En México hay una falta de crítica intelectual: Jennifer Clement

*Ladydi, la violencia escrita con amor

* “La novela es ficción, pero la situación es verdadera, hay un problema de tráfico y robo de niñas en el país bárbaro» 

Por Karen Rivera
Distrito Federal, 27/08/14, (N22).- Desde
pequeña Jennifer Clement mantuvo contacto con los pueblos de Guerrero,
vacacionar en Acapulco fue un ritual constante en la vida de la escritora, que
nació en 1960. Este lugar es el escenario que envuelve Ladydi, su más reciente novela, editada por Lumen.

Autora
de libros como El veneno que fascina y
La viuda Basquiat, Clement presenta
un retrato de la violencia y el abandono que viven las mujeres en las sierras
de México, así como en la cárcel de Santa Martha, otro de los escenarios de la
novela.
De
la pubertad a la prostitución
Guerrero es un lugar donde nacer fea es lo
mejor que le puede pasar a una mujer. Ladydi
relata el sufrimiento de las niñas, jóvenes y madres que son abandonadas por
sus padres y esposos debido a la violencia que enfrenta el estado. Pequeñas que
son presas de la delincuencia organizada y que van de la pubertad a la
prostitución sin mayor respeto a sus derechos humanos.
Ladydi
Protagonista de la historia, Ladydi es un
arquetipo de las mujeres reales. Representa a todas aquellas víctimas de trata. Acompañada de su madre y sus
amigas, la adolescente de ojos cafés debe aparentar ser niño para evitar ser
robada por los narcos. “La novela es
ficción, pero la situación es verdadera, hay un problema de tráfico y robo de
niñas en el país bárbaro, pero lo interesante es que no sólo en México, este
conflicto es universal”.   
La violencia escrita con amor
Durante 11 años Jennifer Clement indagó el
tema. “Mis investigaciones siempre vienen desde el punto de vista del amor, de
la poseía, creo que por eso se vuelve
tolerable abordar temas tan delicados. Cuando hice la novela pensé que estaba
escribiendo una especie de réquiem sobre un país que amo y que veo en una
terrible destrucción. No me di cuenta que también había hecho un libro de
protesta social. Pero el público va a encontrar una lectura donde vive la
poesía dentro de la violencia”.
Poesía, una religión
Originaria de Estados Unidos, Jennifer
Clement escribe poesía desde los siete años. “Para mí la poesía es como una
religión, definitivamente es lo que más me importa, leer poesía, escribir
poesía, es el primer amor”.
Pobreza, ¿amiga de la tecnología?
La relación pobreza–tecnología es más
cercana de lo que aparenta. “Me interesa mucho cómo las comunidades rurales
adoptan la tecnología, la computadora, el celular, Facebook, porque podrán
vivir en una choza con piso de tierra pero tienen una parabólica y una súper
tele. Eso es un fenómeno interesante”.
El silencio de los periodistas
México
fue uno de los primeros países en unirse al PEN, asociación mundial de
escritores fundada en 1921.  A Jennifer
Clement, quien fue presidenta de este club de 2009 a 2012, le preocupan los periodistas
presos y los disidentes de América y Europa. “El asesinato de reporteros es un
problema terrible que se desarrolla en impunidad total, no hay nadie en la
cárcel por haber matado un periodista. Hay quienes dicen que ya no los matan, pero
en realidad los reporteros prefieren practicar la autocensura, no quieren
morir. Lo que se vive en estos momentos es un silencio no una mejoría.
Censura literaria
El gobierno sí puede ver a los novelistas
como un foco rojo, el ejemplo está en la literatura del narco que denuncian las
políticas terribles de los gobernantes. Sin embargo, no veo censura en esta
área, en el país no se tiene registro de persecución de intelectuales.
Hay una falta de crítica intelectual
Siempre me llama la atención que los
intelectuales mexicanos, los escritores, están muy informados, no solamente de
su propia literatura, sino de la literatura universal, no hay un poeta mexicano
que no sepa quién es T.S. Eliot por dar un ejemplo, no creo que haya muchos
poetas norteamericanos que sepan quién fue López Velarde. Sin embargo, creo que
en este momento hay una falta de crítica, no hay realmente figuras que exijan
un nivel, no veo intelectuales que
ocupen el lugar de grandes como Paz, Revueltas, Huerta o Pacheco.  
La cultura no es adorno
La literatura en México es motivo de orgullo si
hay algo en lo que competimos mundialmente es en las artes, pero los gobiernos
creen que la cultura es un adorno, la ven como un bonito arete o un anillo, y  en realidad la cultura puede transformar un
país.

Imagen http://bit.ly/1piZ3Sk
Imagen http://bit.ly/1tfhHMm

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