José Solé: entre el cánon y el contexto

  • Él junto con un grupo de actores, o comediantes (como eran llamados anteriormente) buscó trasladar al escenario el contexto social y político de su época, sin abandonar los cánones del teatro clásico. ¿Para qué dividir el teatro en dos corrientes si se puede hacer algo grande fusionando ambas?  

Por Verónica Lugo Castaño
@bretanicsgirl
Distrito Federal, México, 09/03/15, (N22).- A finales de la década de los
veinte, recién terminada la Revolución mexicana, el arte tuvo una simbólica
revitalización en todos sus aspectos, menos en el teatro; el cual pasaba por
una crisis de identidad. A causa de esta dificultad surgieron dos corrientes
teatrales: una que se especializó en el teatro extranjero, pero que a su vez se
aferraba al modelo costumbrista y barroco del teatro español; y otra que
pretendía especializarse en un teatro nacional que abandonaba todos los
patrones clásicos y ofrecía un análisis sobre la realidad mexicana de ese
tiempo.
Durante esa misma década el
matrimonio compuesto por María Magdalena Nájera y, el refugiado español, Joan
Solé -procedente de una familia acomodada- tuvieron un hijo al que bautizaron
con el nombre de José Solé Nájera tras su nacimiento el 28 de julio de 1929. José,
inquieto por naturaleza vivió durante su infancia en un pueblito colonial copioso
de hortalizas, calles empedradas, puentes de piedra y de un fastuoso río colmado
por las canoas de los agricultores que transportaban su mercancía hacia la
ciudad.
En ese pedazo de tierra fuera de
la Ciudad de México donde vivía José Solé, el cual había sido también hogar de
la prestigiada familia Limantour durante el porfiriato,  se llevó a cabo una interpretación callejera
que pasó de manera inadvertida para todos los habitantes de Mixcoac, para todos,
menos para José quien había quedado asombrado y hechizado por el suceso.  
Fue así como José Solé decidió
desde muy pequeño, sin ningún tipo de influencia ni antecedentes artísticos en
su familia,  incursionar en las artes
escénicas. Con el transcurrir de los años la pasión de Solé Nájera por el
teatro incrementó a tal grado que ésta le llevó a estudiar en la Escuela de
Arte Teatral del Instituto Nacional de Bellas Artes y más tarde, a aceptar una
beca otorgada por el gobierno de Francia para estudiar en París.
A su regreso, Solé terminaría de
manera definitiva con todas esas discusiones bizantinas que se habían dado en
el teatro, durante la etapa en la que él había sido un niño, y que aún
continuaban haciendo un gran daño al teatro nacional. Él junto con un grupo de
actores, o comediantes (como eran llamados anteriormente) buscó trasladar al
escenario el contexto social y político de su época, sin abandonar los cánones del
teatro clásico. ¿Para qué dividir el teatro en dos corrientes si se puede hacer
algo grande fusionando ambas?  
Solé desde ese entonces ya
entendía que para hacer teatro, hay que saber de teatro, ver teatro y que mejor
que aprender de los clásicos. De hecho, una de sus aportaciones para la cultura
del país ha sido precisamente la de divulgar y difundir los clásicos
universales a través del teatro infantil, además de promover el teatro clásico,
la tragedia griega y algunas otras obras teatrales del Siglo de Oro español.
*
José Solé ha desarrollado
una importante carrera como promotor y docente teatral, con numerosos puestos
de director de teatros, instituciones culturales y escuelas de teatro. Durante
la década de los sesentas dirigió el Teatro Xola –hoy Teatro Julio Prieto- y la
Escuela Nacional de Arte Teatral del INBA.
Su compromiso
por el desarrollo del teatro mexicano influyó decisivamente en la creación de
dos instituciones imprescindibles: la Compañía Nacional de Teatro, con la que presentó numerosos montajes, y el
Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Teatral
«Rodolfo Usigli». Asimismo ha destacado como, actor,  director de escena, escenógrafo y diseñador de vestuario.
El valor de José Solé reside en su esfuerzo para la recuperación y
promoción del teatro mexicano. Su trabajo de más de seis décadas lo
sitúan, en la actualidad, como uno de los grandes referentes de las artes escénicas del país. Como prueba de ello, basta presenciar
el crecimiento de los teatreros del Centro Cultural del Bosque, los festivales
realizados en el Centro Cultural Universitario, las obras apadrinadas por él en
el Centro Cultural Helénico y el Centro Nacional de las Artes.
Su participación
en festivales internacionales como el  Festival de Teatro Clásico de Almagro han conseguido obtener el reconocimiento
para la escena teatral del país, después de todo, como bien lo diría Solé: su
vida ha sido el teatro.
Imagen:
15AM

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