La música negra dominó en el efímero Corona Capital

Por Perla Velázquez

Ciudad de México, México, 15/10/14, (N22).- ¿Acaso la raza negra es quien
continúa trayendo la buena música? Este fin de semana intenté darle una
respuesta a esa pregunta. En el Corona
Capital se presentaron dos propuestas que me interesaba ver: Jack White y Damon Albarn. Agradecí que no se
empalmaran sus horarios; porque la curaduría y la organización estuvieron horrible en esta ocasión.
Sábado por la noche. Después del aguacero que cayó en la curva 4
del Autódromo Hermanos Rodríguez decidimos ir a buscar un buen lugar para
escuchar y ver quién se atrevió a sacar un cover de Little Willie John,
músico que en los años 50 puso a bailar a todo aquel que escuchaba el R&B. Ahora
fue el momento de Jack White, quien hizo que los espectadores olvidaran que
estaban brincando sobre charcos llenos de lodo.
Era tiempo de descubrir un poco
más de este personaje que ha formado bandas como The White Stripes, The Dead
Wheater y The Racounters. Conocerlo a través de una entrevista es imposible,
siempre tiene una respuesta diferente para la misma pregunta. En su cabeza hay
muchas ideas, eso nos queda claro; no sólo musicales, también las historias que
ha creado sobre cada una de sus bandas lo ha hecho un personaje misterioso. El
escenario es el mejor lugar para conocer a un músico que ha sabido recuperar
las raíces del blues y llevarlas a un sonido contemporáneo. Además, ¿por qué se
ha empeñado en tener su escenografía, videos y disco en color azul? No lo sé.
Ya lo esperaba: muchos músicos e
instrumentos poco a poco formaban parte del escenario. Jack White subió, su
look era muy distinto a como luce en su último video “Would you fight for my
love?”. Actitud soberbia; sabe que es el director de la orquesta esta noche. Me
sorprende la buena calidad en el audio, cada instrumento se escucha
nítidamente. Componer, producir, cantar, tocar caben en su descripción. También
el defender lo analógico ha sido parte de su lucha. White respira y exhala
música, a eso le acuño que esté tan al pendiente de que suene bien lo que hace.
Quien acompaña al guitarrista en
el escenario disfruta de cada nota musical que le marcan. Violín, batería,
bajo, teclado y contrabajo hacen que brote el rock and roll de los años 50 y
60; pero sobre todo el blues, aquel que hicieron los negros. Sin
embargo, hay algo que percibo: un tecladista y baterista de color negro. Punto
clave. A simple vista se nota su buena comunicación con cada uno de ellos. La
música que suena en el escenario es parte de un equipo.
El grupo que Jack White dirige
es distinto en las presentaciones, él lo ha dicho, jamás giraría con una sola
banda. Pero esas dos personas son importantes en su equipo, es un cazatalentos.
White tiene 38 años, Lazaretto es su segundo
álbum como solista, disco que intenta reivindicar, según los críticos de
música, al Blues, “aquel género ignorado por la industria”.
No me interesa escribir cuáles
fueron las canciones que eligió para México, en qué momento cantó o en cuál
únicamente tocó la guitarra. Ese primer día de Corona Capital, me deja pensando
sobre el blues más negro. Las raíces del rock and roll están ahora bajo el
mando de Jack White, un tipo estadounidense que busca darle el lugar que se
merece a ese género. La presentación terminó y “I’m Shakin’” no sonó. 




Domingo por la noche. Damon Albarn no logró hacerles ver a los
organizadores del festival que tiene temas suficientes para tocar por más de
una hora. Proyectos como Blur y Gorillaz son parte de su trayectoria. Como
solista solo tiene un disco, así que el tiempo asignado fue únicamente una
hora.
Hay una canción en específico que
quería escuchar, “Mr Tembo”, en su video el ambiente es demasiado africano; los
sonidos también remiten a esta cultura, además el tema está inspirado en un
elefante huérfano que el cantante se encontró mientras viajaba por Tanzania. En
fin.
En el escenario hay una similitud
entre Jack White y Damon Albarn: los músicos. El inglés ha llamado a su nueva
agrupación “The Heavy Seas”, en su mayoría son jóvenes. Un grupo de coristas,
son los primeros en llegar al escenario. Posteriormente, y por el lado en el que
me encuentro, veo su guitarrista, Seye, quien se parece demasiado a Pharrell
Williams, hasta el mismo tipo de sombrero porta, así que a pesar que se ve
joven dudo de su edad, así como la de Williams.
La voz de las coristas es fuerte
y clara, existe algo en ellas que me hace no dejar de verlas. Mientras tanto
Damon está enloquecido con el público, parece un niño chiquito a quien le han
dado el mejor regalo de su vida, se desplaza de un lado a otro. Al sonar “Kids
with guns”, las personas que están a mi lado alzan las manos al cielo, lo
veo como si estuvieran agradeciendo a un Dios porque escuchó su plegaria. La
canción es de Gorillaz.
Cuando vino Blur al Vive Latino
no tuve la misma vista que ahora de Damon, así que en esta ocasión pude admirar
su emoción, la energía que corre desde el escenario hasta el público. El
cantante ha dicho que le gusta México, esa noche lo comprobé. Así como con Jack
White, en el escenario de Albarn los músicos sonríen, gozan las notas. La
alegría está desbordándose por todos lados. Justo es eso lo que me tiene tan
atrapada en las caras de las coristas, su boca no sólo se abre para cantar sino
para sonreír; hay otro cazatalentos en el festival.
El inglés quiere que su música se
escuche en todo el Corona Capital. Así que dejó para casi el final “Clint Eastwood”.
Manifest, rapero originario de Ghana, subió al escenario para cantar las partes
de rap que tiene la canción. Es la canción más coreada del efímero concierto.
Ir a ver a Damon y a White, escuchar
desde las primeras notas musicales hasta el final de su concierto, me da una
respuesta: los músicos negros son espectaculares, qué mejor que se combinen con
la música de Jack White y Damon Albarn, sonidos distintos, pero que saben que
la base de lo que tocan la encontrarán fuera de su país. Que saben que la música
es para compartir y además de que buscan resignificar el
blues de los años 50.

Damon Albarn bajó del escenario
con su piñata de elefante. “Mr. Tembo” sí sonó.

14MAG 

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