«El narco es el síntoma, la enfermedad es la corrupción»: Anabel Hernández

«El gobierno lo sabía; simplemente no querían capturar al Chapo”. La periodista cuenta esta historia en su libro Los señores del narco

Por Alizbeth Mercado

CIUDAD DE MÉXICO, México, (N22).-

 No soy una periodista experta en narcotráfico, soy una periodista
experta en corrupción. La corrupción es la madre de todos los problemas que hay
en este país, incluso el narcotráfico. El narcotráfico es el peor rostro de esa
corrupción, el rostro más descompuesto, más podrido, por eso el narcotráfico es
un síntoma, la enfermedad que es la corrupción, comentó para Agencia N22, la periodista Anabel
Hernández.

Hernández es conocida por realizar
investigaciones periodísticas como el
Toallagate
en 2001, el cual le hizo ganar el Premio Nacional de Periodismo
en ese mismo año. Entre sus libros se encuentran: La familia presidencial, Fin de Fiesta en los Pinos, y Los cómplices
del presidente, México en Llamas: el legado de Calderón
y Los señores del narco.

Los señores del narco tuvo su primera edición en 2010 y muestra una
investigación que se sustenta en averiguaciones previas. La narración comienza con la primera captura de
Joaquín Guzmán Loera, mejor conocido como El
Chapo
en 1993, cuando lo culparon del asesinato del Cardenal Juan Jesús
Posadas Ocampo. 
El texto se desarrolla a través de
declaraciones y entrevistas con involucrados en el tema como Jorge Carrillo
Olea (político y ex gobernador de Morelos, acusado de tener vínculos con el
narcotráfico), el abogado de Amado Carrillo Fuentes El señor de los cielos, una concubina de La Barbie, entre otros.
La publicación exhibe las redes
de alianzas entre los grupos narcotraficantes con los políticos y empresarios
que se gestaron desde los años ochenta hasta el gobierno de Felipe Calderón. El
vínculo es relatado a través de un personaje: El chapo Guzmán, quien–en opinión de Anabel- contó con toda
protección absoluta del gobierno desde su captura del penal de Puente Grande en
Jalisco.
“No lo atrapan porque no quieren,
no porque no puedan, saben dónde está, saben dónde están sus mujeres, saben
dónde están sus casas de seguridad, saben los números de sus teléfonos
celulares, saben las placas de sus vehículos, saben los nombres de todos sus
hijos, saben los nombres de todos sus socios, el gobierno lo sabía; simplemente
no querían capturarlo”.
Cuatro años después de la primera
edición del libro, y 13 años de libertad del capo; el 22 de febrero de 2014 la
tesis de Anabel y el rumbo de la historia de El Chapo giraron de nuevo. El New
York Times,
en su edición digital, publicó
la foto de Guzmán Loera que aseguraba la captura del narcotraficante.
Las autoridades mexicanas no
habían confirmado la noticia. Los medios y la opinión pública estaban
asombrados y escépticos ante ese individuo que lucía el torso descubierto,
estaba esposando y a su lado posaba un militar, ¿realmente era El Chapo?
El 23 de febrero Enrique Peña
Nieto confirmó a través de su cuenta de Twitter la detención del hasta
entonces, capo más buscado del mundo. Una hora más tarde el Procurador, Jesús
Murillo Karam, ratificó la detención y explicó que la aprehensión ocurrió a las
06:40 horas sin un solo disparo, “producto de una operación trabajada durante
varios meses en una coordinación entre todas las instancias del gobierno
federal”, apoyadas por inteligencia estadunidense.
El Chapo fue presentado en
televisión  cuando llegaba al aeropuerto
de la Ciudad de México; mientras dos militares sostenían su cabeza, él volteó a
la cámara el tiempo suficiente para que su imagen circulara en los medios de
comunicación y desatara la hipótesis de una aprehensión falsa, ya que el hombre
capturado no se parecía a El Chapo de
1993.
“Si es el Chapo Guzmán no lo sé,
pero en realidad poco importa, porque el tema de que si es él da lo mismo,
porque el cártel de Sinaloa sigue operando, las estructuras del gobierno de
México siguen penetradas por el cártel de Sinaloa y nada ha cambiado
realmente”, aseguró Hernández.
Anabel se dio a la tarea de
realizar un capítulo extra de la versión original en Los señores del narco. En
él habla con dos agentes de la DEA, Villalobos y Bond, para quienes tampoco es
muy clara la detención, ya que todo resultó muy fácil en menos de un año.
En el trasfondo de la detención, Anabel habla de un expediente desaparecido por Carlos Salinas de Gortari. Se trata de
la declaración del capo en su primera aprehensión, donde enlista nombres de
funcionarios ligados al narcotráfico, por ello la periodista piensa que la
detención ayuda a que El Chapo guarde
silencio.



Sobre el periodismo 

Entretanto Hernández piensa que
el periodismo de investigación está prácticamente en peligro de extinción, “el
periodismo de investigación se está haciendo en libros, no a través de lo que
uno ve día a día en los medios de comunicación, es casi inexistente”.

La violencia no se explica con
violencia, se explica con toda impunidad y corrupción que hacen que siga
creciendo, los narcotraficantes no se explican sin un empresario que les lave
el dinero, el tráfico de personas los Zetas, nada se explica sin eso, y me
parece que Los señores del narco desmitifica
el tema, concluyó.
14mag
Imagen: http://bit.ly/1chkpGw

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