Dos visiones en el Tráfico Bazar…

  •  “No es tan fácil aventarse a diseñar y luego vender lo que creas, es complicado porque hay mucha competencia y lo que buscas como diseñador en primera instancia es dar a conocer tus propuestas…»

  • Una barrera invisible, económica y cultural, marcaba claramente la diferencia entre el diseño artesanal y el profesional, la informalidad y la formalidad.

I
Por Luis Chimal
Todo diseño (o producto) comienza como
un  simple hobbie, que con el tiempo se vuelve una idea y con
esfuerzo se transforma en un estilo de vida. Y es precisamente en Tráfico
Bazar
  -que se llevó a cabo el pasado fin de semana – donde
convivieron diseñadores mexicanos para dar a conocer sus propuestas.
Este bazar se ha convertido en uno de los
más importantes para dar a conocer a los diseñadores de nuestro país, así como
sus propuestas, en las que podías encontrar innumerables productos mientras
recorrías el lugar como lo son: plantas, relojes, calzado, joyería, cuadernos,
almohadas, peluches, perfumes, comida, postres, etc.
Muchos de los expositores  tienen
otros oficios, por lo que, (en opinión de algunos) para es complicado concretar
cosas, sin embargo el mayor reto que han tenido es hacer cosas que les gusten,
sin olvidar lo que la gente está buscando y posiblemente necesiten, “Lo
complicado es tener el concepto de lo que vas a desarrollar, todo diseño es un
proceso”, dijo Luis, expositor.
El proceso implica desde tener el concepto
hasta buscar donde vender sus productos “no es tan fácil aventarse a diseñar y
luego vender lo que creas, es complicado porque hay mucha competencia y lo que
buscas como diseñador en primera instancia es dar a conocer tus propuestas, no
es tanto vender, sino es demostrar a la gente que si se puede hacer”, agregó
Ana, expositora. 

En cuanto a las opiniones respecto a las
oportunidades en nuestro país la mayoría coincide en que existen  más
espacios, se han abierto más bazares para dar a conocer el producto mexicano.
Varias empresas les están dando la oportunidad para promocionarse. La pregunta
es si el aumento de bazares es benéfico.  
II
Por Ian Sebelius
Una de las últimas ediciones del año del
Tráfico Bazar se llevó a cabo éste domingo 6 de diciembre en el Centro Gallego
de México ubicado en la calle Colima 194 en la Colonia Roma. Ahí, personas y
niños de todas las edades pasearon entre los diferentes stands que ofrecían “lo
mejor del arte y diseño de la escena local” como: piezas de joyería, ropa de
diseñador, piezas para la decoración de interiores y muchas carcazas para
Iphone. 
Los compradores potenciales también pudieron saborear los diferentes
alimentos locales entre los que se encontraban hamburguesas al carbón,
antojitos mexicanos, helados y más.
Antes de cruzar la entrada principal del
Centro Gallego y recibir un pedazo de cartón promocional del evento, los asistentes
se topaban con lo que parecería una extensión del bazar. 
Diversos puestos
ambulantes esperaban aprovechar la concurrencia para vender alguna pieza textil
artesanal; cocos, chicles, papas fritas o cigarros. Sin embargo, la gran
mayoría de los asistentes pasaban de largo esperando encontrar en el bazar
cosas diferentes para regalar, regalarse o comer.
A las puertas del Centro Gallego un señor
con sombrero ofrecía sus textiles a las personas que salían con las manos
vacías. Una barrera invisible, económica y cultural, marcaba claramente la
diferencia entre el diseño artesanal y el profesional, la informalidad y la
formalidad.

La gran mayoría de los productos ofrecidos
en el bazar ponen de manifiesto el creciente desinterés por la cultura mexicana
y el cada vez mayor apego a influencias internacionales y en muchos casos
abiertamente estadounidenses.

Salvo contadas excepciones como las piezas
ofrecidas por el Taller de Obsidiana, que convierte la obsidiana o el cuarzo en
contenedores de memorias usb de 8 Gb, o el stand de Alan Zepeda que retoma la
estética de algunos textiles “populares”, como la jerga, para hacer capas; los
demás productos como ropa, carcazas para Iphone, joyería y productos para
perros ostentaban frases y slogans en inglés que no sólo nos hablan de las
influencias del mercado en los diseñadores, sino que también ponen de
manifiesto las preferencias culturales de un sector privilegiado de la ciudad. 
Sin embargo, el bazar es una buena
oportunidad para ver lo que se está haciendo actualmente en la ciudad, y para
algunos será un lugar ideal para comprar algún regalito de navidad. 
El Bazar
volverá a abrir sus puertas el próximo 13 y 20 de diciembre de 11:00 a 21:00
horas en el Centro Gallego de México. 

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