- Esta doble cara de la congregación, para el investigador, es la misma que el padre Marcial Maciel dio en vida. Es decir, por un lado la ayuda social y labor pastoral, pero por otro el lucro y el afán de riqueza.
Por Perla Velázquez
Cuando Marcial Maciel cumplió 50 años de sacerdocio tuvo una gran fiesta en Roma. El entonces papa Juan Pablo II le dedicó una ceremonia especial y en un mensaje exaltó su labor pastoral. Al concluir la misa Maciel arribó del brazo de su esposa e hija a otra ceremonia que le brindaron los consagrados. Esta imagen, dice el periodista Raúl Olmos, ilustra cómo “con total impunidad” actuaba el polémico sacerdote, además deja al descubierto la tolerancia de la jerarquía católica hacia ese tipo de conductas.
Raúl Olmos es periodista desde 1988 y se ha concentrado en investigar casos de corrupción. Es ganador del Premio Nacional de Periodismo 2009 en la categoría de reportaje. En el 2014 se convirtió en el primer mexicano en la lista de ganadores del Premio Latinoamericano de Periodismo de Investigación por su trabajo sobre los Legionarios de Cristo, pesquisa que a finales de 2015 vio su cauce en el libro El imperio financiero de los Legionarios de Cristo. Una mafia empresarial disfrazada de congregación y que aparece bajo el sello Grijalbo.
“Cuando explotó el escándalo de pederastia de Marcial Maciel una de las críticas que se le hacían a la congregación era su perfil por atender a las clases pudientes del país. De ahí viene su sobrenombre ‘Los millonarios de Cristo’ y a pesar de que se habló mucho sobre el tema, nadie había documentado el poder económico que tenía esta congregación más allá de los pecados en los que incurrió su fundador”.
En el libro el investigador deja ver cómo los Legionarios han mantenido su imperio económico, en qué actividades ilícitas han incurrido y cómo han engañado a la gente con acciones lucrativas. Pero, a pesar que los Legionarios de Cristo aparentan ser una institución sin recursos, tras la basta investigación se muestra todo lo contrario: un grupo multimillonario de alcance trasnacional, cuyos donativos que recibe podrían ser suficientes para subsidiar al Estado Vaticano.
“Este poder económico lo cimentó Marcial Maciel, quien más que un líder religioso era un gran empresario, un hombre con una gran visión de recaudación de fondos y de generación de riqueza. En la investigación fui descubriendo cosas que rompen con la idea del perfil cristiano o católico del grupo. Por ejemplo, la creación de empresas de membrete, las cuales se multiplicaron y ahora proliferan, o el hecho de que algunos fondos de inversión están destinados a productoras de armas o anticonceptivos, lo cual es algo que cuestionan, pero en la práctica lo promueven”, acentuó Olmos.
Esta doble cara de la congregación, para el investigador, es la misma que el padre Marcial Maciel dio en vida. Es decir, por un lado la ayuda social y labor pastoral, pero por otro el lucro y el afán de riqueza.
Durante la investigación, el ponente de congresos de
periodismo en Argentina, Ecuador, Colombia y Brasil encontró cómo el pederasta arrebató con engaños las herencias a viudas, la creación de empresas fantasmas y los negocios que realizó con príncipes, archiduques y barones de la realeza europea.
Al inicio de El imperio financiero de los Legionarios de Cristo el lector encontrará las inversiones que hacen los Legionarios; las bebidas alcohólicas, las armas, la pornografía y los anticonceptivos:
“Ese fue el punto de partida para mostrar el afán de lucro que inculcó Maciel. Luego viene un aspecto más histórico de cómo creó su primera empresa en 1947: una inmobiliaria que aún sigue vigente y es dueña de muchas propiedades, incluso tiene concesionada una playa en Quintana Roo, Vicente Fox la cedió”.
La investigación a Raúl Olmos le llevó años, tiempo en el cual documentó y escuchó testimonios. Más allá de encontrar nuevos casos de pederastia el punto central era desmarañar la red económica que impulsó. Al final, el libro cierra con la intervención que ha tenido El Vaticano en los últimos cinco años.
“Ellos no cambiaron nada, lo único que se hizo fue que quitaron las fotografías, prohibir que se dijera su nombre, pero toda la política empresarial y estructural que heredó Maciel sigue intacta. Por ello, es también cuestionar su mediación porque todo sigue igual. Pero ahora, es cuestionar a Francisco I, porque el sumo pontífice ha cuestionado los excesos en los que ocurrió la legión”.
El Estado Vaticano y Los Legionarios de Cristo
Al recuperar los testimonios para su investigación, Raúl Olmos platicó con un ex secretario particular de Marcial Maciel, él aseguró que durante los veinte años que trabajó, atestiguó cómo repartía “chequecitos” en El Vaticano para abrirse puertas y comprar impunidad.
-¿Cómo ha actuado El Vaticano en contra de los Legionarios de Cristo?
-Hubo una intervención muy tersa. El Vaticano nombró un comisionado, una persona que estuvo a cargo de la Legión, que fue el Cardenal Venancio de Paoli, él estuvo al frente de la congregación y se encargó de supervisar todo lo que había ocurrido, al terminar su intervención dijo que la Legión de Cristo estaba purificada y todo el mundo se sorprendió porque no los tocó, fue una intervención de terciopelo. Todo mundo decía que Benedicto y Francisco apostarían por disolver la congregación, no ocurrió ni siquiera cambió de nombre.
El Papa Francisco I llegará este viernes a la Ciudad de México, esta visita está fuera de la dinámica de las anteriores, porque por primera vez no estará contralada por el poder político, ni por las empresas. Sin embargo, Olmos comenta que los Legionarios no van a estar relegados.
“Parto de esta idea: todas las visitas anteriores papales, incluida la de Benedicto XVI cuando ya él los había señalado y había expulsado del sacerdocio a Maciel, a pesar de ese recelo que tenían contra Benedicto, ellos participaron en la organización de la visita. Las de Juan Pablo II ni se diga, estuvo Maciel a un lado de eI sumo pontífice. Que la iglesia católica deje pasar esta experiencia de haber participado en las organizaciones, se me hace un desperdició. Pienso que van a estar colaborando tal vez desde las sombras, no como protagonistas como ocurría con Juan Pablo II pero ahí van a estar”.
Dentro de la iglesia católica y el cristianismo este es el Año de la Misericordia y el Perdón. También es el 75 aniversario de la fundación de la Legión. Ante este contexto, Francisco Bergoglio les otorgó el perdón, gesto que la congregación de alguna forma se ve obligada a agradecer. No obstante, el hecho de haber otorgado el perdón, recalca Olmos, es una forma de tratar de no romper con los grupos conservadores de la iglesia como son ellos. Además grupos con un poder económico.
-¿Cómo es la relación entre los Legionarios de Cristo y el Papa Francisco I?
–Francisco es muy inteligente porque está rodeado de intrigas en El Vaticano, de gente que ha tratado de bloquear sus reformas, estos grupos conservadores, uno de los grupos más influyentes es sin duda la Legión de Cristo. Entonces es una forma de tejer alianzas dentro de la iglesia, una alianza es esta la Legión de Cristo, la indulgencia no creo que sea menor, sí es muy significativa para los Legionarios y el papa Francisco lo percibe que así es y sabe que de esa forma se gana el perdón de ellos.
En el texto escrito por Raúl Olmos este tema tuvo cabida, porque en opinión del periodista hay muchas cosas por cuestionarle a la Legión “decir que todo se borra al quitar las imágenes de Maciel es iluso, porque él tuvo complicidades adentro y esto lo prueba el libro, muestra como muchas de las empresas que se crearon, Marcial las hizo de lado de los consagrados y sacerdotes cercanos a él.
“Es una estructura que él diseñó y heredó, pero que no diseñó sólo. Había una red de complicidad, ese es uno de los grandes pendientes de Francisco para que se sanciones y castigue. Ya retiró a algunos jerarcas, pero aún quedan muchos de la estructura”.