuáles son nuestros acervos y qué es lo más importante. En este caso, nuestra selección no fue por orden de importancia porque nosotros no somos quién para juzgar qué es más importante o menos importante. Pero sí hay un punto que debo destacar sobre a qué respondió la selección exacta y tiene que ver con los temas de derechos patrimoniales de las obras. En el caso de muchos como es el acervo del INAH, en su gran mayoría casi todos son de dominio público, le pertenecen a la nación, por supuesto el INAH los resguarda pero es dominio público, pero también tenemos acervos que son más contemporáneos y que sí tienen derechos patrimoniales vigentes, por ejemplo muchas cosas del INBA, de Frida Kahlo, de Diego Rivera, los derechos patrimoniales están en el Banco de México. El Centro de la Imagen, por ejemplo, hizo un gran esfuerzo por incluir muchas obras de autores contemporáneos vivos como Graciela Iturbide, tenemos fotografías de ella pero se tuvo que gestionar con ella. Ése es el primer rango que nos define: primero todo lo que es dominio público y después ir gestionando.
Hubo, por supuesto, acervo que no se pudo incluir, casi todo el acervo fílmico está bajo derechos de autor. Ahí, por ejemplo, están todas las casas productoras que resguardan todos esos acervos y no es factible en este momento ponerlo en línea. Se espera que con el tiempo se vayan incluyendo.
Sin embargo, sí tienen algunos cortometrajes y documentales…
Documentales de animación y de ficción, esas son producciones cien por ciento del IMCINE que no estaban, de hecho, en ninguna plataforma y es material súper valioso de cine, de cineastas que ya son bastante conocidos que en su momento pusieron estos cortometrajes. Y estamos por incluir una serie de largometrajes de producción cien por ciento IMCINE.
Sobre las exposiciones, ¿quién decide qué temas? ¿Tienen pertinencia a lo coyuntural o responde a intereses específicos del equipo que trabaja en Mexicana?
En una primera instancia y, al menos, algunas de las que están ahí, se curaron a partir de recomendaciones de algunos investigadores. Trabajamos mucho con la UNAM y con el IIE de la UNAM, académicos, gente de historia del arte que conoce muchos de los acervos y que recomiendan un tema en particular. A través de esas recomendaciones empezamos a manejar una serie de exhibiciones y algunas de ellas fueron curadas por ellos. Ahora justo tenemos una serie de exposiciones que van a salir próximamente que son curadas por investigadores del INAH. Por supuesto cada uno tiene sus intereses, pero todos están basados en los acervos que están dentro.
¿Qué idea o qué concepto tiene de memoria, porque al final un archivo es eso y se trata de que sea una memoria viva cuando se pone en diálogo con otros y con sus usuarios?
Nosotros creemos que la memoria es memoria viva, la memoria que se está creando constantemente aunque sea un códice de hace quinientos años. Creemos que los acervos, los archivos y la memoria debe estar viva y no es algo muerto o antiguo, sino que se renueva constantemente y debe tener una nueva redimensión para el mundo actual en el que estamos. Creemos que la memoria se redimensiona para entender el presente. Sin duda no estamos en la lógica como lo están otros archivos como el AGN que tienen cierta polémica política de lo que no se puede enseñar en algunos casos. En términos culturales somos más abiertos, no hay no sólo documento o acervo que alguien haya dicho esto no se debe de mostrar.
¿Cuál es su estrategia para lograr que la gente conozca todo lo que tienen, más de 700 mil documentos?
Ahora estamos en un proyecto que va a iniciar para poder transmitir a otras instancias gubernamentales o educativas este proyecto. También tenemos una alianza que estamos trabajando con Wikimedia México en donde vamos a empezar a compartir metadatos. Wikimedia hoy en día es la página más visitada en el mundo. A través de esta alianza institucional nosotros vamos a empezar a vincular los acervos que hay en Mexicana con Wikimedia. Entonces si buscas, por ejemplo, “Benito Juárez” te llega la referencia de Wikimedia, pero también la de Mexicana. Este experimento se ha hecho no sólo en México sino con algunos museos del mundo y ha resultado muy bien. La del Met de Nueva York es una de las páginas de museos más visitadas del mundo y ninguno de sus acervos son más visitados que en Wikimedia. Con este link han hecho crecer las visitas de manera exponencial en su sitio y en su página, que si lo hubieran hecho solos. Creemos que esta alianza y este intercambio de búsquedas y de recuperación de información va a traer muy buenos resultados.
Vania Ramírez, coordinadora de Mexicana
¿Cómo conviven, a nivel interno, con otros repositorios?, ¿cuáles son estos?
Actualmente ya convivimos con algunos de los repositorios que ya existían pero que no estaban en conjunto, por ejemplo ya convivimos e interoperamos información con el repositorio del INBA y el del INAH (la Mediateca), con ellos y con seis repositorios digitales que pertenecen a seis museos: el de Antropología, el Museo Nacional de Historia, el del Virreinato, el MAM, el del Museo Nacional de la Estampa y el de San Carlos. Ya existe esta convivencia. De hecho vamos a empezar a interoperar con acervos privados, que ya no tiene nada que ver con la Secretaría, pero que a nivel cultural también es relevante para nosotros y para la misma Secretaría. Entre ellos está el Tec de Monterrey, también la Fundación ICA que tiene todas estas fotografías áreas desde principios de siglo XX; también vamos a intercambiar bases de datos y archivos con Fundación Banamex que tiene un archivo histórico y artístico. Todos estos nos van a empezar a enriquecer no solamente hacia lo que está en Méxicana que es de la Secretaría, sino lo que está hacia afuera, ellos también necesitan visibilidad de sus acervos que en ocasiones no están en plataformas.
En este mismo ánimo de trabajar bajo una perspectiva de género desde el nombre, ¿se cuidó que se publicaran tantos trabajos o documentos o investigaciones generadas por artistas mujeres que por artistas hombres?
En algún momento sí empezamos a buscar má acervos de mujeres, no solamente porque hay una polémica actual de pinturas de mujeres no hechas por mujeres. Sí buscamos, lamentablemente hay mucha más obra creada por hombres que por mujeres, pero sí creemos que es importante cambiar esta forma de ver. Donde nos encontramos más creaciones de mujeres es en la investigación. Además es importante para nosotros poner primero lo que está hecho por mujeres que por hombres. O destacar el trabajo de mujeres, pero en una equidad, sin tampoco ser disruptivos.
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Todas las imágenes: © Ireli Vázquez