Este espacio específico que bien puede ser citadino o rural, es el tema de la sexta edición del AMD 2018, ¿es el diseño una herramienta para mejorar la calidad de vida?
Ciudad de México (N22/Redacción).- La localidad se asocia a la ciudad pero también a un pequeño pueblo en una zona rural, es un territorio específico donde la gente vive, trabaja e interactúa. En la edición de 2018, el Abierto Mexicano de Diseño lo toma como punto de inspiración para su tema principal en el marco del nombramiento de la Ciudad de México (anunciado desde el año pasado) como Capital Mundial del Diseño 2018.
Bajo este tema, lo local, convocó proyectos que desde la práctica del diseño generen un cambio cualitativo. ¿Es el diseño una herramienta que satisface necesidades o que las creas? Este festival, que celebra su sexta edición, busca mostrar cómo el diseño puede convertirse en una herramienta que responda a las problemáticas culturales, sociales, ambientales, económicas y políticas.
Como cada año, desde hace seis años, cada uno de los proyectos que responden a la convocatoria de este evento se muestran en instalaciones en el espacio público y exposiciones así como se abordan temas variopintos en conferencias con exponentes nacionales e internacionales, todos, por supuesto, enfocados al valor social y transformador del diseño.
¿Hasta dónde es el diseño una herramienta para transformar el entorno? Y, sobre todo, ¿se cuestionan los diseñadores la responsabilidad ética y social de su práctica? Un par de preguntas para cuestionar esta herramienta y su profunda relación con nuestra vida diaria.
Imagen: La Miradora, diseñada por ARCHETONIC, AMD 2016 / © Onnis Luque