Una charla con el director polaco sobre esta historia de amor en blanco y negro durante aquellos años, dentro y fuera de Polonia, bajo el socialismo
Morelia (N22/Julio López).- Al igual que en Ida, Guerra Fría es una película filmada en blanco y negro y en formato cinematográfico recortado. Ida y Guerra Fría son como dos gotas pero de agua y aceite. Aquí la escala de grises es más contrastante, abundan los movimientos de cámara y la música se convierte en un elemento de encuentros y desencuentros. “La música es el tercer personaje en la película, es lo que los mantiene juntos en su relación, entonces la música es un tercer personaje. De hecho una de los placeres para mí fue hacer esta película con la música, la música es mi gran pasión en la vida”, cuenta el cineasta polaco en entrevista.
El ritmo de la historia lo marca la música y en ese sentido, la edición es transgresora, las escenas se cortan abruptamente generando en el espectador pequeños sobresaltos. “Quería que la película fuera tan sincopática como fuera posible, no quería que fuera tan relajada, quería mantener despierto al público y que la gente estuviera alerta. Salió naturalmente así.”
Como sus nombre lo dice, la historia se desarrolla durante la Guerra Fría en países como Polonia, Yugoslavia y Francia. El retrato de época es sobrio pero certero, en imágenes apenas se sugieren los estragos que dejó la guerra. “La política permea en todas partes, pero no quería mostrar la política como tal, quería mostrar el impacto que la política tiene en los personajes, en las relaciones y en aquel momento la política afectaba todo.”
Todos estos elementos se fusionan para contarnos una historia de amor imposible. Una pareja que se ama profundamente pero que está destinada a estar alejada, seres que intentan estar juntos atentado contra la razón, un amor puro destinado al fracaso. Al respecto, Pawlikowski cometa que “hay elementos en esta historia que son universales para jóvenes y viejos por igual, todo el mundo ha tenido su historia, la historia de amor verdadero que no funcionó o a la que no pudieron llegar al final pero se identifican.”
Guerra Fría es la respuesta a Hollywood y a sus cientos de películas edulcoradas que han hecho del amor una marca que vende boletos.