La novela de Jeffrey Archer pasada por el filtro de la novela policiaca





Por Ivonne Reséndiz
Distrito Federal, 14/10/14, (N22).- Hablar de literatura
policiaca es hablar de un sinfín de críticas y teorías que surgieron a mediados
del siglo XX, un periodo donde el género se subestimó y que fue visto como un
tipo de “literatura amateur o derivativa” como lo menciona Pablo Piccato, en su
artículo “La era dorada de la novela policiaca”, publicado en la revista Nexos.

Sin embargo, este
género literario que tiene como característica no siempre basarse en la
ficción, logra mantener el interés del lector por el enigma o la forma
perspicaz de llegar a la verdad. Con base en estos elementos analizaré el libro
El undécimo mandamiento, una obra del
autor inglés Jeffrey Archer. 

El
enigma
.- Se trata de un libro que capta la atención de
principio a fin como si fuera un  juego
de ajedrez, donde cada paso y cada tirada están llenos de incertidumbre y
desconfianza, sin poder dejar de pensar en próximas jugadas, en los desaciertos
que definirán el juego y en cada tiro mal pensado, que te acercarán a la
derrota.
El
suspenso
.- En esta ocasión, Archer acierta en lo que Vicente
Francisco Torres puntualiza en su ensayo “La literatura policiaca en México”,
donde menciona que este género “apuesta más por el suspense que por otros elementos como el lenguaje cincelado, la
elaboración de atmósferas, la construcción de personajes profundos o la forma
compleja”.

Jeffrey Archer no sólo te
mantiene impaciente ante cada suceso que está por ocurrirle a Connor
Fitzgerald, personaje principal, hay un conflicto que sostiene la intriga del
lector: ¿por qué murió dos veces Connor?, quizá las respuestas es la ambición
por el poder y la capacidad de sacrifico, que inundan los párrafos de la
novela.  
La gente suele confundirse
con este género al creer que la novela policial o novela negra surge con la
aparición de la gendarmería o con la sola presencia de un delito. Esto es como
suponer que un príncipe convierte a un cuento en algo infantil.
Por lo que bajo este
contexto, puedo decir que El undécimo
mandamiento
, además de tener un agente de la CIA, víctima de una infame
conspiración, también cuenta con la existencia de un delito en el que están
implicados la directora de la Agencia y de forma indirecta, el presidente de
Estados Unidos.
Sin embargo, aunque son dos
características básicas en la novela negra, de igual forma cuenta con dos
elementos esenciales que según Francisco Torres son: el misterio y la
investigación.
Misterio
e investigación
: dos piezas cuya fusión logra unir de pies a
cabeza ese extenso rompecabezas.

El enigma que Archer logra
interpretar y razonar con inteligencia, permite al lector atar cabos en cada
giro inesperado, con un lenguaje sencillo y breve.

14MAG/AM

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