Acuse de recibo: «Bungalow 77» de Erick de Kerpel

Por Alberto Cruz

Distrito Federal, 23/03/15, (N22).- ¿Qué pasaría si el mundo de la mercadotecnia, de alguna
manera, se mezclara con el mundo del narcotráfico?
Erick de Kerpel, publicista mexicano, propone en su
primera novela una historia donde ambos mundos convergen para formar una trama
cautivadora. El protagonista, André Gavlik, también conocido como el Ruso, es
un creativo publicitario que ha llegado a la cima de su carrera, sabe perfectamente
que ya no puede subir más, se siente estancado, sus manías obsesivas lo
persiguen mientras intenta combatirlas con ansiolíticos y whiskey, está
aburrido de su propia vida y espera encontrar algo que lo saque de esa
monotonía.
El Ruso ha dado mayor importancia a su trabajo que a su
propia vida y con ello ha descuidado sus relaciones familiares con Constanza,
su ex esposa, y su hija Katya. La situación da un giro cuando personal de un
ingenio azucarero contacta la agencia donde trabaja en busca de un nuevo
proyecto, el Ruso piensa que será otra campaña más como cualquiera, sin embargo
parece que será algo más importante.
El cártel más sanguinario del país, haciéndose pasar por
este ingenio azucarero, quiere contratar los servicios de la agencia para lavar
la mala imagen que se tiene del narco. Tanto su jefe Matías, como André,
aceptan el reto de llevar a cabo esa campaña, después de un adelanto económico
nada detestable.  A partir de ese momento
es cuando el desastre comenzará a cambiar las tranquilas vidas del equipo
publicitario para introducirlos en un campo completamente desconocido, que
incluye los excesos de los narcos, la complicidad de la policía, la
prostitución y otras actividades relacionadas con el crimen organizado.
En busca de ideas que puedan funcionar para llevar a cabo
la campaña los personajes se someten a grandes presiones y se ven acorralados
cuando la primera idea es rechazada y deben buscar una nueva estrategia. El
miedo es latente a cada momento que avanza y las situaciones que viven solo
incrementan la curiosidad del lector por saber que sucederá.
Bungalow
77

podría considerarse como una sátira al mundo de la publicidad y la
mercadotecnia o un simple reflejo de lo que realmente es. 
Aunque en un
principio se pueda pensar que al narcotráfico no le importa ese sector, la
historia es tan coherente que podría suceder o, quizá, ya sucedió y no nos hemos
dado cuenta. El cinismo con el que se manejan los personajes, anclado al humor
negro que inyectó el autor al escribirlo, hace de esta narrativa una
experiencia donde el lector se formará un juicio propio, se sentirá dentro de
la historia y reirá con las ocurrencias de los personajes. Escrito de manera fluida
el autor aporta sus experiencias profesionales y lo une a una problemática
nacional como es el narcotráfico.
15MAG 

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