Expo en Minería destaca las maravillas del agave pulquero

  • El espectador se entera de que en México contamos con obras de herbolaria de alto valor tanto científico como artístico que, desde la llegada de los españoles a tierras mexicanas y por su contenido y magnitud, nos hablan ya de un amplio conocimiento e interés por las propiedades de las plantas locales.



Por Noé Cárdenas

Ciudad de México, México, 06/10/16, N22.- Desde principios de septiembre el Palacio de Minería aloja
la muestra «Las plantas mexicanas. Historia natural y cultural a través
del agave», misma que es complemento del XX Congreso Mexicano de Botánica
que este año celebró su 75 aniversario.

Como el título de la muestra lo indica es el agave
salmiana, o sea, el pulquero, el protagonista. No es casual que desde hace siglos
a esta planta se le conozca como el “árbol de las maravillas”, ya que
prácticamente el aprovechamiento de sus partes es total. La exposición incluye
ejemplos de los innumerables productos que se obtienen de esta planta.

Dirigida especialmente al público infantil y juvenil, esta muestra,
en cuya concepción participó personal de Universum, cuenta con varias secciones
que en conjunto recrean la historia del desarrollo de la botánica en México.

Por este camino, el espectador se entera de que en México
contamos con obras de herbolaria de alto valor tanto científico como artístico
que, desde la llegada de los españoles a tierras mexicanas y por su contenido y
magnitud, nos hablan ya de un amplio conocimiento e interés por las propiedades
de las plantas locales.

Tal es el caso del Libellus, mejor conocido como Códice
Badiano
, en el que destaca su iconografía, de factura totalmente indígena,
dedicada a la descripción de plantas medicinales. Igualmente importante es el
Códice Florentino, donde se ilustran 140 plantas.

Estas obras constituyen el punto de partida de la
ilustración botánica en México, ya que uno de sus fines consistía en la documentación
del conocimiento de la herbolaria hasta ese momento. La muestra ofrece ejemplos
de ambas obras.

Un poco después, a finales del siglo XVIII y principios del
XIX, los científicos de ultramar que visitaban nuestro país elegían a los
dibujantes para sus expediciones de entre los alumnos más destacados de la
Academia de San Carlos: Atanasio Echeverría y Juan de Dios de la Cerda acompañaron
por montañas, selvas y llanuras al médico y botánico Martín Sessé, jefe de la
exploración científica de la Nueva España, en 1795, a cuya comitiva se
uniría más tarde el mexicano José Mariano Mociño, profesor de botánica.
Echeverría y Juan de Dios de la Cerda nos legaron innumerables apuntes de plantas, muchos
de ellos coloreados a la acuarela.

Esta expedición, que fue un parteaguas para el desarrollo
de la botánica en nuestro país, es relatada en esta exposición a través de un
atractivo video de animación.

Gracias a su inacabable curiosidad y sabiduría, José
Antonio de Alzate brindó un gran impulso al arte botánico a través de la
abundante iconografía que enriquece sus publicaciones El Diario Literario de
México
(1768) y la Gaceta de Literatura (1788-1795), realizada en acuarela y reproducida
en grabados en cobre.

A José María Velasco le tocó vivir en una época en la que
la ciencia, a través del Positivismo, significó el oriente hacia el que se
dirigirían las preocupaciones humanas. Reconocido paisajista y relativamente
secreto ilustrador científico, Velasco supo conjugar —con el rigor, la mesura y
la frialdad del sabio que intenta registrar fenómenos— arte y ciencia, binomio
en el que ninguna de sus partes tiene ventaja sobre la otra.

Parte central del desarrollo de la botánica en México, es
precisamente la Sociedad de Botánica, cuya historia también es relatada en esta
exposición a través de documentos y fotografías.

La muestra concluye en la sala que reúne trabajos
realizados en el último tercio del siglo XX y ya en el XXI. El arte botánico se
ha visto cultivado por algunos artistas en distintas instituciones científicas,
sobre todo en el Instituto de Biología de la UNAM por Elvia Esparza, cuyas
obras son un alto ejemplo de que arte y ciencia están hermanados y recorren
paralelamente un mismo camino: la ciencia crea descubriendo y el arte descubre
creando.

Con la
reproducción en gran formato del cuadro del “árbol de las maravillas” realizado
por esta artista para el calendario del IBUNAM correspondiente a 2017, se
corona «Las plantas mexicanas. Historia natural y cultural a través del
agave».

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