«Tierra en el agua» o el otoño de un patriarca

Por Gerardo Gil Ballesteros
Ciudad de México, 21/ 01/15, (N22).- En su segunda jornada, el Festival Internacional de Cine
de Mérida y Yucatán (FICMY) proyectó, dentro de la sección Largometraje
Internacional de Ficción o documental, el filme Tierra en la lengua, dirigida por Rubén Mendoza (La cerca/2004). El cineasta colombiano,
nacido en 1980, presenta una historia que confronta dos generaciones, los que
vivieron la época de violencia política y social de los cincuenta en Colombia y
los nacidos en los noventa del siglo XX.
La historia contrasta los últimos días del viejo “Silvio”
(Jairo Salcedo), un hombre curtido en la vida del campo y en las décadas de
lucha política y social de su país, con la vida de sus nietos, que ha sido
mucha más ligera.
“Silvio” sabe que no le queda mucho tiempo de vida después
de que ha enviudado y pide a sus nietos, “Fernando” (Gabriel Mejìa) y “Luca” (Alma
Rodríguez), que lo ayuden a resolver problemas de la hacienda, de la cual es
amo y señor.
Durante toda su vida mantuvo relaciones familiares con
una mezcla de amor y violencia. Los sentimientos que genera en sus descendientes
son ambiguos y ahora que está enfermo, pedirá a sus familiares que si es que
desean heredar algo deben acabar con su vida para evitar el sufrimiento.
“Fernando” y “Luca”, que son primos, alargan la agonía de
su abuelo, mientras que recuerdan con admiración y odio el carácter del hombre
recio, que ahora, sin renunciar a su fuerza, requiere de ellos.
Tierra
en la lengua
confronta el choque generacional entre dos “Colombias”,
pero lo hace sin lograr que los personajes conecten con el público. “Silvio”
parece más un villano que un patriarca.
La película, eso sí, logra momentos pausados, firmes de
cierta ternura y poesía estética, al describir la vida en los llanos de
Colombia y con la escena de un Silvio resignado a la muerte, mientras un niño,
hijo de una de sus empleadas, lo alimenta cual indefenso bebe, mientras sus
nietos se emborrachan afuera de su habitación.

Tierra
en el agua
sale a flote por la mirada dulce y dura de dos mundos
que conviven y se esfuerzan, en el fondo, por entenderse y convivir.
15MAG 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *