Se cumplen noventa años del nacimiento del escritor mexicano cuya mayor capacidad, en palabras de la escritora Alma Delia Murillo, fue “mirar en el alma humana”
Fuentes y su ficción
[Óscar Cortés]
Dice la escritora Alma Delia Murillo que Carlos Fuentes tenía un enorme talento para jugar con las palabras, para hacer del lenguaje lo que le diera la gana y, aún así, contarte una historia. Carlos Fuentes aseguraba que sus historias eran el reflejo de su vida, que utilizaba la ficción para jugar o desencadenar algunas situaciones que le hubiera gustado tener. En sus obras desarrolló su gusto por la historia, un análisis del poder y una profunda reflexión de la sociedad mexicana, elementos que marcaron su estilo.
“Fuentes tenía, entre tantas cosas, que es inabarcable, pero era animal político y eso estaba muy presente en él, y estaba muy presente en su literatura”, comenta Murillo. El escritor ganador del Premio Princesa de Asturias de las Letras 1994, decía que lo habían hecho novelista sus abuelas, de quienes había aprendido la forma de contar.
“Decía que las abuelas son chismosas, son metiches, son mal habladas y te cuentan lo que tus papás no cuentan. Él decía que lo hicieron novelistas sus abuelas, entonces es esa inteligencia que le permitía ir a lo complejo también de la manera más simple.”
Con emoción, la escritora de El niño que fuimos recuerda con emoción las sensaciones que le provocó leer Aura en su juventud: “nunca se te olvidan aquellos textos que te emocionan. Esas primeras palabras de Artemio Cruz: yo soy este, y lo que empieza a decir que siente ese cuerpo enfermo. Sin duda, Fuentes es uno de los grandes en el manejo del lenguaje y en la capacidad narrativa. Pero también me gusta mucho un libro del que se habla poco Todas las familias felices, son unos relatos brutales, poderosísimos, son relatos familiares, el padre, el hijo, y las relaciones conyugales como son terribles y maravillosas, alternados con una suerte de poemas que él llama “coros”, el coro de la madre, el coro de los hijos de calle, el coro de la hija suicidada, y ese libro, cada que vuelvo a él me recuerda que Fuentes era grande. Me parece que su mayor capacidad era mirar en el alma humana.”
Después del año 1987, Fuentes bautizó al conjunto de sus obras narrativas como La edad del tiempo, un proyecto que hacía referencia al México moderno, y al ciclo de vida.
“Hay una cosa, como cierta circularidad, como laberíntico, porque te vuelves a encontrar con una serie de espejos, que son los personajes con otra edad, en otro tiempo, en otro relato, en el final o en el principio. Hay una circularidad de los temas de la condición humana. Es esta cosa del tiempo y circular, de lo humano y de la literatura. Quien no haya leído a Fuentes se está perdiendo de mucho.”
Homenaje a Fuentes en Bellas Artes
[Karen Rivera]
La literatura de Carlos Fuentes y sus aportes a las letras mexicanas y a la novela moderna, fue motivo de reflexión en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, donde se recordó al autor de La región más transparente a noventa años de su natalicio. Organizado por la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes, el homenaje inició con la participación inesperada de Cecilia Fuentes, hija del escritor mexicano, quien leyó un fragmento del libro En esto creo, de la autoría de su padre.
“Hay que llegar a saber que los hijos, vivos o muertos, felices o desgraciados, activos o pasivos, tienen lo que el padre no tiene, son más que el padre y más que ellos mismos, son nuestro compás de espera y nos imponen la cortesía paterna de ser invisibles para nunca disminuir el honor de la criatura, la responsabilidad del hijo que necesita creer en su propia libertad. Saberse la fragua de su propio destino, nuestros hijos son los fantasmas de nuestra descendencia. Entendí que un hijo merece la gratitud del padre por un solo día de existencia en la Tierra. Y de parte de Carlos, Natasha y yo. Feliz cumpleaños papá”, enunció Cecilia Fuentes, hija del escritor.
Por su parte, la Coordinadora de la Cátedra Carlos Fuentes, la doctora Georgina García, se refirió a las herramientas que el autor de libros como Aura y La muerte de Artemio Cruz otorgó a sus lectores para comprender el contexto de la novela en el país, su historia y crítica de la cultura. “La gran novela moderna del siglo XX tiene en Carlos Fuentes no sólo a uno de sus grandes novelistas, sino a uno de sus estudiosos y teóricos más destacados. Como escritor de novelas, Fuentes contribuyó a la innovación del género novelístico en español a partir de La Región más transparente, novela moderna sobre la modernidad tanto crítica de la forma novelesca como de la historia y la política.”
En el homenaje también participaron el escritor Vicente Quirarte, quien se refirió a la narración fantástica de Fuentes; y el escritor Gonzalo Celorio, quien mencionó cincuenta razones para recordarlo. En palabras del primero: “Creo que su faceta como autor fantástico, como autor de relatos sobrenaturales, como le gustaba nombrarlos, nos hace estremecernos y encontrar eso que decía Risques, ‘el terror que todavía podemos soportar’, eso es la belleza.” En palabras del segundo: “Porque sus novelas no sólo son importantes para la literatura, sino también para la historia de la literatura en tanto que rompe con la tradición, buscan la modernidad, y acaban de regreso por reconquistar la tradición que motivó su lectura; porque descubrió el espejo enterrado para que pudiéramos vernos reflejados presentes y actuales en nuestros más ancestrales arabismos. Porque después de Reyes, de Paz y de Fuentes parece que ha llegado a su fin la estirpe de quienes pudieron en México ser tan provechosamente nacionales, como generosamente universales.”