«Todo retrato es pornográfico» gana el Premio Nacional de Ensayo

  • Yunuen Díaz revisa el
    concepto de lo pornográfico a la luz de tecnologización y cotidianidad sociales.
  • A pesar de que no hay
    un absoluto consenso sobre qué es lo pornográfico, la mirada  puede
    identificarlo de inmediato; es la moral  la que ha suscitado el espanto
    ante la palabra misma, señala la autora.

Ciudad de México, 26/04/16, (N22).- La
experiencia contemporánea es ampliamente visual, en una industria enfocada en
la agudización y tecnologización  de la mirada podemos decir que somos más
ojos que ningún otro órgano del cuerpo.

El
alma no se archiva,  no acompaña ninguna imagen que intente modelarla,
pero su naturaleza huidiza, esquiva, inacaparable, seduce el pensamiento y las
manos que provocan el clic que la llama;  de cierta manera la cámara
fotográfica parece haber nacido con esta connaturalidad. El ojo se mueve detrás
del lente, el dedo persigue al ojo, el ojo persigue lo que oculta lo aparente.
Cuando esta persecución tiene como objeto el cuerpo humano,  la imagen se
vuelve pornográfica.
Sobre
esta tesis Yunuen Díaz, elabora su ensayo Todo retrato es pornográfico,
ganador del  Premio Nacional   de Ensayo Joven José Vasconcelos
2015,  del Fondo Editorial Tierra Adentro, de la Secretaría de Cultura.
“En este texto hago confluir dos narrativas, la del primatólogo  Frans
B.M. de Waal sobre el sexo y la sociedad de los chimpancés bonobos y mis
reflexiones sobre la sexualidad de los homínidos retratada en la fotografía
contemporánea”.
Desde
luego, la percepción se construye culturalmente, mucho se dice que educamos al
ojo como si precisáramos de una guía para ajustar el punto de vista y procesar
lo observado,  sin embargo, es así. 
Por
ejemplo,  a pesar de que no hay un absoluto consenso para determinar qué
es lo pornográfico,  según algunos estudios la mirada  puede
identificarlo de inmediato. Definitivamente es la moral  la que ha
suscitado el espanto ante la palabra misma, pero hoy que la historia confluye
en la imagen, que sin ella todo parece vacío,  el término pornografía
reaparece bajo una nueva luz,  la de la  fotografía en lo cotidiano,
lo cual lleva a replantearse el concepto.
Si
la fotografía en algún punto fue para la posteridad, en nuestros días es 
una “identidad superpixel”, porque toda imagen envejece excesivamente rápido
cuando vivimos a la velocidad del cliqueo y porque todo debe ser visto.
Dice Yunuen Díaz “nuestra experiencia contemporánea es ampliamente visual, en
una industria enfocada en la agudización y tecnologización  de la mirada
podemos decir que somos más ojos que ningún otro órgano del cuerpo”.
Quienquiera
que tenga un dispositivo en sus manos hace fotografía, retrata lo más íntimo,
¿cuál es entonces el camino que queda para el artista? se pregunta la autora de
este ensayo, la respuesta que se despliega a lo largo de su trabajo, se
apuntala en la tesis de que es la sexualidad y la psique del individuo contra
la moral  lo que despierta el interés en la estética contemporánea forjada
tras el lente.
La
morfología de este retrato pornográfico se resuelve desde distintas propuestas
que van explorándose en este texto,  el fotógrafo Larry Clark es el punto
de partida con la serie Teenage lust (1983). El sexo que retrata es el
de desaparecer,  una desintegración de la realidad, que se opone al
sistema económico al negarse a servir para un fin que es el principio
capitalista, la reproducción. Los adolescentes retratados son marginales, usan
drogas, tienen sexo grupal, “Todo lo que la sociedad niega y desdeña, todo lo
que prohíbe”.
Extraer
del sujeto retratado la personalidad es una de las razones de ser de este
género, frente a él, el fotógrafo, en medio la incógnita que, de tener éxito,
se resuelve en la imagen. “El retrato fija la exterioridad donde confluyen lo
intrapsíquico y lo interpsíquico”, esto se ubica en la obra de Catherine Opie Autorretrato
pervert
, con la que la autora hace, desde su propia figura un manifiesto
sadomasoquista, que altera la conservadora visión sobre lo femenino.
“Queremos
saber qué hay en la imagen y tras ella, esa es la promesa de Omar Gámez”. La
obra que gira en torno a quienes practican el  bareback (personas
que tienen relaciones sexuales sin usar condón), aborda el tabú que significa
la práctica en sí, y el de la muerte. Los bareback niegan el estereotipo
gay mercadotécnico, no son los que se suman al desfile, ni los que gastan
enormes sumas de dinero en vestirse, es la cara de la homosexualidad que
enfrenta el rechazo y cuyo único escudo es la intensidad sexual que sus rostros
reflejan.
El
fascinante tema del espejo encuentra también su espacio en este ensayo, a través
de la obra de Joan Fontcuberta en la serie A través del espejo
 conformada por más de 3 mil fotografías expuestas en internet y que
tienen como eje, fotografías tomadas frente al espejo. Un espejo, que no es
reflejo, sino ilusión o reflectogramas, como las llama el autor ya que muestran
la obsesión puntual de nuestros días, encontrarnos con nuestro reflejo y
transmitirlo. “La conjugación del ello, el yo y el superyó en la imagen”.
Afirma
Fontcuberta que toda fotografía tiene algo de ficción y algo de verdad, frente
al espejo se resumen las dos instancias, como también da cuenta del juego de
seducción que se lleva a cabo en internet, lo que preocupa es ser mirado y para
ello han de construir mundos, ambientes, composiciones. Relatos, tendencias, ficciones,
simbolismos, así es como se dice el retrato pornográfico.
Yunuen
Díaz (Ciudad de México, 1982) poeta, ensayista y crítica de arte. Fue becaria
del Focaem Jóvenes Creadores en 2013. Obtuvo el Premio de Literatura Joven
Delfina Careaga 2014. Ha publicado los libros de ensayo: El pathos
fotográfico, una clínica de la mirada en Omar Gámez
(2014), y La feria
de la carne: itinerarios subversivos del cuerpo en el arte contemporáneo (
2012).

Fuente: Boletín 

Yunuen
Díaz, Todo retrato es pornográfico, Fondo Editorial Tierra
Adentro/Conaculta.

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