El microrrelato y el humor: la mejor manera de hacer «ácido con las palabras»

  • El peruano, Fernando Iwasaki, habló a un pequeño grupo de asistentes sobre el microrrelato y el humor en América Latina y España

Por Marcos Daniel Aguilar
SEVILLA, España, (N22).- 
El tema del rey de España seguía rondando las calles de Sevilla. Los periódicos del 3 de junio no tenían otro tema más qué la próxima sucesión que acogerá a Felipe XI como nuevo monarca. Mientras que las páginas en interiores también reprodujeron fotos y opiniones de la izquierda y de los partidarios republicanos que salieron a algunas plazas para decir que no desean más una monarquía. 
Cuando esto pasaba yo tomaba una cerveza en la taberna El Tremendo. A mi lado un señor me comentaba que por qué los quejosos tenían que salir con banderas de la segunda república española si eso era cosa del pasado, y es más, que España sería ahora tan republicana, como muchos quieren, si ellos mismos no se hubieran vuelto poco democráticos previo al golpe de estado. 
El tema seguirá en la Palestra, aquí y en América. Sería muy interesante la reflexión por parte de los historiadores mexicanos, al menos es un tema que nos toca, no sólo por la historia reciente con los republicanos sino por el pasado en común: sobre la forma en que los hispanoamericanos conformamos nuestros estados modernos. 
Una actividad que relacionó a ambos lados del Atlántico se desarrolló ayer en una pequeña librería del centro de Sevilla. Una plática con el escritor peruano Fernando Iwasaki, afincado desde hace años en este país. El peruano habló a un pequeño grupo de asistentes sobre el microrrelato y el humor en América Latina y España. Iwasaki dijo que en América éste es un género que siempre hemos cultivado. En el humor mencionó a Borges y Cortázar, a Ibargüengoitia y a Arreola. Sobre el microrrelato mencionó a los mexicanos, sobresalieron Julio Torri y al México-guatemalteco Tito Monterroso. 
Pero al maestro creo que le faltó una reflexión: a México le costó mucho trabajo para que la literatura de humor y la pequeña literatura se consideraran como grandes géneros, fue hasta que la Generación del Medio Siglo comenzó a estudiar y a rescatar a estas dos variantes de nuestras letras.
Por ello, la microficción, como la de Chimal o Zavala, goza de buena salud en México y también humoristas, como Serna y Villoro, pueden hacer ácido con las palabras. Cosa que en España y en otras zonas de América no ocurre. 
Buena charla al lado de don Fernando, quien vive su Latinomérica en estos barrios de flamenco y gitanería.
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