Países consumidores de drogas hacen pagar el costo a los productores y naciones de tránsito

Por Huemanzin Rodríguez 

¿Cuánto nos cuesta a los países
en vías de desarrollo la guerra en el mundo contra el narcotráfico? Los costos
van más allá de lo puramente económico, impacta el ámbito político, social y
mina el desarrollo de las democracias. El Grupo de Expertos de la London School
of Economics (LSE) en las Políticas sobre Drogas, así como los especialistas
del Programa de Política de Drogas del CIDE han publicado el informe Acabando
con la guerra contra las drogas,
cuyas conclusiones y recomendaciones han sido
aprobadas por cinco ganadores del Premio Nobel en Economía.

«Lo que hemos encontrado es que,
cuando los Estados intervienen en el mercado, eso incrementa el nivel de
violencia. Y esa es la paradoja clave detrás
de la guerra contra las drogas, cualquier victoria táctica en el corto plazo se
traduce en fallas estratégicas a largo plazo», así lo dijo  John Collins, coautor del Informe. 
Collins asegura que analizar lo que ocurre
debido a las políticas prohibicionistas, nos obliga a pensar en una justicia
global.
«Los países consumidores les hacen
pagar a los países productores o a los países de tránsito el costo de su consumo. Y
México es un ejemplo de esto, la violencia en México es un ejemplo de cómo los
países consumidores les hacen pagar el costo». 
El informe no sólo critica la
estrategia de guerra contra las drogas a nivel global, también la estrategia
militarizada del gobierno mexicano. Para Alejandro Madrazo, la política pública
debe de ser transitoria, en relación con las necesidades de una nación, y en el
caso de la guerra contra el narcotráfico, los cambios han sido amplios y
permanentes a nivel constitucional.
«El caso del arraigo es evidente y
burdo. La Suprema Corte declaró inconstitucional al arraigo en 2005 porque era
incompatible con más de 8 derechos fundamentales. Y respondió el Legislativo a
instancias del presidente Calderón en 2008 escribiendo la palabra “arraigo” en
la Constitución para que técnicamente la Corte no pudiera decir que es anticonstitucional.
Pero no modificó los demás derechos que la Corte había decidido que estaban
afectados por la figura del arraigo, ahí se quedaron esos derechos. Ése es el
arquetipo del costo constitucional», aseguró Alejandro Manzano. 

Algunos de los derechos fundamentales
violentados por la figura del arraigo son: el derecho al debido proceso y la
presunción de inocencia; pues el arraigo, figura de excepción de la guerra
contra el narco, ha sido usada en otros casos, según Madrazo, se sabe que el 27%
de la población de las cárceles en el país tuvo a la figura del arraigo como
parte de su detención, pero sólo el 14% ha estado vinculado al crimen
organizado.
«Transformamos nuestras
instituciones para hacernos un estado policiaco mucho más arbitrario y hoy esas
leyes permanecen. Aún si echamos para atrás la guerra contra las drogas, esas
leyes permanecen».
Para Jorge Javier Romero, estas políticas son
un desastre para los derechos humanos y para la salud en los países
consumidores. Así lo dijo:
«Pero vemos pocas veces, desde
nuestra perspectiva, el gran drama humanitario que ha significado para muchos
usuarios de drogas, la prohibición. El encarcelamiento masivo en EU, pero
también el hecho de que la política prohibicionista estigmatice a los usuarios
ha hecho que los problemas de salud relacionados al tráfico de drogas, sean
muchísimo mayores que los que provoca el consumo de drogas». 
Otro impacto que describe el informe, es a
través del artículo de Laura Atuesta, donde asegura que el narcotráfico y el
crimen organizado ha desplazado a miles de personas afectando la vida, la
economía y la producción.
«La situación en México es mucho
más precaria, y una razón es porque la inmigración de los mexicanos a EU es muy
fuerte, así que dice: si hay problemas la gente se va a EU. Pero la migración
interna no ha sido estudiada». 

En el informe se deja ver que la guerra
contra el narcotráfico deja más víctimas que el consumo de estupefacientes.

En Estados Unidos mueren al año
más de 1500 personas por sobredosis de cocaína, nada más. En México por
todas las drogas, 600. Si mal no recuerdo, eran por
sobredosis en 2010, 611 muertes. Ese mismo año superamos las 11 mil muertes que
el gobierno atribuyó directamente al mercado clandestino de las drogas y su
combate. En términos de salud es mucho más grave el tema de Políticas contra
las drogas en México, que el consumo de drogas en México. 

Imagen:http://bit.ly/1vEUrIG
14MAG 

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