- “Ricardo Piglia, no deja
un vacío, porque lo que deja es una obra muy sugerente llena de propuestas, de imágenes
poéticas muy potentes”: Manuel S. Garrido.
un vacío, porque lo que deja es una obra muy sugerente llena de propuestas, de imágenes
poéticas muy potentes”: Manuel S. Garrido.
Por Malinalli Galván
Ciudad de México,
18/01/17 (N22).- Escritores y académicos de América Latina y España se
reunieron la mañana del martes en la sede del Fondo de Cultura Económica para
rendir un homenaje pos mortem al narrador, ensayista e historiador argentino
Ricardo Piglia, fallecido el 6 de enero pasado.
18/01/17 (N22).- Escritores y académicos de América Latina y España se
reunieron la mañana del martes en la sede del Fondo de Cultura Económica para
rendir un homenaje pos mortem al narrador, ensayista e historiador argentino
Ricardo Piglia, fallecido el 6 de enero pasado.
El lugar de reunión no fue
casual, pues Piglia declaraba que mantuvo una relación especial tanto con
México como con esa casa editorial, con la que se sentía en deuda.
casual, pues Piglia declaraba que mantuvo una relación especial tanto con
México como con esa casa editorial, con la que se sentía en deuda.
Esta declaración, que se
remonta a la adolescencia de Piglia, proviene de una carta que envió al FCE, con
motivo del 80 aniversario, a cuya celebración no pudo asistir debido a que su
salud ya estaba delicada:
remonta a la adolescencia de Piglia, proviene de una carta que envió al FCE, con
motivo del 80 aniversario, a cuya celebración no pudo asistir debido a que su
salud ya estaba delicada:
“Había ido a la terminal
del ómnibus a despedirme de Vicky, que era mi novia en aquel tiempo, y al
costado del andén, es una galería encristalada, contra la vitrina de una
librería, encontré un ejemplar de El
llano en llamas, la primera edición de FCE en su colección popular. Un
libro barato, a mi alcance de estudiante con poca plata… Volví a casa, me
tiré en un sillón y empecé a leerlo, y seguí mientras la luz cambiaba y terminé
casi a oscuras… no había querido levantarme para encender la lámpara porque
temía quebrar el sortilegio de esa prosa inolvidable. Hay libros que cambian la
vida. A veces pienso que no hubiera leído El
llano en llamas, si secretamente no hubiera comprobado que era posible
escribir como se habla, con esa perfección y ese lirismo, tal vez, no hubiera
sido escritor.”
del ómnibus a despedirme de Vicky, que era mi novia en aquel tiempo, y al
costado del andén, es una galería encristalada, contra la vitrina de una
librería, encontré un ejemplar de El
llano en llamas, la primera edición de FCE en su colección popular. Un
libro barato, a mi alcance de estudiante con poca plata… Volví a casa, me
tiré en un sillón y empecé a leerlo, y seguí mientras la luz cambiaba y terminé
casi a oscuras… no había querido levantarme para encender la lámpara porque
temía quebrar el sortilegio de esa prosa inolvidable. Hay libros que cambian la
vida. A veces pienso que no hubiera leído El
llano en llamas, si secretamente no hubiera comprobado que era posible
escribir como se habla, con esa perfección y ese lirismo, tal vez, no hubiera
sido escritor.”
José Carreño Carlón,
director de esta casa editorial, aseguró que “más bien es el FCE el que está en
deuda con Ricardo Piglia, como también el mundo del libro en español”.
director de esta casa editorial, aseguró que “más bien es el FCE el que está en
deuda con Ricardo Piglia, como también el mundo del libro en español”.
La mesa estuvo compuesta
por José Carreño Carlón, quien fungió como moderador; el escritor y académico
chileno Manuel S. Garrido; Rose Corral, académica de El Colegio de México; la
ensayista argentina Liliana Weinberg; y Daniella Blejer, académica de la UNAM.
por José Carreño Carlón, quien fungió como moderador; el escritor y académico
chileno Manuel S. Garrido; Rose Corral, académica de El Colegio de México; la
ensayista argentina Liliana Weinberg; y Daniella Blejer, académica de la UNAM.
Unidos en línea
Participantes de otras
latitudes se unieron a la mesa a través de videoconferencias, así, desde la sede
del FCE en Buenos Aires, Argentina, se unieron Martín Kohan, de la Universidad
de la Patagonia; el poeta y editor Alejandro Archain; y el poeta y crítico
literario, Guillermo Saavedra.
latitudes se unieron a la mesa a través de videoconferencias, así, desde la sede
del FCE en Buenos Aires, Argentina, se unieron Martín Kohan, de la Universidad
de la Patagonia; el poeta y editor Alejandro Archain; y el poeta y crítico
literario, Guillermo Saavedra.
De la filial “Gabriel
García Márquez” de Bogotá, Colombia, participaron Mario Jursich, director El Malpensante; y Andrea Torres, académica de la Universidad Javeriana.
Y desde la sede de Madrid, España, participó Eduardo Becerra, profesor de la
Universidad Autónoma de Madrid.
García Márquez” de Bogotá, Colombia, participaron Mario Jursich, director El Malpensante; y Andrea Torres, académica de la Universidad Javeriana.
Y desde la sede de Madrid, España, participó Eduardo Becerra, profesor de la
Universidad Autónoma de Madrid.
Todos los participantes
conocieron a Piglia e incluso trabajaron con él, algunos cultivaron una amistad
más allá de lo laboral. Las anécdotas fueron variadas, Manuel S. Garrido opinó:
“Ricardo Piglia, no deja un vacío, porque lo que deja es una obra muy sugerente
llena de propuestas, de imágenes poéticas muy potentes. Yo, como lector de
Piglia me quedaría con cuatro obras que considero fundamentales: Prisión perpetua, Respiración Artificial, La ciudad
ausente y El ultimo lector.”
conocieron a Piglia e incluso trabajaron con él, algunos cultivaron una amistad
más allá de lo laboral. Las anécdotas fueron variadas, Manuel S. Garrido opinó:
“Ricardo Piglia, no deja un vacío, porque lo que deja es una obra muy sugerente
llena de propuestas, de imágenes poéticas muy potentes. Yo, como lector de
Piglia me quedaría con cuatro obras que considero fundamentales: Prisión perpetua, Respiración Artificial, La ciudad
ausente y El ultimo lector.”
Poner vida donde el poder pone muerte
Abundó Garrido: “Para mí
es un agudo y muy inteligente observador del mundo y de la sociedad en la que observa
un inquietante desligamiento del sujeto y del ciudadano, ante el dominio los
relatos absolutos del poder político y del poder ideológico, y frente a ello ver
cómo a Piglia le urge poner vida donde el poder pone muerte, poner memoria
donde la muerte pone olvido, pone imaginación, libertad, ahí donde el poder
impone una prisión perpetua. Todos sus títulos son muy sugerentes, como lo es el
de Respiración artificial, para unas
sociedades que, según su obra, parecen estar en estado de coma; y aparece la esperanza
radical e incluso extrema del autor de apelar a una máquina cibernética cuando
la imaginación y la voluntad de los ciudadanos o de las sociedades, de pronto
parece doblegada o impotente ante la dictadura del relato único y obsoleto.”
es un agudo y muy inteligente observador del mundo y de la sociedad en la que observa
un inquietante desligamiento del sujeto y del ciudadano, ante el dominio los
relatos absolutos del poder político y del poder ideológico, y frente a ello ver
cómo a Piglia le urge poner vida donde el poder pone muerte, poner memoria
donde la muerte pone olvido, pone imaginación, libertad, ahí donde el poder
impone una prisión perpetua. Todos sus títulos son muy sugerentes, como lo es el
de Respiración artificial, para unas
sociedades que, según su obra, parecen estar en estado de coma; y aparece la esperanza
radical e incluso extrema del autor de apelar a una máquina cibernética cuando
la imaginación y la voluntad de los ciudadanos o de las sociedades, de pronto
parece doblegada o impotente ante la dictadura del relato único y obsoleto.”
Rehacer el mapa de la literatura hispanoamericana
Otro punto en el que
coincidieron los participantes es su preocupación por editar o reeditar a
autores de habla hispana, pues deseaba rehacer el mapa de la literatura
hispanoamericana, como lo cuenta Alejandro Archain: “Juntos hicimos una
colección de 13 libros, todos seleccionados por él, en los que rescata
narrativa argentina de la segunda mitad del siglo XX, escritores que por algún
motivo habían pasado desapercibidos, que no habían tenido la repercusión que
merecían, él tenía la intención de que la serie continuara, porque quería
ampliar este proyecto y que hubiera escritores de diferentes países de América
Latina, pero ya no fue posible.”
coincidieron los participantes es su preocupación por editar o reeditar a
autores de habla hispana, pues deseaba rehacer el mapa de la literatura
hispanoamericana, como lo cuenta Alejandro Archain: “Juntos hicimos una
colección de 13 libros, todos seleccionados por él, en los que rescata
narrativa argentina de la segunda mitad del siglo XX, escritores que por algún
motivo habían pasado desapercibidos, que no habían tenido la repercusión que
merecían, él tenía la intención de que la serie continuara, porque quería
ampliar este proyecto y que hubiera escritores de diferentes países de América
Latina, pero ya no fue posible.”
Todos lo describieron como
un hombre amable inteligente generoso, progresista, contar las injusticias
sociable y las dictaduras, comprometido, con una bonhomía franca, que la
enfermedad no pudo doblegar y quien dejó muchos proyectos en el tintero, como
lo cuenta Carreño Carlón: “Quiero recordar la vehemencia de Piglia al exigirme
que el FCE y México deberían recuperar su liderazgo cultural en la región, entre
otras cosas con el proyecto de hacer que los libros de nuestros autores y
nuestras editoriales viajen como viajó El
llano en llamas, a la Argentina de su adolescencia. Este homenaje es un
abono a la deuda de las letras hispánicas con él y como un paso más en el
cumplimiento de aquella utopía Pigliana de que los libros, las obras y las
ideas que se producen en nuestros países viajen al menos tanto como sus
autores”.
un hombre amable inteligente generoso, progresista, contar las injusticias
sociable y las dictaduras, comprometido, con una bonhomía franca, que la
enfermedad no pudo doblegar y quien dejó muchos proyectos en el tintero, como
lo cuenta Carreño Carlón: “Quiero recordar la vehemencia de Piglia al exigirme
que el FCE y México deberían recuperar su liderazgo cultural en la región, entre
otras cosas con el proyecto de hacer que los libros de nuestros autores y
nuestras editoriales viajen como viajó El
llano en llamas, a la Argentina de su adolescencia. Este homenaje es un
abono a la deuda de las letras hispánicas con él y como un paso más en el
cumplimiento de aquella utopía Pigliana de que los libros, las obras y las
ideas que se producen en nuestros países viajen al menos tanto como sus
autores”.
17NC/AM