- Erik Rivera urga con su pintura en el subconsciente, para proyectar vivencias de la infancia
Por Víctor Gaspar
Guanajuato, 08/10/16, (N22).- Ver a Frida Kahlo con nuevos ojos, sin prejuicios, lejos de su estatura de icono y con la espontaneidad y frescura de la infancia, así es como el pintor Erik Rivera reinterpreta y reelabora los lienzos de la pintora mexicana a través de 32 piezas presentes en la exposición La niña de mis ojos.
«Mi obra es acerca de la relación emocional de la gente con su yo interno, con su niño interior sobre todo. Y el ejercicio que hago en esta ocasión es con Frida Kahlo, que es como recuperar su niña interior en cada autorretrato que presento. Es como otra relectura del personaje. Para mí, es muy importante que la gente se proyecte ahí. Es un ejercicio, te pongo a Sigmund Freud que recrea la imagen de Da Vinci por medio de un texto. Eso mismo hago yo, pero por medio de la pintura, de la plástica y de los niños».
Erik Rivera urga con su pintura en el subconsciente, para proyectar vivencias de la infancia. Lúdicamente se refiere a estos retratos como sus «friduchas», en ese mismo tono lúdico de sus pinceles.
«De entrada en el Cervantino es una exposición para niños de todas las edades. Creo que mucha de la gente conecta con mi obra por ese sentido, se refleja, se divierte, sonríe, le gusta muchísimo. En el museo, montando y ahora que abrimos, pues la gente le gusta mucho y se llevan muy contentos los folletos y el poster que hay».
Para Rivera es una travesura el presentar de esta forma tan inocente y tan vacía de prejuicios y de concepciones, de conceptos ya aprendidos.
«Lo que hacemos en esta exposición es bajarnos de un nicho intelectual y llegar a los sentidos de la gente sin tanta intelectualidad, sin tanto prejuicio, sin tanto concepto ya hecho antes. Es muy libre».
La niña de mis ojos se exhibe en el Museo Casa Diego Rivera, de la ciudad de Guanajuato hasta el 23 de octubre.
Imagen: Cortesía FIC
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