¿Somos conscientes de los alcances de nuestro cuerpo en la creación y transformación de espacios?

  • No podemos tener una percepción si no nos situamos dentro de nosotros, no podemos saber qué es lo que hay en la arquitectura si antes no tenemos un conocimiento previo de nuestro cuerpo

Por Yesenia Torres

Fotos: Brenda Ayala
Ciudad de México, 10/03/15, (N22).-  Misteriosas y vivas, así  se percibían las paredes de La Nana, lugar que
guarda recuerdos de lo que algún día fue el emblemático Salón Sol de la Colonia
Guerrero. Era el primer viernes de marzo a punto de anochecer; sin embargo, la
gente no se reunió para beber baile de danzón o embriagantes horas de placer
como lo hicieron décadas atrás. Se han comenzado a servir tazas de té.
Una pantalla en la sala
principal, en los pasillos colgaban pinturas en acuarela, dibujos a lápiz, fotografías
y algunas tazas rotas. Comenzamos a entender que no fue casualidad elegir este sitio
como plataforma de Intersticios Corpóreos
II
, exposición colectiva en la que se reúnen las obras de 12 artistas emergentes
que han trabajado sobre la relación que
existe en la triada cuerpo- espacio-
arquitectura.
La exposición forma parte de los
ejes temáticos de Mextrópoli, Festival
Internacional de Arquitectura y Ciudad 2015
 
que de la mano con la revista Cultura
Colectiva
crearon esta plataforma que ha reunido el trabajo de artistas
multidisciplinarios, quienes a través de pintura, gráfica, instalación, video y
fotografía, han representado el cuerpo como principal arquitecto de la
realidad que nos rodea.
No podemos tener una percepción si no nos
situamos dentro de nosotros, no podemos saber qué es lo que hay en la
arquitectura si antes no tenemos un conocimiento previo de nuestro cuerpo.
Intersticio es un espacio, como las piedras por donde se filtra el agua, eso es
un intersticio, esos espacios que están pero son invisibles y que están para
generar comunicación y lo primero que tenemos para la comunicación es el
cuerpo, nos fuimos a la base para reflexionar sobre nuestro cuerpo y nuestros
recuerdos, explicó Mariana Rey, coordinadora del evento.



Un cuarto surrealista

Al fondo del recinto estaba una
habitación pequeña, dos largas cortinas esconden el enorme espejo que será la
base para el performance Instalacción
que prepararon Karla Rebolledo y Darío Meléndez. En este acto el cuerpo del artista
se vuelve el motor principal para que todo suceda.
Lo que ocurrió en ese cuarto
oscuro fue una operación surrealista. Alrededor de 300 velas encendidas se
consumieron sobre un espejo que palpitaba al ritmo de un danzón.
Pensamos en el concepto de
intersticio de este lugar en relación con el pasado, pues aquí anteriormente fue el
Salón México. Quisimos rescatar una parte de la historia invisible del sitio a
partir de un acto. El baile es una especie de rito que aún nos queda y la idea
de las velas de sebo, que están vinculadas con temas como la brujería o cierta
ritualidad, funcionarán como una forma de vocación de un tiempo y un espacio de
lo que algún día fue la zona, mencionó Darío Meléndez mientras separaba las velas.
“Tratamos de ir a otro lugar,
tratar de perturbar desde lo que no es normalmente perturbable”, agregó Karla
Rebolledo.
El silencio predominaba y la
pantalla comenzó a proyectar la vida y contraste de nuestra ciudad. Un sonido
casi imperceptible comenzó a circular por los pasillos del lugar, cada vez más fuerte. No había coherencia entre la
imagen y el sonido ¿qué era aquello que se escuchaba?, se cuestionó el público.
“Lo que busco es la reacción de diferentes partes del cuerpo,
en este caso el sonido ha condicionado la imagen”, dijo Uryan Lozano quien provocó
la incertidumbre a partir del sonido de un Zimbalo y de los arcos de violín.

El espacio tomó vida, se
convirtió en un lugar que vibró bajo la música de un instrumento llamado Didgeridoo. Con la proyección intermitente de una ciudad latente
comenzó Intersticios Corpóreos II. La
constante analogía entre el cuerpo y la arquitectura fue el objetivo del
trabajo de Amílcar Rivera Munive, Carla Gabriela Esquivel, César Díaz García,
Darío Meléndez, Karla Rebolledo, Enrique Ramírez, Francesco Orazzini, Iván
Salamanca, Quetzalcóatl Castillo, Zael von Mazon y Monserrat González.
La muestra va dirigida a todos
aquellos que tengan el interés de reflexionar sobre nuestros intersticios
corporales, la responsabilidad que tenemos como seres individuales-sociales con
el espacio que nos contiene y que constantemente transformamos.


Intersticios Corpóreos II permanecerá abierta al público en La
Nana, Fábrica de Creación e Innovación hasta el 13 de marzo.

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