¿Qué está pasando en Brasil?

¿Qué
está pasando en Brasil?


Por Yesenia Torres 


¡Fuera Dilma, fuera el PT!,
¡No somos de la élite. No somos de derecha. Somos Brasil!, ¡Dilma, la paciencia
se nos agotó!, fueron los principales gritos de cientos de miles de personas
que salieron el domingo pasado a manifestarse en contra del  gobierno actual de la presidenta Dilma
Rousseff, que ha sido acusado de corrupción y problemas económicos.
 Según los cálculos de la policía militar, se
reunieron un millón de manifestantes en São Paulo,  mientras que el instituto Datafolha calcula
que hubo 210, 000 personas en esta ciudad y decenas de miles más por todo el
país. El origen remoto de la protesta exigía la destitución parlamentaria de la
presidenta, sin embargo, los habitantes se quejaron principalmente sobre la postura
del edil ante una posible recesión económica del país, del incremento de
impuestos, los recortes, la inseguridad,  así como por la situación actual de Petrobras.
Durante el discurso que
ofreció la presidenta Rousseff, dijo que apoya el derecho a la libre
manifestación en las calles sin violencia, negó culpa alguna sobre la
corrupción, acusó a otros países de su situación económica actual y dado a
entender que no habrá un impeachment,
como algunos manifestantes lo exigieron, ya que, aunque es constitucional si
existieran motivos legales, es un proceso largo y complejo.
Los organizadores del 15/15, nombre que se otorgó a la
protesta masiva, son tres colectivos no vinculados a ningún partido político, el
primero de ellos es  Movimento Brasil Livre compuesto por media docena de jóvenes de
clase media-alta de ideología liberal que reclama la destitución parlamentaria
de Rousseff; el segundo es Vem Pra Rua,
allegado al mundo empresarial y financiero y un tercero, que lleva por nombre Revoltados On Line. Muchos de los
manifestantes aseguraron haber votado en las últimas elecciones por el
candidato opositor del partido PSDB, Aécio Neves, quien apoyó las protestas del
domingo sin participar directamente.
¿Cómo
surgió todo?

Del año 2003 al 2010, bajo
el gobierno de Lula da Silva, Brasil se integraba a una nueva clase social que se
postulaba como una sociedad poderosa. Cerca de 30 millones de personas, de un
país de 200, pasaron de tener una mala economía a gozar de una más y mejores
condiciones de vida. Su economía creció cerca de un 7.5 % en 2010, sin
mencionar que en 2009 se privilegió albergar Los Juegos Olímpicos 2016 en Río
de Janeiro, por primera vez en Sudamérica.
Hoy, a poco más de cinco
años de ser una nación “imparable”, se ve amenazada por una inmensa crisis
política debido a la corrupción y  una
posible recesión económica, pues su inflación llega a un 7.7% mientras que el
desempleo sube y el dólar se vende a 3.2 reales (aproximadamente). El modelo
económico de Lula da Silva que llevó a Brasil a su época dorada, comenzó a
deteriorase desde el primer gobierno de Dilma Rouseff.
Durante el primer mandato de
Dilma (2010- 2014), se invirtió en obras públicas y se acercó a los créditos de
consumo; sin embargo, hizo ajustes en el gasto público, subió los impuestos y
elevo los intereses de recursos esenciales como la gasolina y luz. Tras estos
malos resultados económicos, las acusaciones sobre la explotación de la
petrolera pública Petrobras, la postura de la presidenta ante los medios internacionales
y su falta de interés a las exigencias nacionales y la demanda de la oposición
han comenzado a posicionar de manera diferente al actual gobierno del Partido
de los Trabajadores.
A diferencia de las
protestas en 2013 que exigían a los gobernantes mejores servicios públicos,
mejor transporte, mejor sanidad y mejores escuelas, las protestas del 15/15, han exigido la recesión de la
presidenta y su partido oficial.
Otro
golpe para Rousseff, los ciudadanos se cuestionan sobre la situación de su país


Sin embrago, después de que
Rousseff ofreciera un discurso público en respuesta a la manifestación 15/15, en la que aseguró estaría
dispuesta al diálogo, un nuevo golpe le deparó: el tesorero oficial del  Partido de los Trabajadores, Joao Vaccari Neto,
fue acusado de corrupción ligado a los mencionados  sobornos de Petrobras.
El Ministerio Público
Federal, declaró que Vaccari Neto disfrazó como donaciones de campañas para el
PT numerosos sobornos cobrados por directivos de Petrobras a empresas constructoras
que pagaron para asegurar contratos con la petrolera. La denuncia a la que el
tesorero se enfrenta es por  cargos de
corrupción, lavado de dinero y asociación ilícita.
El ex presidente Lula de
Silva confesó a distintos medios, que su partido, el PT, con 12 años de
gobierno necesita refundarse y volver a sus orígenes, ya que la opinión pública
lo culpa de haberse corrompido.
Un tema bastante tocado por
los medios es el de rehacer su gabinete, ya que con 39 ministros, es el país
después de China tiene mayor ministros en el mundo con un gasto federal de
377, 000 millones de reales.
Estas acusaciones llegan en
un mal momento para Dilma y Brasil presenta uno de los momentos más graves de
reflexión política y social. Según los medio locales, aseguran que la
mandataria prepara las medidas anticorrupción que enviará al Congreso en los
próximos días.  
15MAG 

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