El desplante gozoso de Mercedes Amaya inundó Bellas Artes

  •    Los bailaores se llevaron las ovaciones y nunca faltó un ¡Óle Winy!, ni tampoco el villamelón que se asustó con los jaleos, llamadas y piropos que provenían de las butacas.


Por Brisatécpatl

Ciudad de México, 26/02/15, (N22).- Falseta de introducción: Se
levanta el telón, la sala en silencio… La guitarra abre compás, las palmas
comienzan a marcar, Un, dos, un, dos,
tres
. Salida de cante por Siguiriya, jondo y sensible. Mercedes Amaya, La
Winy
, entra al escenario apropiándose de él y del público. 

Con temple y
corazón gitano, la sobrina de Carmen Amaya inundó desde el primer compás, con
óles, la sala principal del Palacio de Bellas Artes la noche del 24 de febrero.

Primera letra: La música
reveló la conmoción y el arrebato sentimental que hacen fascinante al flamenco.
La comunicación que hubo entre bailaores y músicos provocó en el público una
sensibilidad violenta que fue desde lo alegre a lo doloroso en un desplante
gozoso. 

En manos de las guitarras de El
Tati
y Santiago Aguilar, en el cante las voces de Juan Carlos Triviño, Mario
Díaz y El Cachito, en las percusiones Héctor Aguilar e Israel Torres al
violín, las notas, las letras y las falsetas, se aposentaron en el gusto de los
asistentes que rompió con jaleos la solemnidad del máximo recinto de las artes
en el país.


Vivo de pies y escobilla: Acompañada
por los bailaores españoles Nacho Blanco y Pedro Córdoba, La Winy y su compañía
Compañía Mercedes Amaya, ofrecieron
al público mexicano, con virtuosismo y “buena letra”, bailes que pertenecen a
la tradición del arte andaluz. 

Desplazamientos fuertes, cortados y cierres de
compás arrebatados, fue lo que los espectadores vieron entre floreos de manos,
zapateados  y movimientos corporales que
enmarcan sutileza, fuerza y coquetería. 

Los bailaores se llevaron las ovaciones
y nunca faltó un ¡Óle Winy!, ni tampoco el villamelón que se asustó con los
jaleos, llamadas y piropos que provenían de las butacas.



Coletilla y Final: La noche
se llenó de “duende”. Mercedes Amaya junto con toda su compañía llevaron al
público a un estado sublime y lleno de arte. 

La magia del flamenco es el
reflejo de la tradición, la vida cotidiana y la realidad gitana que se funden
en una fiesta.  

Imagen:http://bit.ly/183rWKY
15AM

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