Alim Qasimov asimila todas las tradiciones de la música asiática en su canto

«La tradición me ha escogido pero ésta continúa con los jóvenes»

Por Huemanzin Rodríguez


Ham es como se nombra en
azerbanés a la espiritualidad que el artista tiene durante su interpretación,
es el resultado de la experiencia del artista sumada al entorno y las personas
que lo escucharán. Sin saberlo claramente, de alguna manera a eso asistimos al
Templo de la Valenciana para el primer concierto de México de Alim Qasimov, el
músico tradicional más importante de Azerbaiyán.
“La música tradicional de Pakistán, Irán,
Azerbaiyán, la árabe y del Indostán viene de una raíz común. Hay ligeros
cambios pero es una historia común. Toda la música asiática comparte un sentido
espiritual, aunque no se hable de Dios. Yo trato de asimilar esas tradiciones
en mi canto”, dijo Alim Qasimov.
El estilo musical se llama Muğam y sus orígenes pueden ser rastreados a lo largo de los países de la
Ruta de la seda. Las letras son poemas y aunque no necesariamente hablen de
Dios, no pierde su sentido espiritual.
“La música depende de los
poemas, buscamos las mejores palabras de la tradición y de los grandes poetas
de Azerbaiyán. Cuando la gente escucha sabe que el Muğam es espiritual y filosófico” dijo Alim
Qasimov.
Alim Qasimov vino acompañado por dos músicos
y su hija Fargana Qasimova, quien es la heredera de una tradición que, en el
pasado, sólo les era permitida a los hombres.
“Tenemos muchas más, somos más mujeres. Ahora
somos un porcentaje 50/50 de hombres y mujeres que cantan, tocan, bailan. En
todos lados y en cualquier género. Todo es más abierto. Es más interesante,
pienso” dijo Fargana.
En Azerbaiyán hay 8 millones de habitantes, y
tiene 236 escuelas de música sin contar los conservatorios, ahí todos los
músicos estudian el Muğam. “Cuando miro las montañas de aquí me siento como en casa,
las montañas no cambian, la gente sí, la tradición me ha escogido pero ésta
continúa con los jóvenes”, dijo  Alim.

El concierto tuvo las imágenes y los colores
de un mercado en Asia central, el arte de la familia Qasimov se enriqueció con
el espacio del templo, no había necesidad de traducir los idiomas. Ham le
llaman a la experiencia espiritual del artista que nos invita a viajar al otro
lado del mundo sólo con su canto.
“Cuando los sentimientos son malos o hay
algún problema, escuchas la música y se van, te puedes sentir muy bien con la música”
dijo Fargana Qasimova.
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