¿Qué hace una francesa en México?

  •  Destinada a una carrera científica, preferí elegir aprender el idioma español. ¡Fue una revelación! Después de haber aprendido alemán, me encontré en cursos alegres, con profesores muy originales, vestidos de color y hablando fuerte. 

Por Juliette Bouissou
¿ Porqué México?
En agosto de 2013
llegué a Guadalajara. Fui de intercambio a la UDG. Me encantaron los cursos
dados tal como historia de la cultura en México, historia del cine mexicano y documentales.
Todos estos cursos en el idioma del poeta Octavio Paz que estudié en la prepa a
través de su historieta Mi vida con la
ola.

¿
Porqué  Guadalajara?
Muchos
mexicanos me preguntan el objetivo de mi viaje hacia México cuando tengo en mi
entorno todo lo que necesito en Francia. “¿Por qué elegir venir aquí aunque
allá es muy bonito, muy desarrollado y se vive bien?” Por supuesto, ya me había
enterado de los problemas de pobreza en México, de esta situación difícil que
vive el 50% de la población. Sin embargo es algo más profundo que me trajo a
México.
La
prepa
Podemos
decir que la prepa es el punto de comienzo de mi amor por el español. El germen
de la razón por la cual estoy aquí en este maravilloso país remonta a cuando
tenía 16 años. Destinada a una carrera científica, preferí elegir aprender el
idioma español. ¡Fue una revelación! Después de haber aprendido alemán, me
encontré en cursos alegres, con profesores muy originales, vestidos de color y hablando
fuerte. En estos cursos  hice unas
exposiciones sobre el turismo en España, luego en la Universidad eran sobre los
problemas económicos, sociales o medioambientales en ciertos países de América
Latina.
La
Universidad
Llegando
a una nueva ciudad, encontré varios estudiantes hispanohablantes. Con una mejor
amiga ecuatoriana, un grupo de amigos mexicanos y españoles, hicimos salidas a
la montaña, viajes en España y en Francia, numerosas fiestas. Aquí descubrí el
lado hiper social de los latinos. Me
encantó mejorar mi español, compartir ideas, intercambiar nuestras culturas,
sentirme aceptada (y de mejor manera) con un grupo de extranjeros que por mis
propios paisanos.

Desde
estas etapas de mi vida, tenía una muy buena imagen de los habitantes de
América Latina, ya conocía parte de su cultura, de sus problemas, de su
mentalidad y de su manera de vivir. Cuando en octubre de 2012, los profesores
de la Universidad nos envalentonaron a irnos al extranjero de intercambio para
conocer el Mundo “con nuestros propios ojos”, ya no dude ni un segundo.
México
era el país que más me interesaba por su cultura, su gente que había conocido
por medio de los amigos de la licenciatura así que decidí irme de intercambio
por una Maestría.
Guadalajara
me parecía la ciudad mayor  tradición y folclore.
¡No fui decepcionada!
¿Por
qué regresar?
Ahí
encontré todo lo que esperaba y mucho más. Un país que pensaba cálido, lo fue
de manera rápida y en proporciones que no había conceptuado. Los colores en las
calle, en el arte, en los bailes, fueron mucho más abundantes de lo que había
soñado. A cada rincón, descubrí algo en México: la arquitectura, la manera de
vivir, una palabra del vocabulario mexicano que alegraba mi cotidiano. 
Nunca me
sentí más feliz y realizada. Este país y su gente me abrieron su mente, sus
puertas, me ofrecieron  un poco de su
tiempo.
¿En
esta etapa, que harían ustedes en mi caso? ¿Regresar a Francia porque todo
“está bonito, desarrollado, tranquilo”? Preferí que la aventura continué con los
pequeños hallazgos de cada día, los colores y el permanente descubrimiento de
la cultura mexicana. ¿Cómo después de conocer a un pueblo tan cálido, abierto a
la plática, alegre y risueño me iba a regresar en el frio, la dificultad que
tienen los franceses a platicar cuando no se conocen y debajo de un cielo gris?
Ya
había elegido, de corazón y de mente, México, el país en donde quería vivir y
seguir desarrollándome con personas dinámicas, abiertas a las nuevas ideas y a
la plática, en una decoración colorida y asoleada.

Por
supuesto, siempre hay que andar con más cuidado que en Francia, pero quiero
traer lo que puedo a México: ideas para mejorar su medioambiente, su vida, pero
también hacer que nunca cambien su lado alegre, risueño y generoso.

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