Un recuento del intercambio académico entre ambos países durante el siglo XIX
Ciudad de México (N22/Alberto Aranda).- A través de aproximadamente cien obras se busca dar cuenta del intercambio académico que se dio entre Italia y México a través de la Academia de San Luca y la Academia de San Carlos. Esto dio como resultado obras de arte que formaron un modelo estético para los estudiantes mexicanos.
Giovanna Capitelli, curadora de esta muestra que lleva por título Roma en México/México en Roma señaló que “estas obras que se han seleccionado, se han reunido por su rareza y por su calidad. Y claramente no son exhaustivas de representar las reacciones entre México y Roma.”
Realizada por Stefano Cracolici y Giovanna Capitelli, quienes por años han investigado el intercambio académico que se dio entre Roma y México, entre Europa y América, la exposición destaca además por el rescate que se hace de artistas mexicanos como Tomás Pérez, Primitivo Miranda, Tiburcio Sánchez y Epitacio Calvo, así también se resaltan las aportaciones de Pelegrín Clavé, Carlos de París, Salvador Ferrando, José Salomé Pina y Santiago Rebull.
“Las obras seleccionadas se dividieron en ocho secciones. La primera sala es la importancia de Roma. La segunda habla de las obras en viaje, porque no se tiene que olvidar que Roma y México están separada por casi 11 mil kilómetros y, además, la Ciudad de México está a 2 mil 200 metros sobre el nivel del mar y para los que traían estas obras eso significaba mucha dificultad. […] Se ha pensado el guion de esta exposición casi como una pieza teatral, entonces en la tercera sala se pusieron a los hombres ilustres, que eran los hombres célebres y que fueron importantes en estas secciones.”
La muestra continúa con subgéneros pictóricos, la escuela del paisaje y el arte sacro. En todo el recorrido se resalta el impacto del academicismo romano en los artistas mexicanos. Roma en México/México en Roma: las Academia de Arte entre Europa y el Nuevo Mundo 1843-1867, podrá ser vista hasta el mes de abril del 2019 en el Museo Nacional de San Carlos.
Imagen: El Financiero